Penya, un t¨ªtulo y un estilo de vida

¡°La vida no es la que uno vivi¨®, sino la que uno recuerda y c¨®mo la recuerda para contarla¡±. Viene a cuento la frase de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez porque, al cumplirse 20 a?os del t¨ªtulo de la Penya en la Copa de Europa, los recuerdos se agolpan en flashes atemporales, en retazos caprichosos, a veces desordenados cronol¨®gicamente. A muchos se les viene a la mente el cachetazo de Obradovic a uno de sus jugadores en el Partiz¨¢n para recriminarle una de las ¨²ltimas jugadas de la final de 1992 ante el Joventut, el triple decisivo de Djordjevic, la exultante celebraci¨®n de Danilovic subido a una de las mesas de los periodistas para abrazarse con el maestro de los maestros de jugadores y entrenadores yugoslavos, Asa Nikolic, o el monumental cabreo de Lolo Sainz, que le dur¨® todo el viaje de vuelta desde Estambul hasta Barcelona.

Aquella final que perdi¨® el Joventut, dos a?os antes de la que gan¨® en Tel Aviv, tambi¨¦n forma parte de la leyenda. Para entender lo que signific¨® el mayor ¨¦xito en la historia de la Penya no se debe olvidar la nefasta racha de los equipos espa?oles en la Copa de Europa en aquella ¨¦poca. Desde 1980, con el Madrid de Corbal¨¢n, Brabender, Romay, Iturriaga y Szcerbiak, entre otros, se hab¨ªan sucedido los fracasos, especialmente sonoros los del Barcelona en la final de 1984 ante el Banco Di Roma de Larry Wright, del Madrid un a?o despu¨¦s ante el Cibona de Drazen Petrovic y los tropezones sucesivos del Barcelona ante el Jugoplastika, antes del varapalo del propio Joventut en aquellos fat¨ªdicos ¨²ltimos segundos de la final en Estambul.

Los jugadores de la Penya se plantaron en Tel Aviv con una mochila repleta con todos esos nefastos precedentes. Sufrieron en la semifinal ante el Barcelona, como lo hab¨ªan hecho antes de la Final Four ante el Madrid y, solo una semana antes de viajar a Tel Aviv, fueron apeados de toda competici¨®n europea para el siguiente a?o al perder en los octavos de final de la Liga ACB ante el CAI Zaragoza. El Olympiakos, que entonces todav¨ªa se escrib¨ªa con k y contaba con jugadores de primera fila como Paspalj, Tarpley, Fasoulas, Sigalas o Tomic, cometi¨® el error de creerse ganador in pectore, con un punto de presunci¨®n. ¡°Si no dan un duro por nosotros, peor para ellos¡±, sentenci¨® Villacampa que, a sus 30 a?os, se debat¨ªa en una peque?a crisis de juego y hab¨ªa sido incluso abucheado en el partido de liga ante el CAI.

Obradovic, ocho veces campe¨®n de la Copa de Europa con cuatro clubes diferentes, afirma que el t¨ªtulo que gan¨® con la Penya le marc¨® a fuego

Obradovic, dos a?os despu¨¦s de ser el verdugo del Joventut en 1992, fue fichado para relevar a Lolo Sainz, el entrenador con el que los badaloneses ganaron dos Ligas. El t¨¦cnico serbio era un sargento de hierro. Programaba hasta tres entrenamientos al d¨ªa, ma?ana, tarde y noche. Pero antes de la semifinal ante el Barcelona decidi¨® llevar a su equipo al zool¨®gico y, antes de la final, a un parque de aves. Algunos jugadores se explayaron en un campo de golf. ¡°Todav¨ªa recuerdo a Thompson subido a un cochecito de golf diciendo que estaba muy cansado¡±, evoca Villacampa, que cinco a?os despu¨¦s conquista el m¨¢ximo t¨ªtulo se convirti¨® en el presidente del Joventut. La f¨®rmula funcion¨® en una final en una final en la que hubo de todo. Villacampa y Ferran llevaron el peso del ataque y vali¨® el triple del ¡°cansado¡± Corny Thompson.

Hubo m¨¢s, mucho m¨¢s en los cuatro segundos y ocho d¨¦cimas que quedaban. Entre otras cosas, cuando le hicieron falta a Paspalj, un tiempo muerto. Villacampa, p¨ªcaro, confes¨® tiempo despu¨¦s que le pregunt¨® a Obradovic si pod¨ªa importunar al jugador montenegrino, lo que en el argot se llama comer la oreja. ¡°Le dije en mi ingl¨¦s macarr¨®nico que s¨ª, que ya eran campeones, pero que ten¨ªa que meter los tiros libres¡±. Los fall¨®. Y a pesar de que los cronometradores hicieron de la suya y el tiempo se alarg¨® al menos el doble de los cuatro segundos que quedaban, el Joventut se proclam¨® campe¨®n. 20 a?os despu¨¦s, la Penya homenajea a los campeones. Obradovic, ocho veces campe¨®n de la Copa de Europa con cuatro clubes diferentes, afirma que el que el t¨ªtulo que gan¨® con la Penya le marc¨® a fuego. Lo demuestra que se estableci¨® y mantiene su casa en Alella, a pesar de que ha vivido en Serbia, en Italia, en Grecia y, ahora, en Turqu¨ªa. 20 a?os despu¨¦s, ratifica lo que dijo el el 22 de abril ante la repleta plaza del pabell¨®n ol¨ªmpico donde se celebr¨® el mayor ¨¦xito de la entidad: ¡°La Penya no es solo un club, es un estilo de vida¡±, sentencia.

Hoy, el club brindar¨¢ un homenaje a aquella plantilla que gan¨® el t¨ªtulo en 1994 con ocasi¨®n del partido de la Liga Endesa ante el Herbalife Gran Canaria, equipo que dirige Pedro Mart¨ªnez, exentrenador del Joventut, con el que consigui¨® la Copa Korac en 1990, y que hab¨ªa dirigido al equipo junior que hizo historia con tres t¨ªtulos consecutivos y en el que jugaron, entre otros, Morales, Ruf, Pardo, Rosa, Dani P¨¦rez y Tom¨¢s Jofresa.