Nos queda un aire de desconcierto

NUEVA NARANJA

Observar a Holanda con 5 atr¨¢s chirr¨ªa tanto como ver a Del Bosque sin bigote. No pega. Van Gaal dio por hecho no discutir la posesi¨®n y permiti¨® que los centrocampistas espa?oles tuvieran el bal¨®n, pero intentando colapsar el ascensor con fuerte presi¨®n. Cedi¨® campo y quem¨® todos los archivos documentales sobre la Naranja Mec¨¢nica, a la que mand¨® al descanso eterno. En el juego de transformaci¨®n todos sus jugadores andan a contrapi¨¦ de posici¨®n natural, pero su calidad les resuelve conflictos. Holanda busca su identidad actual con satisfacci¨®n; ser¨ªa m¨¢s sencillo ver alg¨²n v¨ªdeo de Alemania 74 y rese?ar d¨®nde comenz¨® la leyenda del f¨²tbol total. Pero qui¨¦n le quita la raz¨®n hoy a Holanda.

SE ABRE LA VEDA

Este golpe no es como contra Suiza en Sud¨¢frica. No lo esper¨¢bamos. Y no tanto porque defendemos corona, sino porque los rivales no estaban para florituras. Nos complicamos para el futuro demasiado porque nos queda Chile y un aire de desconcierto que ahora todos intentar¨¢n asaltar. Nos ocurri¨® de todo y todo para ser pesimistas. Si nos recuperamos del shock y somos realistas, hay que atarse los machos porque el cr¨¦dito est¨¢ seco. Duro castigo y nubarrones de futuro. Alguno dir¨¢ : se ve¨ªa venir. Chicos toca aguantar tambores de guerra. Yo sigo creyendo en vosotros¡­

SAMB?DROMO MILITAR

Alineado en fila de a uno camino del himno. As¨ª los quiere Scolari. El orden de la vida. La elecci¨®n de su seleccionador no est¨¢ sobrada de talento, ni jugadores con pie firme que se hagan con los mandos. Entre ellos aparece Neymar, un adolescente haci¨¦ndose cargo de una familia en orfandad, con la ligera ayuda de Oscar. A la fuerza empujan. Est¨¢ en el papel de capit¨¢n general, pero con tintes de iniciativa para romper el protocolo marcado. Seguro de sus acciones maneja el contrapelo que es a d¨ªa de hoy el Brasil scolarizado, mareado entre el empuje y los arreones o la estela de brillo que les es innata. Dos goles salvadores en una tarde inaugural que no estaba para audacias, excepto las arbitrales. La marcha militar de Scolari llevar¨ªa el rigor hasta el Samb¨®dromo con tal de salirse con la suya.