La reivindicaci¨®n del ¡®Gato¡¯

Los asesores de Florentino P¨¦rez, el presidente del Real Madrid, aconsejan que se apresure a reivindicar p¨²blicamente la figura de Carlo Ancelotti, el entrenador. La goleada del equipo en M¨²nich (0-4) en un partido hist¨®rico para el madridismo, y el acceso a la final de la Champions en Lisboa, consolidan el trabajo del t¨¦cnico italiano y disipan las dudas de la directiva. Seg¨²n fuentes del Madrid, la junta no hab¨ªa descartado cambiar de entrenador para la pr¨®xima temporada. Hasta las semifinales, Florentino P¨¦rez se encontraba decepcionado con Ancelotti porque, en su opini¨®n, el equipo segu¨ªa practicando un f¨²tbol muy condicionado hacia el contragolpe, no ayudaba al club en temas como las quejas contra los ¨¢rbitros, y la utilizaci¨®n de Bale, Isco e Illarramendi, los nuevos fichajes, resultaba vacilante. A la espera de una posible eliminaci¨®n del equipo en M¨²nich y de la confirmaci¨®n aritm¨¦tica de la p¨¦rdida de la Liga a favor del Atl¨¦tico, la directiva evaluaba si continuar o no con el entrenador. Ahora, en cambio, la felicidad de todos es plena y en el entorno presidencial creen que ha llegado la hora de romper una lanza por Ancelotti.

La concentraci¨®n del Madrid en M¨²nich, el martes por la ma?ana, se alborot¨® con la circulaci¨®n de un art¨ªculo del diario digital El Confidencial. Se titulaba Carlo Ancelotti se juega la Champions y su futuro en el Real Madrid. La informaci¨®n hablaba de un Florentino P¨¦rez que fiscalizaba con celo el trabajo del entrenador, al que destituir¨ªa en caso de un mal resultado contra el Bayern. Hubo jugadores que, sabedores de la relaci¨®n del presidente con El Confidencial, se lo tomaron muy en serio. La sospecha de que la cabeza del entrenador corr¨ªa peligro sirvi¨® de estimulante al equipo durante el partido. No son pocos los futbolistas que creen que Ancelotti, a diferencia de Mourinho, ha creado un clima de trabajo por el que merece la pena pelear.

Mourinho ten¨ªa garantizado el poder. El italiano vive de su rendimiento

Fue el propio Florentino P¨¦rez quien reemplaz¨® a Mourinho contratando a Ancelotti hace un a?o, despu¨¦s de una d¨¦cada incluy¨¦ndole en su lista de t¨¦cnicos favorita. La apuesta fue clara y, aparentemente, result¨® un acierto. Sin embargo, el presidente ha desconfiado de su elecci¨®n. En el club hay quien compara la primera temporada de Mourinho con la primera temporada de Ancelotti y se asombra ante la diferencia de trato que dispens¨® el mandatario a ambos entrenadores. Entre los funcionarios que trabajan para el presidente recuerdan que entre febrero y marzo de 2011 sus asesores redactaron discursos espec¨ªficos para defender a Mourinho en entrevistas y actos oficiales, cuando el portugu¨¦s ni siquiera hab¨ªa clasificado al equipo para cuartos de la Champions.

El 22 de febrero de 2011 Florentino P¨¦rez fue contundente en la SER: ¡°Mourinho lo hace todo bien. Estoy seguro de que Mourinho estar¨¢ en el Real Madrid m¨¢s de cuatro a?os¡±. El 12 de marzo del mismo a?o, durante el acto de entrega de insignias proclam¨® que Mourinho era un bravo representante del ¡°se?or¨ªo¡± madridista. ¡°Un gran club necesita de un gran entrenador, pero los grandes entrenadores solo lo son si tienen un gran club detr¨¢s. Eso es sagrado. Tener al presidente como m¨¢ximo responsable del club apoyando es importante para m¨ª¡±, dijo Mourinho.

El portugu¨¦s no precis¨® resultados para garantizarse el poder y el apoyo del club. Ancelotti, sin embargo, vive de su rendimiento. Al d¨ªa, como la inmensa mayor¨ªa de los entrenadores. Con una Copa, una final de Champions, y una Liga en disputa a falta de tres jornadas, el historial madridista del italiano parece notable. Sin embargo, el entrenador, que nunca ha reclamado p¨²blicamente el respaldo de nadie, se pregunta si de verdad Florentino P¨¦rez aprecia su labor. Ambos mantienen una relaci¨®n cordial pero superflua porque el presidente prefiere trasladarle los mensajes m¨¢s profundos mediante terceros. En la directiva hay quien se lo toma con humor. Como ve¨ªan que el t¨¦cnico sal¨ªa ganador a ¨²ltimo momento de partidos que parec¨ªan sentenciarle, como en Mestalla y en Dortmund, acabaron por ponerle un mote. Le llaman El Gato, dicen, porque tiene siete vidas.