El Getafe toma ox¨ªgeno

El Getafe obtuvo ante el M¨¢laga su segunda victoria en cinco meses, la segunda de Contra en sus ocho partidos como entrenador azul¨®n. Una botella de ox¨ªgeno antes de afrontar un calendario himalayesco en las tres ¨²ltimas jornadas en las que visitar¨¢ al Barcelona y al Rayo y recibir¨¢ al Sevilla. Un triunfo que permite a los locales alcanzar los 35 puntos y que, de carambola, sellaba el descenso matem¨¢tico del Betis a Segunda. Como tantas otras veces, gan¨® la necesidad de un equipo en la cornisa frente a la distensi¨®n del que se sabe con los deberes hechos, pero se prolong¨® la intriga hasta el ¨²ltimo minuto.

Se vivi¨® un suplicio en el Colis¨¦um, con un rosario de desdichas para los azulones que a punto estuvo de desembocar en un empate tras la carga final del M¨¢laga sobre la porter¨ªa rival. La expulsi¨®n de Ciprian, la lesi¨®n de Gavil¨¢n y el escalofriante golpe en la cabeza que sufri¨® el portero Julio C¨¦sar tras chocar con Santa Cruz en los minutos finales retrataron el angustioso escenario de un equipo condenado a sufrir hasta el final tras su irreverente desplome a partir de la 15? jornada.

En la 28? lleg¨® Contra que, mes y medio despu¨¦s, sigue pulsando teclas para frenar la cuenta atr¨¢s de su equipo rumbo a la Segunda Divisi¨®n. Ante el M¨¢laga, sin Lafita sancionado, el t¨¦cnico rumano decidi¨® prescindir de Pedro Le¨®n en su once inicial apostando por Sarabia en el costado derecho y por Gavil¨¢n en el izquierdo. Convencido de que la salvaci¨®n de su equipo pasa m¨¢s por el voluntarismo que por la calidad o la pizarra, Contra sent¨® sin remilgos al centrocampista murciano justo el d¨ªa despu¨¦s de que este reconociera en la sala de prensa que ning¨²n jugador azul¨®n hab¨ªa ¡°dado el nivel¡± en las ¨²ltimas 20 jornadas. La agitaci¨®n le result¨® de inicio antes incluso de acumular m¨¦ritos, pero con el paso de los minutos los azulones acabaron abrazados a la angustia.

A los siete minutos el Getafe encontr¨® el premio del gol al cruzar su picard¨ªa con la galbana del M¨¢laga. Una imprudente p¨¦rdida de bal¨®n de los de Schuster en el centro del campo propici¨® el contragolpe azul¨®n, bien gestionado por Colunga y Ciprian. El vertiginoso tuya-m¨ªa entre los dos delanteros azulones finaliz¨® en bingo por el inoportuno resbal¨®n de Angeleri en mitad del ¨¢rea que dej¨® vendido a Caballero. Le bati¨® Colunga con un remate tan firme como sencillo; su primer gol desde aquel que marcara al Betis en el Coliseum el pasado 6 de octubre; el primer gol del Getafe despu¨¦s de tres jornadas seco ¨Cen cinco de los ocho partidos con Contra ha sido incapaz de marcar-. Sin embargo, este Getafe atribulado, sin trazo ni consistencia, es capaz de complicarse la vida incluso en los pocos d¨ªas en los que el camino parece despejado.

Los primeros titubeos en la gesti¨®n de la posesi¨®n y dos imprudencias de Ciprian, sancionadas con severidad por el ¨¢rbitro, destaparon las dudas y los miedos en el Colis¨¦um. El delantero rumano solt¨® el codo en un salto con Camacho y vio la primera tarjeta amarilla. Poco despu¨¦s, en la obstrucci¨®n del saque de una falta en terreno intrascendente, encontr¨® la segunda cartulina y la expulsi¨®n ¨Cla tercera consecutiva para el conjunto azul¨®n tras las de Lafita ante el Atl¨¦tico y Alexis ante el Elche-. El Getafe afrontaba un horizonte intrincado: casi una hora de partido con un jugador menos (al final fueron tan solo 40 minutos). Para entonces, adem¨¢s, Santa Cruz hab¨ªa tomado medidas a la porter¨ªa de Julio C¨¦sar con un remate a la remanguill¨¦ que se estrell¨® en el poste.

Ante semejante escenario, Schuster se anim¨® a desmelenar a su equipo dando entrada a Juanmi por Darder y a Iakovenko por Portillo en busca de algo m¨¢s que un pu?ado de acercamientos inofensivos. Mientras, al Getafe, cual perro flaco, le crec¨ªan las pulgas con la lesi¨®n de Gavil¨¢n a la vuelta de los vestuarios. Contra apuntal¨® su centro del campo con Pedro Le¨®n y Borja y el partido entr¨® en una aton¨ªa f¨ªsica y mental que, tras la expulsi¨®n de Angeleri, pareci¨® desembocar en un pacto de no agresi¨®n. Pero el M¨¢laga emprendi¨® entonces una carga de juego directo en la que pudo encontrar el empate. Finalmente, el Getafe salv¨® los muebles.