El diablo con faldas y guantes de boxeador
Tercera victoria al esprint del franc¨¦s Bouhanni, el velocista del momento
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El vinagre aguanta m¨¢s que el vino (cosas as¨ª se aprenden en las tierras de la llanura de M¨®dena y Parma, en las que el tiempo, su paso, tiene un motivo y no se mide en segundos, ni siquiera en la f¨¢brica de Ferrari, sino en generaciones) porque la acidez, precisamente, mantiene el producto sano. El vinagre de M¨®dena se pasa 35 a?os envejeciendo en un barril antes de ser embotellado en frascos de perfume, y un queso parmesano, un cilindro enorme de 40 kilos que parece un timbal, pero no debe sonar como un timbal, sino sordo, muerto, cuando se le golpea, al menos 22 meses. Como el terremoto de hace dos a?os destruy¨® miles y miles de quesos al hacerlos caer de sus estrechos estantes de madera donde reposan, ahora se conservan en estanter¨ªas con protecci¨®n antis¨ªsmica.
Vi¨¦ndolo as¨ª, dar¨ªa la sensaci¨®n de que el paso del tiempo, aparte de repetici¨®n eterna, significa progreso. La historia de Alfonsina Strada, que naci¨® hace m¨¢s de 100 a?os en el kil¨®metro 9,3 de la etapa de ayer, puede mostrar, sin embargo, todo lo contrario. Hace 90 a?os, en 1924, Strada, una mujer con nombre de poeta y alma de rebelde, como corresponde, corri¨® el Giro con los hombres, con dorsal oficial (el n¨²mero 72). Lo termin¨® aunque su nombre no figura en la general final porque el quinto d¨ªa lleg¨® fuera de control. Aun as¨ª se empe?¨® en terminarlo y en correrlo m¨¢s a?os. Pero ya el Giro no se lo permiti¨®. Strada, apodada el diablo con faldas por una afici¨®n que la idolatraba, sobrevivi¨® a dos maridos y se mat¨® como Lawrence de Arabia, sali¨¦ndose de la carretera con su moto de gran cilindrada, una Guzzi. Ten¨ªa 68 a?os. Fue en 1959 y ya por entonces ni a las mujeres se les permit¨ªa correr el Giro ni ninguna carrera con hombre, y ni siquiera se las dejaba acreditarse, trabajar en cualquier otra cosa que no fuera de belleza en los podios o tocando el acorde¨®n. Hasta los a?os 80 fue as¨ª. La mujer de Oca?a se colaba entre las barreras para poder estar cerca de su hombre durante el Tour y si un director, por ejemplo, quer¨ªa llevar en su coche a su sobrina para que viera una etapa, los comisarios le expulsaban de carrera.
El ganador esprinta como un boxeador, como deben ser los ciclistas, como un luchador que busca intimidar, en lucha siempre contra el tiempo
Tampoco antes estaba bien visto que un ciclista se dejara barba, y ahora medio pelot¨®n pierde m¨¢s tiempo al d¨ªa cuid¨¢ndosela que afeit¨¢ndose las piernas, y hace unos a?os, viendo las zapatillas que se ha dise?ado para s¨ª mismo Adam Hansen, que parecen unas pretty ballerinas de fibra de carbono, hermosas, alguno habr¨ªa soltado una sandez. Las bailarinas de Hansen, coraz¨®n de ciclista que corre todos los a?os las tres grandes y alma de ingeniero, australiano que se ha ido a vivir a la Rep¨²blica Checa, donde el mar no existe, seguramente le habr¨ªan encantado a Alfonsina Strada, y tambi¨¦n la combinaci¨®n de contrarrelojista, ajustad¨ªsima y sin bolsillos, que viste habitualmente Nacer Bouhanni, el espr¨ªnter del momento, el ganador, como se esperaba, de la etapa en Salsomaggiore, un decorado de hoteles termales belle ¨¦poque, evocador: su tercera victoria en una semana.
El padre del franc¨¦s de rojo, el color de la regularidad, emigrante argelino en los Vosgos, practicaba el ciclismo de joven, hasta que un d¨ªa le robaron la bicicleta. Se compr¨® entonces unos guantes de boxeador y se subi¨® a un ring. Nacer, su hijo ciclista, hered¨® del padre los guantes, la afici¨®n a boxear y la admiraci¨®n por Myke Tyson, pero poco despu¨¦s lo cambi¨® todo por una bicicleta y siendo, como es, peque?o y muy fuerte, contundente como una cerveza IPA, la que llevaban los ingleses a la India cargada de l¨²pulo y alcohol, y muy r¨¢pido, acab¨® siendo espr¨ªnter, y muy bueno. Esprinta como un boxeador, como deben ser los ciclistas, como un luchador que busca intimidar, en lucha siempre contra el tiempo, contra su paso veloz, y disfruta de los d¨ªas de llano que el Giro le regala camino de las gran semana decisiva, algo as¨ª como un novenario que comienza ma?ana con la primera contrarreloj, el ¨²ltimo d¨ªa en el que el l¨ªder, Cadel Evans, continuar¨¢ ahorrando segundos contra sus rivales que, como dice el lema de los ciudadanos modeneses tras el terremoto, est¨¢n feriti ma non perduti, ca¨ªdos pero no perdidos.
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