El aprendizaje acelerado de Landa
El escalador alav¨¦s del Astana muestra su car¨¢cter y estilo en el Giro de su debut
Anquetil, el perfeccionista, cuentan, llevaba el reloj de pulsera en la mu?eca derecha para evitar que la corona de dar cuerda y mover las manecillas le hiciera un agujero permanente en la izquierda cuando se doblaba en postura ideal sobre el manillar en las contrarreloj. Por esa raz¨®n tan sencilla cre¨® para s¨ª mismo una imagen diferente, ¨²nica, que otros que le admiraban despu¨¦s imitaron, como si por llevar el reloj en la derecha fueran a correr m¨¢s y m¨¢s r¨¢pido. Marco Pantani, ¨¦l, demarraba en monta?a como ninguno, como el verdadero sprinter de las cumbres que se sent¨ªa, con las manos abajo, en la curva inferior del manillar. Muy pocos escaladores intentaron imitarlo, por la dificultad de la postura, por la enorme exigencia muscular que reclama, y parec¨ªa que el estilo ¨²nico hab¨ªa muerto con su creador. Sin embargo, hace solo unas semanas, ascendiendo el monte Bondone, sobre Trento, una de esas cimas que los ciclistas llaman m¨ªticas (aunque solo sea por la nevada que coron¨® a Charly Gaul campe¨®n del Giro del 56), se vio demarrar (y triunfar) al estilo Pantani a un ciclista vestido de azul claro, un escalador moreno y espa?ol, de Murgia (?lava), llamado Mikel Landa. En el Giro, despu¨¦s de sufrir ca¨ªdas y cortes, Landa, el ¨²nico espa?ol menor de 25 a?os, va el 44?, a 22m 20s de Evans.
"S¨ª, ya s¨¦ que Pantani demarraba as¨ª, pero no lo hago por imitarlo", dice Landa, que tiene 24 a?os, comenz¨® de profesional en el Euskaltel y debuta en el Giro con el Astana, cuyo director es justamente Giuseppe Martinelli, el t¨¦cnico del mejor Pirata. "He empezado a hacerlo este a?o, quiz¨¢s al cambiar de bicicleta. Un d¨ªa lo prob¨¦ y sin m¨¢s¡ Me ha salido solo y me ha salido bien". La victoria de Landa en el Bondone del Giro del Trentino (ante corredores como Cadel Evans, el ganador final, o sus compa?eros Scarponi y Aru) fue el primer triunfo de cierta entidad en 2014 de un ciclista espa?ol que no se llamara Contador, Purito o Valverde, un dato que dice tanto de la cierta penuria del futuro del ciclismo hispano como de la calidad de Landa. "S¨ª, ya vi que arrancaba como Pantani, pero no tiene nada m¨¢s que ver", dice Martinelli, quien se confiesa un enamorado de Landa desde la m¨¢s tierna edad ciclista del alav¨¦s. "Antes incluso de que estuviera en el Euskadi ya me hab¨ªa fijado en ¨¦l", dice Martinelli. "Aunque, claro, lo que me asombr¨® de verdad fue su victoria en las Lagunas de Neila en 2011".
Y no solo Martinelli. Aquel d¨ªa de agosto de 2011 Landa, con apenas 21 a?os, fue un descubrimiento impresionante para toda la afici¨®n. En la subida final de la Vuelta a Burgos, despu¨¦s de marcar el ritmo durante varios kil¨®metros a su l¨ªder Samuel S¨¢nchez, que intentaba romper la resistencia del l¨ªder de la carrera, Purito Rodr¨ªguez, Landa recibi¨® de su jefe, que no pod¨ªa m¨¢s, el pasaporte para atacar. Atac¨® en una curva a dos kil¨®metros de la cima con las manos en la parte superior del manillar y aunque Dani Moreno, que organiz¨® la caza para su Purito, y tambi¨¦n Juanjo Cobo, que poco despu¨¦s ganar¨ªa la Vuelta a Espa?a, lo intentaron, nunca lo volvi¨® a ver nadie. "Despu¨¦s no es que me estancara", dice Landa, que no volvi¨® a ganar una etapa hasta el Bondone. "Simplemente fueron a?os de aprendizaje y madurez. Este a?o estoy recolectando ese trabajo, y tambi¨¦n noto el cambio de entrenador: ahora estoy con Paolo Slongo, el mismo entrenador que mi compa?ero Nibali¡".
S¨ª, ya s¨¦ que Pantani demarraba as¨ª, pero no lo hago por imitarlo Mikel Landa
Aquel d¨ªa Landa atac¨® como habr¨ªa atacado Iban Mayo, su ¨ªdolo siempre. "Me hice ciclista porque quer¨ªa ser Mayo vi¨¦ndole subir el Alpe d'Huez y el Ventoux y tantos puertos", dice Landa, quien terminado el bachillerato empez¨® a estudiar arquitectura t¨¦cnica, carrera que ha dejado aparcada para ser ciclista profesional. "Tendr¨ªa entonces 13 o 14 a?os, y despu¨¦s de verlo en la tele me sent¨ªa Mayo subiendo el Gorbea, el monte que sale de mi pueblo, de Murgia, la frontera entre ?lava y Vizcaya. El Gorbea lo he subido cientos de veces en cualquier medio y las im¨¢genes de Mayo las he visto tambi¨¦n repetidas millones de veces¡".
Antes incluso de la desaparici¨®n del Euskaltel la pasada temporada, Landa ya sab¨ªa que su futuro ciclista estaba en otra parte. De entre todas las ofertas que recibi¨® se decidi¨® casi sin dudarlo por la del Astana. "Lo hice, sobre todo, por el gran inter¨¦s que mostraron por m¨ª Martinelli y tambi¨¦n Vinok¨²rov, el m¨¢nager del equipo", dice Landa, quien inmediatamente fue adoptado por Scarponi, su gran protector y habitual compa?ero de habitaci¨®n (no as¨ª en el Giro) en el equipo kazajo-italiano por el que han pasado corredores como Armstrong y Contador. El viejo Scarponi le bautiz¨® r¨¢pidamente como Kung fu Landa -"y me gusta, no tanto el apodo como el que me lo pongan, me hace sentirme apreciado por el grupo", dice-y le ha prometido triunfos y riquezas. "Landa tiene plena libertad en el Giro despu¨¦s de la ca¨ªda de Cassino, que me ha retrasado", dice el l¨ªder del Astana, que cuenta tambi¨¦n con otra figura del futuro, otro escalador fino, el sardo Fabio Aru, con libertad de acci¨®n en el Giro.
"A Landa no le vamos a exigir nada", dice Martinelli. "Le he dicho que est¨¦ con Aru, que aprenda a su rueda y vea hasta d¨®nde puede llegar en la monta?a. Y si alg¨²n d¨ªa tiene una oportunidad, que la aproveche¡".? Y los Dolomitas, las monta?as p¨¢lidas que le hacen so?ar, ya se acercan.
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