El Benfica aguanta todo un chaparr¨®n

Sangre, pelea desde los banquillos y un muro infranqueable del Benfica que al fin pone en entredicho a B¨¦la Guttmann, exitoso t¨¦cnico luso que tras ser despedido en 1962 del club de las ¨¢guilas augur¨® que no ganar¨ªan una final europea en 100 a?os. Apret¨® los dientes, se abroch¨® en su campo y desarticul¨® el equipo de Jorge Jes¨²s a la Juve, que hizo de todo menos el gol y se queda sin jugar la final (venci¨® 2-1 en la ida el equipo luso), que se celebrar¨¢ en su casa para su ahora infortunio.

Pareci¨® jugar la Juve junto a sus 117 a?os de historia, equipo de aliento intimidatorio y f¨²tbol a borbotones alimentado por una hinchada de rugido insistente porque no festeja un t¨ªtulo europeo desde 1996 (gan¨® la Champions al Ajax). Tales fueron los mordiscos del Juventus, exigido a expresarse en campo ajeno, que acorral¨® de lo lindo al Benfica, equipo configurado para el toque y el despliegue. Pero la Juve se encasquill¨® en los metros finales, sin ingenio ni espacios para el pase definitivo, demasiado est¨¢tico Llorente y desdibujados los desmarques de T¨¦vez. Por lo que se remitieron a los lanzamientos de francotirador: tres de Pirlo, uno de Vidal, otro de Lichtsteiner, uno m¨¢s de T¨¦vez... Pero para batir al joven esloveno Oblak, la sensaci¨®n bajo los palos, se necesita el disparo perfecto. Y no se dio.

Apenas dijo mu el Benfica, escudado en la contra y en la aceleraci¨®n de Rodrigo, que tuvo dos ocasiones que no atin¨® a definir. Una porque Lichtsteiner sac¨® a pasear el brazo y el colegiado no lo vio, aunque Markovic hizo lo mismo en el ¨¢rea rival con id¨¦ntico resultado. Y ah¨ª se acab¨® la voracidad del Benfica, atornillado a su campo, ligado a unos sudores fr¨ªos que nada ten¨ªan que ver con la torrencial lluvia que ca¨ªa.

As¨ª, impulsados por Pogba, un mago del bal¨®n, la Juve deshizo los nudos que le planteaba el Benfica. Bien con centros al ¨¢rea que Bonucci y Vidal no completaron; bien con la expulsi¨®n de Enzo P¨¦rez, que no midi¨® su ¨ªmpetu y se march¨® al vestuario antes de tiempo. Escenario perfecto para la Juve, que plant¨® una zaga de cuatro con dos laterales de lo m¨¢s ofensivos, en busca de un T¨¦vez que no acab¨® por resolver.

Con la tensi¨®n del reloj, Vucinic y Markovic -no jugar¨¢ la final como tampoco lo har¨¢n Salvio y Enzo P¨¦rez- se enzarzaron en una pelea en los banquillos y a la jugada siguiente Pogba clav¨®, en una entrada escalofriante, la bota en la boca de Garay, que dej¨® al equipo con nueve en el descuento. Pero este Benfica, campe¨®n de Liga y finalista de la Copa, la Copa de la Liga y la Liga Europa, puede con todo. Queda por ver si tambi¨¦n con B¨¦la Guttmann.