Simeone y el ¨¦xito de la pasi¨®n
El t¨¦cnico del Atl¨¦tico se basa en su experiencia como jugador para detectar el tipo de se?ales que pueden determinar un partido o diagnosticar el estado an¨ªmico de uno de sus futbolistas
¡°Yo vengo del f¨²tbol¡±, suele zanjar Diego Pablo Simeone cuando una pregunta pretende ce?ir, a sus preferencias o a sus influencias, su manera de entender el juego. Tiene una f¨®rmula y un m¨¦todo, pero esa declaraci¨®n de principios habla de un entrenador universal que acepta respetuoso otras propuestas desde sus propias experiencias. Hay en Simeone el compendio del que siente la pasi¨®n por el f¨²tbol desde el ni?o y el jugador que fue y el entrenador que es ahora. Desde ese proceso vivido, puede explicarse este Atl¨¦tico, que en dos a?os y medio ha conquistado tres t¨ªtulos y se ha plantado en una final de la Copa de Europa 40 a?os despu¨¦s. Gana desde el conocimiento y el trabajo para prever partidos seg¨²n su equipo y el rival.
Esa ligaz¨®n umbilical con el juego le otorga un plus diferencial que le da para detectar el tipo de se?ales que determinan el devenir de un partido o diagnosticar el estado an¨ªmico de uno de sus jugadores. Destripa los juegos en una cabeza que ha sido y es una esponja en constante absorci¨®n, una m¨¢quina a la b¨²squeda de resortes y soluciones para ganar, el ¨²nico fin con el que no admite discusiones. El grupo le interpreta con una fe ciega, ah¨ªto de triunfos y crecimientos individuales alcanzados desde sus instrucciones y su metodolog¨ªa. En el vestuario explican bien el impacto que ha supuesto esa creencia incondicional en su pizarra y en su psicolog¨ªa, incluso en inferioridad de recursos. ¡°?Por qu¨¦ no ¨ªbamos a pasar la primera fase?, ?por qu¨¦ no pod¨ªamos eliminar al Milan?, ?Y por qu¨¦ no al Barcelona? ?Y al Chelsea ya que est¨¢bamos en semifinales? Ninguno pens¨¢bamos que pod¨ªamos llegar a la final¡±, reflexiona un jugador sobre el desarrollo que se hado en la mente del grupo durante la competici¨®n europea.
Esta eliminatoria ganada al Chelsea ha mostrado ese ¡° yo vengo del f¨²tbol¡± en toda la extensi¨®n pasional de Simeone. Desde que termin¨® el partido de ida empez¨® a maquinar la idea de jugar con Adri¨¢n para desmontar el complejo entramado defensivo de Jos¨¦ Mourinho. El d¨ªa antes, Adri¨¢n ya sab¨ªa que ser¨ªa alineado. Si quedaba alguna esperanza para la recuperaci¨®n del futbolista al que m¨¢s oportunidades ha concedido, era utiliz¨¢ndole en una gran cita. En partidos de perfil m¨¢s bajo, apenas le hab¨ªa respondido. En el duelo de vuelta de los cuartos contra el Bar?a lo aline¨® por necesidad ante la lesi¨®n de Diego Costa. Recuperado an¨ªmicamente porque le hizo volver a sentirse importante, el mi¨¦rcoles le entreg¨® la titularidad ya convencido de que su velocidad y su t¨¦cnica pod¨ªan darle mucho. ¡°El gol fue la mejor manera de devolverme la confianza¡±, dijo sobre un jugador con el que mantuvo una charla previa para reforzarle.
¡°Yo vengo del f¨²tbol¡±, explica el argentino, lema que ha exhibido ante el Chelsea
Sus consignas en el vestuario de Stamford Bridge durante el descanso se limitaron a unas peque?as correcciones, principalmente la de acelerar la combinaci¨®n entre Mario y Tiago y las aperturas a banda. El objetivo de esa mejora en el juego de ataque era mantener el impulso psicol¨®gico que supuso haber empatado el partido antes del descanso. No orden¨® el repliegue, sino que pretendi¨® hacerle entender a los futbolistas de Jos¨¦ Mourinho que estaban ante un equipo dispuesto a hacer notar su superioridad. El Atl¨¦tico empez¨® a manejar el partido en plena crecida de sus centrocampistas con el bal¨®n. El gol de Arda, tras un rondo extenso, pero muy intencionado, con ese cambio de juego final de Tiago a Juanfran, que ya gener¨® el primer gol, plasm¨® esa superioridad.
Tampoco las instrucciones previas al partido fueron muy extensas. En el hotel los jugadores fueron aleccionados con un v¨ªdeo de corta duraci¨®n. Simeone determin¨® que el equipo formado en 4-4-2 tendr¨ªa capacidad de respuesta para cualquier intento de sorpresa por parte de Mourinho. Consider¨® que el equipo ya tiene las ideas tan claras y la estructura del dibujo tan definida que no hac¨ªa falta sobrecargarle de informaci¨®n. El espionaje al Chelsea, que ya le dio r¨¦ditos en la ida, tambi¨¦n le puso sobre la pista de Azpilicueta como volante por delante de Ivanovic. ¡°Algo ten¨ªan que hacer para frenar a Filipe, que en el partido de ida les caus¨® problemas¡±, aseguran en el Cerro del Espino.
La exhibici¨®n del Atl¨¦tico en Stamford Bridge tambi¨¦n descubri¨® a un entrenador capaz de cautivar al propio Mourinho. Hubo momentos del partido en los que el t¨¦cnico del Chelsea estaba m¨¢s pendiente de las instrucciones de Simeone que de su propio equipo. Qued¨® perplejo el luso ante el cabreo monumental que se agarr¨® El Cholo cuando, ya con el 1-3, le pregunt¨® a Sosa si pod¨ªa seguir en el campo tras un golpe y este, despu¨¦s de decirle que s¨ª, no pudo completar una persecuci¨®n en un lance posterior. Otro tic del ¡°yo vengo del f¨²tbol¡±. Ese con el que puede hacer que sus jugadores hablen de ganar al Levante minutos despu¨¦s de meterse en la final de la Copa de Europa.
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