Un golpe de coronilla y de autoridad
Un gol de Ra¨²l Garc¨ªa tras un fallo de Guaita deja al Atl¨¦tico a dos victorias de asegurar el t¨ªtulo de Liga
Un gol de Ra¨²l Garc¨ªa castig¨® un error de Guaita y tiene al Atl¨¦tico a dos victorias de volver a ganar el campeonato 18 a?os despu¨¦s. Necesitaba el equipo de Simeone la victoria para dar un golpe de autoridad en la que se consideraba la salida m¨¢s complicada que le resta antes de visitar el Camp Nou, al que puede acudir ya como campe¨®n si la semana que viene gana al Levante a domicilio y remata esta Liga, ya la mejor de su historia en puntuaci¨®n, en el Calder¨®n derrotando al M¨¢laga. Trabaj¨®, sufri¨®, y se llev¨® tres puntos que le ponen muy de cara un t¨ªtulo que acaricia. Los casi 4.000 aficionados que desplaz¨® a Valencia as¨ª lo celebraron.
VALENCIA, 0 - ATL?TICO, 1
Valencia: Guaita; Pereira, Ricardo Costa, Mathieu; Gay¨¤; Javi Fuego, Dani Parejo (Vargas, m.53); Barrag¨¢n (Feghouli, m.62), Jonas (Fede, m.80), Piatti; y Paco Alc¨¢cer.
Atl¨¦tico de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, God¨ªn, Filipe Luis; Tiago, Gabi; Koke, Ra¨²l Garc¨ªa (Sosa, m.68)(Alderweireld, m.91); Villa (Arda Turan, m.58) y Diego Costa.
?rbitro: Undiano Mallenco. Expuls¨®, con roja directa, al atl¨¦tico Juanfran Torres (m.90). Amonest¨® a Jonas, Javi Fuego y Vargas, God¨ªn. .
Gol: 0-1, m.42: Ra¨²l Garc¨ªa.
Mestalla, unos 50.000 espectadores. Se guard¨® un minuto de silencio por el exentrenador del Barcelona, Tito Vilanova, fallecido el pasado viernes.
Mestalla asisti¨® a la radiograf¨ªa del equipo que pinta campe¨®n: el Atl¨¦tico, un conjunto que trabaja tanto t¨¢cticamente como poco necesita para hacer un gol. No le importa afrontar los partidos como un cuerpo a cuerpo f¨ªsico o una pelea constante por ganar metros y reducir al contrario. Se siente muy c¨®modo y seguro en esas coordenadas. No le hace falta juego, solo generar las condiciones en las que puede imponerse. Puede ser un c¨®rner, un libre indirecto, una contra o un centro al ¨¢rea. Todo en lo que es superior le es suficiente para definir partidos, ya sean trabados o en los que puede desplegar su gran arma, el contragolpe. No se rindi¨® el Valencia desde la alineaci¨®n. Reserv¨® Pizzi a Feghouli, Keita y Vargas, pero aline¨® a Parejo, su cerebro. No estuvo afortunado, fall¨®n en el pase en un partido que se jug¨® a otra cosa durante muchos minutos, al bal¨®n largo y a la segunda jugada. Y ah¨ª, el Atl¨¦tico es duro de pelar. No hay equipo en el campeonato que maneje mejor esos c¨®digos, ni que saque m¨¢s provecho de ellos.
En ese partido sin centrocampistas que se vio en el primeer acto, entendiendo por ellos jugadores que pululan por la zona ancha con la intenci¨®n de jugar el bal¨®n por bajo, tan vertical como a¨¦reo, Gabi se hizo con un bal¨®n en los tres cuartos de cancha y lanz¨® un globo al punto de penalti. Hab¨ªa intenci¨®n en el centro del capit¨¢n rojiblanco porque atisb¨® que Ra¨²l Garc¨ªa cortaba por el medio del ¨¢rea. Tambi¨¦n vio el desmarque Guaita, que midi¨® mal los tiempos y se trag¨® el suave golpeo de coronilla de Ra¨²l Garc¨ªa, que entr¨® manso con la porter¨ªa sin nadie que la resguardara. Esa diagonal cortante es uno de los movimientos que m¨¢s r¨¦ditos le han dado a ¨¦l y al Atl¨¦tico. Su coronilla vale media Liga.
En un equipo que roza el campeonato, la trascendencia de Ra¨²l Garc¨ªa desde el gol, con la cabeza o con su certero disparo, es incuestionable, pero tambi¨¦n lo es desde su funcionalidad en todo lo que tiene que ver con el otro f¨²tbol, ya sea jugando por detr¨¢s del punta, ya sea como volante por la derecha como en Mestalla. Cuando su equipo no tiene la pelota, aprieta; cuando los partidos se convierten en una retah¨ªla de saques largos, los hace suyos como ganador de las peinadas. Tambi¨¦n es un baluarte en las juagadas a bal¨®n parado que defiende su equipo. Un especialista sin el que no se puede descifrar a este Atl¨¦tico. Un jugador tan concreto como la manera de entender el juego de su entrenador.
El gol lleg¨® en un momento decisivo, al borde del descanso, cuando la necesidad de la victoria obligaba al Atl¨¦tico a un segundo tiempo m¨¢s arriesgado. La ventaja le permiti¨® parapetarse en su campo y tratar de reventar el partido de manera definitiva a la contra. Pudo hacerlo Diego Costa al poco de la reanudaci¨®n. Situado en el l¨ªmite del fuera juego, con Mathieu y Ricardo Costa adelantados, le lleg¨® un bal¨®n corrido que le permiti¨® conducir hasta la sombra de Guaita. Le esper¨® el meta del Valencia, rodilla en suelo y con los brazos abiertos para encontrarse con el remate detenido entre sus piernas. La no conversi¨®n de esa contra, con todo a favor para marcar, conden¨® al Atl¨¦tico a sufrir, m¨¢s por la incertidumbre del marcador que por lo que generaba el Valencia. Se sostuvo el l¨ªder con un God¨ªn imponmete y el despliegue eterno de Gabi. Introdujo Pizzi a Vargas por Parejo y a Feghouli por Barrag¨¢n, que fracas¨® en ese experimento de su t¨¦cnico como volante por la derecha. En ese acoso que propici¨® la concesi¨®n de campo al Valencia, Jonas apareci¨® con un remate en el segundo palo que intercept¨® Filipe Luis, y Feghouli con una volea cruzada que se fue por poco.
No pudieron los cambios que hizo Simeone domar el partido tanto como hubiera deseado. Meti¨® a Arda por Villa para tratar de dormir el juego y a Sosa por Ra¨²l Garc¨ªa para buscar un lanzador a la b¨²squeda de la zancada de Diego Costa. Fue Sosa el que la encontr¨® una vez, pero Costa se volvi¨® a encontrar con Guaita, que se redimi¨®, de alguna manera, de un error que decidi¨® el encuentro y que ha puesto al Atl¨¦tico a dos partidos de entrar en la historia.
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