Pullen despierta al Barcelona

El Galatasaray se revel¨® en el Palau Blaugrana como un hueso mucho m¨¢s dif¨ªcil de roer de lo que marcaban las hojas de ruta de la Euroliga y de lo que reflej¨® la paliza final. Cay¨® con estr¨¦pito, pero dej¨® la sensaci¨®n de ser un equipo capaz de complicarle la vida al Barcelona, sobre todo a poco que el equipo de Xavi Pascual contin¨²e sumi¨¦ndose en fases de juego tan espeso como el que exhibi¨® durante la primera parte. De la mano del talentoso base puertorrique?o, Carlos Arroyo, el equipo de Estambul domin¨® durante el primer tiempo y, en diferentes fases del mismo, obtuvo ventajas sustanciales, de hasta nueve puntos.

Pero las grandes citas discurren a veces por sendas caprichosas, imprevistas, redireccionadas por detalles tan circunstanciales como una torcedura de tobillo o la inspiraci¨®n de un jugador sobre el papel secundario. As¨ª sucedi¨® en el primer episodio de la eliminatoria de los cuartos de final; y adem¨¢s, en un m¨ªnimo espacio de tiempo que cambi¨® por completo la decoraci¨®n del duelo.

El tobillo izquierdo de Carlos Arroyo se quebr¨® al caer, tras un lanzamiento fallido, sobre el pie de Dorsey. El puertorrique?o con ampl¨ªsima experiencia en la NBA qued¨® tirado sobre el parquet, la viva imagen del drama. Solo un par de minutos antes hab¨ªa irrumpido en la cancha Pullen. El base estadounidense era la bala que ten¨ªa guardada Pascual en la rec¨¢mara. Ni Marcelinho ni Sada hab¨ªan conseguido reducir los da?os causados por los volantazos de Arroyo ni tampoco hab¨ªan espoleado el ataque azulgrana. Los zarpazos de Pullen, con una asistencia a Dorsey y con su primer triple, la lesi¨®n de Arroyo... Todo coincidi¨® a un paso del descanso. Arslan, el otro base del Galatasaray, respondi¨® con otro triple y el equipo turco alcanz¨® la pausa todav¨ªa con ventaja (33-35). Pullen reinici¨® el juego como si no se hubiera interrumpido, letal en el tiro, con otros dos triples, bien acompa?ado por Dorsey, en esta ocasi¨®n mucho m¨¢s certero y contundente bajo los aros que Tomic.

Arroyo ya no volvi¨® a jugar. Sufre un esguince y habr¨¢ que ver si se encuentra en condiciones de reaparecer ma?ana en el segundo partido, de nuevo en el Palau, o incluso en el tercero, el domingo en Estambul. Su equipo acus¨® el golpe y el Barcelona, una vez que arranc¨®, se embal¨®. Lorbek, Navarro, Oleson... Cambi¨® por completo el partido. El Galatasaray des plom¨® con estr¨¦pito. El coraje de Arslan y alg¨²n detalle de Hairston y de Aldemir fueron muy poca cosa y quedaron absolutamente dispersos y aislados. Sin Arroyo, el Galatasaray se desplom¨®. Apenas hizo da?o en ataque y en defensa se vio superado con una facilidad pasmosa. El Barcelona estuvo muy certero en los triples, con 12 aciertos en 21 lanzamientos. Las 24 asistencias que sum¨® el equipo azulgrana revelan su espl¨¦ndido funcionamiento colectivo durante la segunda parte.

El Barcelona se anot¨® el primer punto de la eliminatoria y durante la segunda parte reencontr¨® el ritmo de juego y el acierto con los que se erige en un equipo muy capaz de abrumar al rival m¨¢s pintado. M¨¢s all¨¢ de la trascendental baja de Arroyo, el Barcelona exhibi¨® sus dos caras, antag¨®nicas por completo. Es un equipo que se atasca en ataque, capaz de quedar como una estatua de sal en una comparecencia tan relevante. Solo as¨ª se entiende que encajara un 0-9 de entrada, que fallara sus cinco primeros lanzamientos y que permitiera, con una defensa fr¨¢gil, blanda, confundida en su atenci¨®n sobre Arroyo, permisiva en el rebote. Y poco despu¨¦s, una vez que Pullen desatasc¨® su juego y que Arroyo desapareci¨® del escenario, el Barcelona funcion¨® como una apisonadora.

Dorsey, Lorbek, Papanikolaou y Tomic se adue?aron del rebote, Nachbar, Pullen, Oleson y el propio Dorsey actuaron con mucha m¨¢s agresividad en ataque y afinaron en el tiro y el Barcelona tom¨® carrerilla ante un rival definitivamente noqueado por el golpe an¨ªmico que supuso la lesi¨®n de Arroyo. Dio la sensaci¨®n de que hubo un antes y un despu¨¦s de su esguince de tobillo, de que el Galatasaray depende por completo de ¨¦l y de que el Barcelona no tuvo otro rival que el base de 34 a?os. Su lesi¨®n se antoja vital para el transcurso, sino para el desenlace de la serie.