La fuerza de los s¨ªmbolos en el caos de la Copa
El Mundial est¨¢ siendo una caja de sorpresas, con equipos europeos de estirpe derrumb¨¢ndose y con los del continente latinoamericano triunfando
¡°La Copa es un caos y una sorpresa¡±, me dice un amigo carioca loco por el f¨²tbol, y a?ade: ¡°Am¨¦rica Latina est¨¢ ense?ando a jugar a Europa¡±. Quiz¨¢s sea m¨¢s que eso. Una cosa es cierta: diez d¨ªas despu¨¦s de su apertura, el Mundial est¨¢ siendo una caja de sorpresas, con equipos europeos de alcurnia desplom¨¢ndose incr¨¦dulos y con otros del continente latinoamericano, por los que pocos apostaban, que constituyen un tercio de las selecciones participantes pero que han conquistado ya la mitad de los puntos en disputa. Tres equipos, Costa Rica, Colombia y Chile, que nunca hab¨ªan ganado el Mundial, han ganado ya sus dos partidos. Los europeos, con mayor n¨²mero de participantes acumulan menos victorias, y algunos, empezando por el ¨²ltimo campe¨®n mundial, Espa?a, ha tenido que hacer las maletas antes casi de empezar.
No sabemos a¨²n como acabar¨¢ esta carrera de sorpresas, pero est¨¢ ya claro que como ha escrito Roberto Dias en el diario Folha de S?o Paulo: ¡°La Copa de Brasil est¨¢ siendo la Copa de Am¨¦rica¡±.
?Encerrar¨¢ ello alg¨²n simbolismo particular? Sin duda. Todas las cosas son m¨¢s de lo que aparecen en superficie y no suelen acontecer por azar. Ese deslucimiento de tantas selecciones a?ejas de Europa a favor de las latinoamericanas obliga a reflexionar, pues como ya escribi¨® el fil¨®sofo franc¨¦s, Ernst Cossier, el hombre es un ¡°animal simb¨®lico¡± y sus actos est¨¢n llenos de significados que van m¨¢s all¨¢ de lo que se aprecia en superficie.
Otro gran fil¨®sofo del simbolismo, Gilbert Duran, afirma que lo que integra el ¡°universo de los s¨ªmbolos¡± permite descubrir que ¡°en ese caos aparente existe un cierto orden interno¡±, es decir una realidad oculta.
?Cu¨¢l puede ser ese orden interno que esconde el caos de la Copa que se est¨¢ viviendo en Brasil donde las selecciones que est¨¢n sorprendiendo no son, con excepciones, las de la vieja Europa sino las j¨®venes latinoamericanas?
A Brasil le ha servido siempre su genialidad en el juego del bal¨®n para llamar la atenci¨®n del mundo sobre un pa¨ªs que ha sufrido siempre un cierto complejo de inferioridad y que arrastra a¨²n en su carne las huellas sangrientas de una dura esclavitud que la marc¨® dolorosamente y le origin¨® profundas desigualdades sociales.
Hoy Brasil, que ha crecido y se est¨¢ superando, quiz¨¢s ya no necesite tanto del brillo del f¨²tbol para aparecer y contar entre los grandes del mundo. Puede aparecer por otros motivos y virtudes.
?Y los otros pa¨ªses latinoamericanos que est¨¢n sorprendiendo en este Mundial? Quiz¨¢s no sea una casualidad que lo que estamos admirando en el juego de estas selecciones es que adem¨¢s de ofrecer un juego m¨¢s joven, original y din¨¢mico, destacan por el coraje y el esfuerzo de sus jugadores que, gracias a uno de esos simbolismos de las cosas, "no esperan a que les llegue la pelota a los pies, sino que van a buscarla intr¨¦pidamente", como alguien coment¨® en un programa de TvSport.
Ello, junto al simbolismo, no menos importante, de que esas selecciones han llegado a la Copa de Brasil sin los antiguos complejos de inferioridad frente a los europeos, sin miedo y conscientes de su valer y de su valor. ?No estar¨¢n triunfando justamente por haber perdido el miedo al miedo?
?Ser¨¢ un reflejo de lo que esos pa¨ªses empiezan a vivir tambi¨¦n fuera del f¨²tbol, donde est¨¢n perdiendo viejos complejos y se saben seguros de ser, si no mejores, por lo menos no inferiores a nadie y menos a sus antiguos colonizadores?
Este Mundial ya se hab¨ªa presentado diferente de los anteriores con la sorpresa de que la mayor¨ªa de los brasile?os hubiese preferido que se celebrara fuera del pa¨ªs. Fue capaz incluso de sentar en el banquillo de los acusados tanto al Gobierno como a la FIFA por el exceso de despilfarro en la construcci¨®n de los estadios.
Ahora, quiz¨¢s, pase a la historia como un nuevo despertar -y no s¨®lo en el mundo del f¨²tbol- de los otros pueblos de este continente americano condenados siempre a ser vistos como de segunda divisi¨®n en el aprecio mundial.
Es posible que ca¨ªdo el tel¨®n del Mundial de f¨²tbol brasile?o, los fil¨®sofos del simbolismo tengan que analizar este caos de una Copa de la que se est¨¢ diciendo que ¡°nadie est¨¢ entendiendo nada¡±. Quiz¨¢s porque est¨¢ siendo m¨¢s que una Copa de f¨²tbol.
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