Ur¨¢n llega para quedarse
Una contrarreloj fatal para Cadel Evans termina con el primer colombiano con la maglia rosa y con ventaja en la general
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
Las nubes negras se mueven r¨¢pidas sobre las colinas tan verdes, sustituidas por m¨¢s nubes m¨¢s negras que trae el viento h¨²medo. Son las 11 de la ma?ana y Nairo Quintana, que regresa de explorar la contrarreloj que cambiar¨¢ el Giro, se baja riendo del coche en el que ha viajado junto a su director, Jos¨¦ Luis Arrieta. "?Que si est¨¢ contento porque le ha gustado el recorrido?", dice Arrieta. "No s¨¦, creo que se re¨ªa porque le hab¨ªa contado un chiste. El recorrido es duro. Las subidas no le van mal, pero en el llano sopla el viento de cara, y ¨¦l no podr¨¢ mover m¨¢s que un 54, mientras que otros llevar¨¢n un 55 o un 56¡ Y si llueve, que llover¨¢, los descensos ser¨¢n peligrosos¡" Cinco horas despu¨¦s, en la rampa de salida, Nairo Quintana, entre ataques de tos y lapos, sigue sonriendo, como recordando a¨²n el chiste de Arrieta, o tambi¨¦n como si supiera que por delante quedaba un gran d¨ªa para un cierto ciclismo colombiano, aunque no fuera para ¨¦l. Termin¨® Quintana, el escalador, la contrarreloj, los 42,2 kil¨®metros entre colinas agitadas que recordaban su antigua condici¨®n maldita, maltratadora de hombres, y termin¨® contento, termin¨® d¨®nde esperaba, como esperaba, incluso un poco mejor, aunque, repasando la hoja rosa en la que se imprime la clasificaci¨®n general pudiera comprobar tambi¨¦n que quiz¨¢s no ganar¨¢ el Giro. Pero eso tambi¨¦n ¨¦l lo sab¨ªa, aunque los perfiles de las etapas que quedan, su facilidad escaladora, el arte agresivo que tan bien manejan algunos de sus rivales emparejados en la general, como Pozzovivo, le otorguen a¨²n alguna esperanza.

El Giro, que perdi¨® seguramente Cadel Evans, incapaz de mantener la maglia rosa en su terreno, en el de la contrarreloj que tan bien se le da, lo ganar¨¢ quiz¨¢s otro colombiano, otro ciclista, llamado Rigo Ur¨¢n, que abri¨® hace ocho a?os un camino (un proceso lo dicen en su tierra), el camino por el que Quintana, tres a?os m¨¢s joven, ech¨® a andar tambi¨¦n hace tres: el camino de la emigraci¨®n para los j¨®venes, como tambi¨¦n Arredondo o Betancur, como todos los ciclistas colombianos que ense?an su valor en Europa, que son, justamente, los que no se han hecho profesionales en su Colombia. El primer ciclista colombiano que viste la maglia rosa, y seguramente el pionero, Mart¨ªn Cochise Rodr¨ªguez, que lleg¨® en el 73 a Italia y fue grande con Gimondi, lo estar¨¢ brindando ya, Ur¨¢n gan¨®, sorprendentemente la contrarreloj, y con clara ventaja, de m¨¢s de un minuto, sobre todos los dem¨¢s. "Y esta maglia rosa tiene un gran significado", dijo Ur¨¢n, quien el a?o pasado debi¨® asumir el liderato del Sky cuando se retir¨® Wiggins del Giro y termin¨® segundo. "Ya s¨¦ que quedan a¨²n las subidas m¨¢s duras, pero no temo a ninguna. Estoy aqu¨ª para ganar al Giro". Ur¨¢n tiene 27 a?os, la edad que dicen de la madurez y est¨¢ en el centro justo de los pretendientes, entre los viejos de m¨¢s de 30, Evans y Pozzovivo, y la generaci¨®n que llega, el fino holand¨¦s Kelderman, el polaco Majka, que a¨²n tiene marcas de acn¨¦ juvenil en el rostro, el sardo Aru¡
"Fich¨¦ por el Omega porque quer¨ªa ser l¨ªder ¨²nico en una grande", dijo Ur¨¢n, incr¨¦dulo a¨²n
Ur¨¢n lleg¨® a los 19 a?os a Italia, al lago de Garda, donde crecen los corredores de medio mundo, y dos a?os m¨¢s tarde estaba instalado en Pamplona, hablando muy deprisa y pensando muy pausado, con paciencia y ambici¨®n. Destac¨® inevitablemente en el Caisse d'?pargne, como se llamaba entonces el equipo de Eusebio Unzue, y tres a?os m¨¢s tarde dio el salto econ¨®mico de su vida fichando por el Sky, que le quer¨ªa para guiar a Wiggins en las monta?as. Se fue a vivir a M¨®naco y la casa que dej¨® vac¨ªa entonces en Pamplona la ocup¨® Quintana, que llega de otra Colombia. El paso por Pamplona es el ¨²nico v¨ªnculo entre ambos, tan diferentes: Ur¨¢n llega de la zona de Antioquia, de las afueras del Medell¨ªn urbano y veloz; Quintana llega del Boyac¨¢ campesino, y piensa tan pausado, y tan ambicioso como Ur¨¢n, y se expresa tambi¨¦n con pausa y con precisi¨®n. Quintana es escalador puro, y esa es su fuerza y su fe; Ur¨¢n, con m¨¢s cuerpo, con m¨¢s cuajo, es m¨¢s completo, y esa es su energ¨ªa: dej¨® al Sky porque quer¨ªa ser l¨ªder ¨²nico y fich¨® por el Omega, otra multinacional ciclista, que cree en ¨¦l y le respeta. "Fich¨¦ por el Omega porque quer¨ªa ser l¨ªder ¨²nico en una grande", dijo Ur¨¢n, ya hermoso de rosa, incr¨¦dulo a¨²n, y siempre sonriente. "Y ellos conf¨ªan en m¨ª y yo he trabajado muy duro para que conf¨ªen. Y esta contrarreloj, la segunda que gano en mi carrera, pues ya fui campe¨®n nacional j¨²nior de Colombia, es una prueba de ello".
Oy¨¦ndole embelesado, las gentes de Specialized, su marca de bicicletas, aplauden con las orejas. La marca norteamericana ha hecho de la contrarreloj su se?a diferencial, y Ur¨¢n, su melena, sus aires de Mick Jagger, lo refleja y lo cuenta, las horas de t¨²nel de viento, los o¨ªdos bien abiertos, y la mente, a las sugerencias de los ingenieros, la determinaci¨®n.
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