Alemania recurre al plan B
Los germanos necesitan su versi¨®n m¨¢s cl¨¢sica para empatar con una en¨¦rgica Ghana
Alemania necesit¨® recuperar la fuerza de la Mannschaft y olvidarse de la alegr¨ªa de la Naranja Mec¨¢nica para empatar contra Ghana. El protagonista no fue M¨¹ller, representante del f¨²tbol moderno, autor de un triplete contra Portugal, sino Klose, que igual¨® a 15 goles con Ronaldo como m¨¢ximo artillero de la Copa del Mundo. Los alemanes no pudieron dominar el encuentro mientras quisieron ser la vieja Holanda o la mejor Espa?a, desconectados como estuvieron Kroos, M¨¹ller y ?zil de Lahm, y reaccionaron por el contrario con Schweinsteiger y Klose, genuinos representantes de la Alemania de toda la vida.
Los cambios de L?w dinamizaron el partido, excesivamente parado hasta entonces para Alemania, chata, quieta y poco profunda, entregada a la competitividad de Ghana, seria y competitiva, poderosa y valiente, como si le diera igual el rival que tuviera enfrente, ya fuera la versi¨®n antigua o moderna de Alemania. Ambos equipos no se dieron concesiones en el ¨²ltimo tramo del encuentro para suerte de la hinchada de Fortaleza, que se divirti¨® como nunca, por tantas cosas y cambios como se dieron, agradecida de que Ghana levante el pabell¨®n de ?frica.
L?w apost¨® por la misma alineaci¨®n que gole¨® a Portugal. A veces conviene no romper el hechizo que provoca un equipo y Alemania fascin¨® en su estreno. Jugaban los alemanes de manera firme en su cancha, convencidos de su consistencia, a veces incluso con un punto de suficiencia que no se corresponde con la n¨®mina de sus zagueros, y atacaron con atrevimiento, creativos y en busca de la sorpresa, representada por un jugador con una excelente llegada como M¨¹ller. No es sin embargo un equipo perfecto, sin defectos, como demostr¨® Ghana. A Alemania se la ve¨ªa cada vez m¨¢s excesivamente despreocupada, como si los goles tuvieran que llegar por decreto, o porque era m¨¢s bella y aclamada que ninguna en la Copa.
La autocr¨ªtica que provoc¨® la derrota con Estados Unidos tuvo su efecto en Ghana. Algunos periodistas denunciaron un mot¨ªn contra el t¨¦cnico Appiah. Los futbolistas respondieron con profesionalidad y seriedad ante Alemania. No solo negaron a su adversario despu¨¦s de un efervescente inicio sino que alcanzaron con relativa frecuencia el marco de Neuer. Muy verticales en las transiciones, tambi¨¦n funcionaron en ataque est¨¢tico, prueba de su versatilidad y ductilidad.
Alemania tuvo que jugar con el retrovisor puesto, sabedora de que cualquier p¨¦rdida de bal¨®n pod¨ªa ser penalizada, y no siempre encontr¨® posiciones de remate, como si echara de menos el desborde de Reus. Tiene L?w un problema con el juego exterior, sobre todo por la falta de laterales ofensivos y tambi¨¦n de extremos, jugadores de banda que den salida al f¨²tbol interior, por no hablar del poco intervencionismo de Kroos.
Aunque triangul¨® un par de veces a partir de G?tze, apenas exigi¨® a Dauda. Ghana apretaba en cancha contraria y era impermeable a los pases filtrados de Alemania, reiterativa en el f¨²tbol al pie, necesitada de desmarque, inocua al primer toque. Masticaba Alemania y se disparaba Ghana, siempre amenazando por el costado derecho de Atsu, ganador en su duelo con H?wedes.
Muy bien puesta y sostenida por los disparos de media distancia, Ghana alcanz¨® el descanso con aire de superioridad tras haber negado a la Alemania entregada al mando de Lahm. Los muchachos de Appiah dieron un paso al frente en la reanudaci¨®n e intimidaron a la difuminada Alemania, que no encontraba la finura en el toque que la convirti¨® en una m¨¢quina de matar ante Portugal.
No entraba en acci¨®n M¨¹ller, el delantero que ten¨ªa que acabar las jugadas, y en su ausencia se present¨® G?tze, que remat¨® un centro de Khedira con la cabeza y la rodilla, imposible para Dauda. La jugada se repiti¨® poco despu¨¦s de manera m¨¢s limpia y acad¨¦mica en el ¨¢rea de Alemania cuando A. Ayew salt¨® m¨¢s que Mertesacker y Mustafi y su testarazo despu¨¦s de un centro templado desde la derecha super¨® a Neuer.
El gol aturdi¨® a Alemania, que poco despu¨¦s concedi¨® un segundo tanto en un error en el pase de Lahm. Muntari recuper¨® el bal¨®n y habilit¨® a Asamoah Gyan, imponente en la carrera y el tiro cruzado. Ghana empez¨® a jugar de banda a banda y desnud¨® a la defensa de L?w. No le qued¨® m¨¢s remedio al seleccionador que volver la vista a atr¨¢s y recuperar la versi¨®n m¨¢s cl¨¢sica de Alemania. Aquella que se entrega a la fuerza de Schweinsteiger y al remate de un 9 cl¨¢sico como Klose. El ariete empat¨® nada m¨¢s salir cuando a la salida de un c¨®rner puso la punta del pie en la boca del gol al cabezazo peinado por H?wedes. El partido se abri¨® y los dos equipos se intercambiaron golpes sin parar, siempre reconocible Ghana y muy mejorada Alemania con Schweinsteiger.
Ghana estuvo tan enorme como sorprendente fue Alemania. Tiene L?w dos planes que han funcionado en partidos opuestos: el intercambio de posiciones triunf¨® contra Portugal, cuando se pareci¨® a la Naranja Mec¨¢nica o a la mejor Espa?a, mientras que contra los africanos precis¨® recuperar la energ¨ªa de la Mannschaft.
Klose empata con Ronaldo
Una voltereta y una celebraci¨®n. Nada raro en Miroslav Klose, de 36 a?os. Pero s¨ª una celebraci¨®n distinta, toda vez que el delantero alem¨¢n entr¨® en la historia de los Mundiales al igualar como m¨¢ximo goleador al brasile?o Ronaldo Nazario, ambos con 15 redes.
Klose, que sali¨® en el minuto 71 sustituyendo a Mario G?tze, marc¨® cuando llevaba en el terreno de juego solo un minuto y 53 segundos. Tras un saque de esquina y una prolongaci¨®n desde el primer palo, Klose se tir¨® al suelo con el pie por delante para marcar su gol. El del empate definitivo ante Ghana, el del 2 a 2. ¡°?Bienvenido al club, imagino tu felicidad!¡±, le felicit¨® Ronaldo desde Twitter.
Con cuatro Mundiales a sus espaldas, el jugador del Lazio se subraya como goleador. En Corea y Jap¨®n 2002, empez¨® su traves¨ªa con cinco goles, siendo el segundo m¨¢ximo goleador detr¨¢s del brasile?o Ronaldo (8). En Alemania 2006, fue el pichichi con otros cinco tantos. En Sud¨¢frica, se qued¨® en cuatro. Y en Brasil ya se ha estrenado. Lo hizo con la derecha, el s¨¦ptimo de esa forma en su cuenta. Suma otros siete con la cabeza y uno solo con la izquierda. Eso s¨ª, de los 15 tantos, 13 han sido al primer toque. Es la ley Klose, la ley del m¨¢ximo goleador.
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