Nadie grita los goles en Ucrania
La liga de f¨²tbol est¨¢ en vilo tras la fractura del pa¨ªs y la prohibici¨®n de asistencia a los estadios
Dif¨ªcil decidir qui¨¦n tuvo un domingo m¨¢s raro. Peculiar fue el de los futbolistas del Dinamo de Kiev, que jugaron como visitantes en su propio estadio y a puerta cerrada. Pero es que a los jugadores del Illichivets de Mariupol no solo les toc¨® ejercer de locales en el campo del contrario. El equipo de Mariupol, und¨¦cimo en la tabla e insignia de esta poblaci¨®n del sureste de Ucrania, no pudo recibir en casa al Dinamo porque su ciudad viv¨ªa esos d¨ªas sumergida en los enfrentamientos entre prorrusos y el Ej¨¦rcito que dejaron una decena de muertos. La ma?ana del partido, el domingo 11, los jugadores del Illichivets tuvieron que viajar al aeropuerto de Donetsk en autob¨²s porque el suyo estaba cerrado; volaron con el tiempo justo y despu¨¦s del partido durmieron en un hotel de la capital a cuenta del rival.
El detalle de que el encuentro adem¨¢s fuera a puerta cerrada, sin m¨¢s testigos que 50.000 sillas amarillas y azules vac¨ªas, obedece a que, cuando faltan dos jornadas de liga y con la final de la Copa Nacional entre medias, la Federaci¨®n Ucraniana de F¨²tbol (FFU, en sus siglas en ingl¨¦s) vet¨® la asistencia de espectadores a los estadios por razones de seguridad. Con un pa¨ªs que se despe?a entre referendos de secesi¨®n, enfrentamientos de milicias, tensiones con Rusia y cientos de muertos ya, los ¨²ltimos d¨ªas han demostrado que el f¨²tbol tampoco puede vivir ajeno a las turbulencias nacionales. El campeonato ucranio refleja la divisi¨®n del pa¨ªs: de los 16 equipos que lo disputan, 6 pertenecen al ¨¢rea proeuropea, 2 son formaciones de zonas pol¨ªticamente ambiguas y 8 de la regi¨®n oriental, prorrusa (2 de ellas, de la ya escindida Crimea). El 2 de mayo, una marcha en Odesa a favor de la unidad del pa¨ªs que cont¨® con gran protagonismo de hinchas de f¨²tbol acab¨® en enfrentamientos y un incendio con 36 muertos. Para evitar represalias entre aficionados, la FFU orden¨® que se candaran las puertas de los estadios.
El campeonato refleja la divisi¨®n nacional: seis equipos pertenecen al ¨¢rea proeuropea y ocho a la oriental, prorrusa
La ciudad principal de la franja oriental, Donetsk, cuenta con dos millones de habitantes y tres grandes equipos: el Metalurg, el Olimpik y el Shakhtar. El domingo pasado, mientras este ¨²ltimo se declaraba campe¨®n de la Liga por quinto a?o consecutivo, sus vecinos votaban en refer¨¦ndum separarse del pa¨ªs. Rinat Ajmetov, con 12.000 millones de d¨®lares el oligarca m¨¢s rico de Ucrania, preside el club desde 1996. Aup¨¢ndose en los fondos de su sociedad, la System Capital Management, propietaria de las principales minas de la regi¨®n, Ajmetov ha convertido el Shakhtar en una m¨¢quina de ganar. Ha sido un fijo en las competiciones europeas durante las ¨²ltimas 10 temporadas (gan¨® la Copa de la UEFA en 2009) y ha acaparado casi todos los t¨ªtulos nacionales. El jueves pasado tuvo la oportunidad de ampliar su palmar¨¦s en la final de la Copa de Ucrania contra el Dinamo de Kiev, su eterno rival.
No lo consigui¨®. El equipo de la capital gan¨® (2-1) y logr¨® su primer trofeo en siete a?os. ¡°Ha sido una alegr¨ªa¡±, explicaba el santanderino Ra¨²l Ruiz, de 54 a?os y preparador f¨ªsico del Dinamo desde hace tres meses. ¡°Los jugadores viven en buenas casas a las afueras de Kiev y est¨¢n al margen de las protestas, pero llevan un periodo que no est¨¢n atentos al f¨²tbol, sino a lo que pasa en la calle, a sus familias, sus amigos¡¡±, afirma este exprofesor de educaci¨®n f¨ªsica que dej¨® su plaza en un colegio para sentarse en el banquillo del Racing de Santander, el Levante CF y el ruso Rubin Kazan, donde ha pasado cinco a?os.
