Hamilton escucha al ¡®padrino¡¯
Niki Lauda aconseja al piloto de Mercedes para controlar su car¨¢cter su lucha con Rosberg
Las flechas de plata de Nico Rosberg y Lewis Hamilton est¨¢n m¨¢s afiladas que nunca, hasta el punto de haberse convertido en dos armas de doble filo que Mercedes ha conseguido manejar de maravilla hasta el momento. Ya se ver¨¢ c¨®mo evolucionan las cosas entre el alem¨¢n y el brit¨¢nico a medida que se vayan descontando grandes premios, sobre todo si la gresca por el t¨ªtulo se limita a ellos dos, algo que visto lo visto parece lo m¨¢s probable. Rosberg se impuso en Australia el d¨ªa que se levant¨® el tel¨®n y desde entonces comanda las estad¨ªsticas, aunque Hamilton, que en aquella primera cita abandon¨®, gan¨® de carrerilla las tres siguientes y le recort¨® a su vecino 21 puntos, qued¨¢ndose a una distancia de solo cuatro a las puertas de que ma?ana (14.00, Antena 3 y MovistarTV), en Montmel¨®, se celebre la quinta parada. La primera jornada de entrenamientos dej¨® a Hamilton al frente de la tabla de tiempos con un margen de casi medio segundo sobre su compa?ero. El tercer mejor registro fue de Daniel Ricciardo, por delante de Fernando Alonso, que concluy¨® a un segundo y medio del mejor tiempo.
Mercedes vive una bendita paradoja. Por un lado, se sienten dichosos porque hac¨ªa m¨¢s de medio siglo que no se ve¨ªan en una de estas, con opciones del premio gordo. En contrapartida, que sus dos pilotos peleen el uno contra el otro ha motivado que una atm¨®sfera de calma tensa se instale en el taller del gigante de Stuttgart. Con tal de retrasar cualquier incendio, la escuder¨ªa instaur¨® un c¨®digo de conducta que los corredores est¨¢n obligados a respetar cuando se suben al coche. En Brackley (Gran Breta?a) persiguen algo pr¨¢cticamente imposible en un ecosistema tan individualista y competitivo como la F-1: mantener contentos a Hamilton y Rosberg aunque uno termine por quitarle el t¨ªtulo al otro.
El m¨¢s delicado es Hamilton, uno de los principales reclamos del circo. Al chico de Tewin le rodea una aureola de estrella que ¨¦l, con las excentricidades que tanto le gustan, se encarga de alimentar y que su equipo hace lo posible por limitar. Para evitar que se descentre y cometa esos errores que en el pasado le han penalizado, Mercedes tira de la mejor herramienta de la que dispone para tratar de condicionar su comportamiento: Niki Lauda. Por su condici¨®n de mito, el austriaco, miembro de la c¨²pula del constructor germano, es la persona que m¨¢s influencia tiene sobre ¨¦l. ¡°Niki es muy especial para m¨ª porque estamos hablando de una leyenda. En la F-1 no hay mucha gente como ¨¦l. Es muy guay escucharle y que sea una especie de padrino¡±, comentaba Hamilton en Shangh¨¢i en conversaci¨®n con este peri¨®dico.
En ese papel de tutor, Lauda le ha recomendado que mantenga alejado cualquier elemento de su vida privada que le pueda perturbar cuando se enfunda el mono. En China, ¨¦l mismo reconoc¨ªa que prefiere que su chica, la cantante Nicole Sherzinger, no se deje ver por los circuitos. El tricampe¨®n tambi¨¦n le ha aconsejado que deje fuera a Roscoe y Coco, sus dos bulldog, y que aparque hasta m¨¢s adelante sus aspiraciones musicales ¡ªya ha grabado alguna canci¨®n en Estados Unidos aprovechando la influencia de su novia en el sector¡ª.
Al otro lado del garaje, su colega juega la carta de la paciencia mientras observa c¨®mo un tibur¨®n se le acerca a toda velocidad. ¡°Lo ¨²nico que necesito es un fin de semana normal, algo que no se ha dado ¨²ltimamente¡±, reconoce Rosberg, cuya t¨¢ctica pasa por esperar a que Hamilton se despiste para coger una bocanada de aire.
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