Irreductible Hazard
Un gran jugada de la estrella de B¨¦lgica descerraja a la Rusia de Capello
Los polic¨ªas fueron tan protagonistas como los futbolistas en Maracan¨¢. La estampida de un centenar de seguidores chilenos en la sala de prensa antes del partido contra Espa?a provoc¨® que se reforzaran y mucho las medidas de seguridad en el B¨¦lgica-Rusia. Hab¨ªa militares incluso en los lavabos, aunque disimulaban mientras se acicalaban ante el espejo, como si estuvieran pendientes de la cancha y el partido y no de los aficionados. Militarizado el estadio, hubo poco f¨²tbol en el campo y solo un futbolista de excepci¨®n de nombre Hazard. El interior del Chelsea habilit¨® a Origi para que descerrajara a la Rusia de Capello.
Wilmots agit¨® al equipo en Maracan¨¢. Apareci¨® Fellaini como volante en una l¨ªnea de tres centrocampistas, pr¨®ximo a Witsel y De Bruyne, y B¨¦lgica sali¨® disparada hacia el marco de Akinfeev. La viveza de los medios activ¨® a Hazard, un futbolista delicioso cuando se trata de procesar el juego y armar el ¨²ltimo pase, y tuvo que recular Rusia despu¨¦s de ligar a Lukaku. Los delanteros belgas no conectaron sin embargo con su ariete y sus llegadas no encontraron la porter¨ªa, circunstancia que posibilit¨® las transiciones de los muchachos de Capello.
Nadie discute la buena cintura de B¨¦lgica en ataque de la misma manera que se sabe de sus dificultades para cerrar, sobre todo porque defiende con cuatro centrales y De Bruyne se descuelga bien en ataque y en cambio no siempre acude en ayuda de Van Buyten y Kompany. A Rusia no le costaba nada acabar las jugadas cada vez que encontraba la l¨ªnea de pase con Glushakov o Samedov. Courtois fue exigido con dos tiros de media distancia y se reclam¨® un penalti a Kanunnikov que ignor¨® Brych. Incluso perdon¨® un remate que era gol o gol en un cabezazo de Kokorin.
El partido fue cayendo poco a poco del lado de Rusia. Ya no era un equipo selectivo, como al inicio, sino que alcanz¨® el descanso con la pelota en sus pies, dimitidas las figuras de B¨¦lgica, sin noticias de Hazard y menos de Lukaku, disminuidos De Bruyne y Witsel. Aunque seguramente sus jugadores son menos medi¨¢ticos, Rusia empez¨® a combinar bien como equipo y acab¨® por amenazar con relativa frecuencia con los arreones de Kozlov. Wilmots se cruz¨® de brazos, pensativo, inc¨®modo al igual que ya pas¨® en el partido contra Argelia.
El descanso no alter¨® el guion del partido. Acaso sigui¨® menguando B¨¦lgica. Ya no solamente no daba con Lukaku sino que le costaba alcanzar tambi¨¦n la l¨ªnea de tres cuartos, filtrar un buen pase, incomodar a la defensa de Rusia, menos agresiva y tambi¨¦n lucida en el ataque posicional, obligada a buscar espacios, sin profundidad ni remate. No le qued¨® m¨¢s remedio a Wimots que prescindir del inocuo Lukaku y oxigenar el equipo de nuevo con Origi, el delantero del Lille, un segunda punta m¨¢s que un ariete, elegido como sustituto del lesionado Benteke.
A Lukaku, in¨¦dito hasta ahora en la Copa, le dio un ataque de malhumor y fue m¨¢s protagonista por sus gestos en el banquillo que por su juego en Maracan¨¢. Hab¨ªa que reparar en las an¨¦cdotas despu¨¦s de que el partido fuera muriendo de mala manera, indigesto para una hinchada aburrida despu¨¦s de protagonizar una llegada muy festiva, sobre todo por los aficionados belgas, de los que hay noticia por distintos lugares y c¨¢mpines de Brasil. No pasaba nada en la cancha porque ninguno de los dos equipos consegu¨ªa el control de la pelota y de la contienda.
Al fin y al cabo el empate no era un mal resultado para ninguna de las dos selecciones y, por otra parte, ya se sabe tanto de la dificultad hist¨®rica de B¨¦lgica para ligar un buen equipo con excelentes jugadores y de la capacidad de Capello para armar buenos equipos defensivos, incluso cuando se trata de selecciones con fama de indisciplinadas, caso de Rusia. El choque solo se pod¨ªa romper en una genialidad o en una acci¨®n de estrategia, recursos que re¨²ne Hazard. Y el volante de Chelsea compareci¨® de nuevo en el momento justo para tumbar a Rusia.
Mirallas remat¨® al palo derecho de Akinfeev un tiro libre y Hazard, poco despu¨¦s, escorado como interior zurdo, la demarcaci¨®n que siempre se le supuso al 10 cl¨¢sico, culmin¨® un excelente contragolpe con el pase de la muerte a Origi. Los aficionados cantaron gol incluso antes de que el bal¨®n llegara a la red de Rusia. Hab¨ªa valido la pena aguardar a Hazard, protagonista de los momentos futbol¨ªsticos m¨¢s dulces del encuentro, autor de la clasificaci¨®n de B¨¦lgica y pr¨¢cticamente verdugo de Rusia, que queda mal puesta, dif¨ªcil de reengancharse a la Copa incluso con Capello. No hay defensa que pueda reducir al mejor Hazard.
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