La final s¨ª se jug¨® con espectadores aunque en terreno neutral: un modesto estadio de Poltava, a 200 kil¨®metros de Kiev. Tras una larga pol¨¦mica, la federaci¨®n accedi¨® a que los aficionados entraran al campo. Los hinchas enviaron cartas a la FFU y se manifestaron pac¨ªficamente frente a su sede; Andriy Yarmolenko, la estrella del Dinamo, protest¨® con amargura: ¡°Jugar sin gente no es profesional, es como un entrenamiento¡±; y lo secund¨® Igor Surkis, presidente del Dinamo y hermano de Hryhoriy Surkis, pol¨ªtico multimillonario y uno de los cinco vicepresidentes de la UEFA que antes presidi¨® la FFU. ¡°Una final sin espectadores no es f¨²tbol, es una parodia¡±, asegur¨®.
Pero, a pesar de que la federaci¨®n cedi¨®, el espect¨¢culo qued¨® desnaturalizado. Apenas unos 10.000 aficionados quedaron desperdigados tras una hilera de militares que cercaban el terreno de juego. Y despu¨¦s de ese par¨¦ntesis para proteger el choque entre los dos mayores equipos del pa¨ªs, la FFU volvi¨® a decretar que se terminase a puerta cerrada una liga ya decidida que no pasar¨¢ a los anales del f¨²tbol, pero s¨ª de la memoria colectiva.
Al poco de empezar, en noviembre de 2013, miles de personas salieron a la calle para protestar contra la negativa de V¨ªktor Yanuk¨®vich, entonces presidente del Gobierno, de firmar un acuerdo comercial con la Uni¨®n Europea. La espiral de violencia en la que ha entrado el pa¨ªs desde entonces mantiene a la UEFA en vilo, pendiente del resultado de las elecciones nacionales del 25 de mayo para empezar a vislumbrar d¨®nde y c¨®mo jugar¨¢n el a?o que viene los equipos de la primera divisi¨®n ucrania. Como medida de precauci¨®n, el organismo que dirige el f¨²tbol en Europa ya ha mandado delimitar los pr¨®ximos encuentros del europeo sub 21, que se jugar¨¢ en el pa¨ªs entre junio y julio, a ¡°ciudades seguras¡± como Kiev o Lviv, al oeste. Y eso ya es un avance: en marzo, con las calles de la capital en llamas, el Dinamo tuvo que jugar en Chipre la ida de dieciseisavos de la Liga Europa contra el Valencia. ¡°El presidente pag¨® el pasaje a los aficionados y la estancia¡±, apuntan desde la sede del club de fans del Kiev en su antiguo estadio, donde los jugadores ya les han dedicado un entrenamiento a puerta abierta para que al menos puedan verles en acci¨®n entre ellos.
Esta semana la liga se cerrar¨¢ seguramente con otra jornada de gradas vac¨ªas ante el disgusto de los aficionados, que no saben si el a?o que viene podr¨¢n ver un enfrentamiento entre el Shakhtar y el Dinamo. ¡°Aqu¨ª nunca ha habido ning¨²n problema, siempre hay buen ambiente¡±, indicaban el domingo Andrei y Sasha, dos socios del Dinamo, en las puertas del estadio Ol¨ªmpico antes del extra?o partido con el Illichivets. Junto a ellos, otras 20 personas esperaban entrar en el ¨²ltimo momento. ¡°Tengo un amigo en San Petersburgo y me cuenta que all¨ª en todos los partidos hay violencia¡±, remataba uno de ellos entre c¨¢nticos de apoyo al club y proclamas contra el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. La esperanza en un milagro postrero no se desvanece, bas¨¢ndose en que hasta ahora todas las decisiones de la FFU han parecido marcadas por la improvisaci¨®n. ¡°A¨²n no sabemos¡± es la respuesta m¨¢s frecuente al consultar a la federaci¨®n, los fans y los vestuarios.
Con el reparto de t¨ªtulos entre los dos grandes equipos cerrado, y unos comicios dentro de una semana marcados por la fractura del pa¨ªs y el miedo a nuevas revueltas, la liga ucrania mira con incertidumbre al futuro. La misma neblina empa?a los ojos de Alexander, hincha de 72 a?os del Dinamo que sostiene que ¡°suprimir el p¨²blico de los estadios es una decisi¨®n pol¨ªtica equivocada, una mala idea, porque los fan¨¢ticos se radicalizan y va a ser peor¡±.
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