Nada le agua la fiesta a M¨¢rquez
El de Honda suma su octava victoria consecutiva en una carrera en mojado y con cambio de moto incluido en la que sucumbieron las Yamaha
Cruz¨® la meta y nad¨®. Nad¨® como nadan las ranas. Lo hizo porque es feliz, porque lo ha ganado todo, porque ni la lluvia que descarg¨® sobre el circuito de Assen minutos antes de que comenzara la carrera conseguir¨ªa aguarle la fiesta. Lo hizo y fue una met¨¢fora divertida, puesto que nada en abundancia: ocho carreras, ocho victorias. Y sigue batiendo r¨¦cords, present¨¢ndose a los mitos. Esta vez fue Giacomo Agostini quien tuvo el gusto. El italiano era el ¨²nico (hasta ahora) que hab¨ªa logrado los ocho triunfos iniciales de una temporada. Lo hizo en 1971. Y este s¨¢bado se puso a su altura Marc M¨¢rquez con una carrera inteligente y atrevida a la vez. No rehuye el cuerpo a cuerpo el l¨ªder del Mundial ni en las condiciones m¨¢s dif¨ªciles. Su superioridad en la pista y en la tabla de clasificaci¨®n se lo permiten. Sus nervios, de hielo, no sucumben ante una parrilla indecisa. Su ambici¨®n, la misma de siempre, no afloja por mucho que parezca no tener rivales en este Mundial.
Deb¨ªa ser una carrera diferente la de este s¨¢bado. Y lo fue de acuerdo con el guion, aunque termin¨® por parecerse mucho a las de los ¨²ltimos meses. No en vano estaba M¨¢rquez dispuesto a exhibir su talento y valent¨ªa en busca de una nueva victoria. As¨ª que no permiti¨® escaparse a Dovizioso, agresivo desde que se apag¨® el sem¨¢foro, impulsado por esa Ducati que parece transformarse en cuanto caen unas gotas de lluvia. Pero M¨¢rquez le ense?¨® la rueda en la novena curva del segundo giro y le pas¨® en el d¨¦cimo. La cosa se le ir¨ªa complicando con el paso de las vueltas, pero, como siempre, encontr¨® la soluci¨®n. Estaba en la chicane, en ese ¨²ltimo par de curvas rapid¨ªsimas antes de la recta de meta.
Uno nunca est¨¢ preparado para este tipo de carreras, pero al final me ha salido bastante f¨¢cil¡±
El chaparr¨®n que cay¨® justo antes de que empezara la prueba hab¨ªa obligado a aplicar el protocolo de emergencia dise?ado ad hoc para este gran premio, as¨ª que todo se retras¨® y se multiplicaron las visitas al pit lane y las vueltas de reconocimiento a una pista que se presentaba bastante mojada. Todos decidieron calzar las gomas de lluvia salvo dos atrevidos: Rossi y Pol Espargar¨®. Pero el atrevimiento les dur¨® poco, lo poco que tardaron en caer cuatro gotas m¨¢s. As¨ª que volvieron a cambiar y empezaron la carrera desde la cola mientras Dovizioso (sal¨ªa s¨¦ptimo) colocaba su Ducati en cabeza para guiar a las Honda de M¨¢rquez y Pedrosa por aquel tortuoso camino que ten¨ªan por delante.
Las primeras vueltas mostraron a un grupo de pilotos bastante temerosos. No avisa la moto cuando el asfalto est¨¢ mojado, as¨ª que hab¨ªa que andarse con cuidado. Los tiempos eran un sinsentido. Hasta que en la sexta vuelta, con la pista bastante seca (al menos lo estaba el carril que marcaba la trazada buena), los dos pilotos que llevaban la delantera, M¨¢rquez y Dovizioso, se metieron en el pit lane para volver a las gomas lisas. Les siguieron casi todos. Salvo, por ejemplo, Lorenzo, que rodaba s¨¦ptimo y con mucha cautela y que pareci¨® tomar todas las decisiones mal en este circuito que tantos buenos momentos le ha dado. Quiso aguantar con las gomas rayadas una vuelta m¨¢s y cuando regres¨® lo hizo en la 13? posici¨®n, puesto en el que termin¨® aunque lleg¨® a rodar el 16?.
Tampoco hab¨ªa estado brillante Rossi inicialmente, pero en cuanto se apag¨® el sem¨¢foro empez¨® a remontar posiciones y, tras todo el caos, logr¨® un valioso quinto puesto. Fue excepcional, sin embargo, la pelea entre Pedrosa y Espargar¨®, que se defendi¨® m¨¢s que bien con lluvia y sin ella, en este circuito de curvas veloces que tanto le gusta, para creerse que quiz¨¢, alg¨²n d¨ªa, no solo pueda pelear con una Honda oficial, sino incluso ganarle. No fue esta vez. Pedrosa ha sacado a relucir su vena agresiva con interiores magn¨ªficos y no pensaba renunciar al podio f¨¢cilmente.
Mientras ellos se pasaban una y otra vez, M¨¢rquez discut¨ªa con su pepito grillo. Hab¨ªa estado pensando en lo importante de defender el campeonato cuando la pista no estaba para bromas ni juegos de ni?os, pero al cabo de unas vueltas pens¨®: ya puestos, con un neum¨¢tico de los buenos y la pista seca, ?por qu¨¦ no intentarlo? Iba con cierto recelo porque nada m¨¢s regresar al trazado con las gomas lisas se sali¨® de la pista y cedi¨® la primera posici¨®n, pero se volv¨ªa a acercar tanto a aquella Ducati que no hubiera sido muy propio de un tipo como ¨¦l no intentarlo. Y prob¨®. Quedaban 10 vueltas. Demasiadas para aguantar a rueda de Dovi sin hacerle un interior. As¨ª que aprovech¨® el cambio de direcci¨®n de la chicane. El resto fue coser y cantar. ¡°Uno nunca est¨¢ preparado para este tipo de carreras, pero al final me ha salido bastante f¨¢cil¡±, reconoci¨®. Ahora, a por la novena.
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