La hierba de los gigantes
El c¨¦sped de Wimbledon se cuida con extremo detalle Un ingeniero hidr¨¢ulico, 14 operarios y dos mec¨¢nicos garantizan la solidez del piso y su altura
![J. J. M.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F1228d29c-d423-4ecf-9105-891d7df471c3.jpg?auth=14375061413b532409017eb7f95b809eefda00aea8a00c97eb448c5d0cf243ab&width=100&height=100&smart=true)
![Imagen de la pista central de Wimbledon.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VSFKPJDDJNNDLUXVUVIDQFRUG4.jpg?auth=47daac88457af5ed2a9a5d7ad0d0131ca200509727894bffc0d47f4fa6bf84d7&width=414)
Corre 2010 y Rafael Nadal se lanza contra la pista ante miles de espectadores para pegar una voltereta con la que celebrar el t¨ªtulo. Un a?o despu¨¦s, su gran rival permite que le fotograf¨ªen como un can¨ªbal. Justo antes de levantar la Copa, Novak Djokovic acerca la boca al piso, ense?a los dientes, y le pega un mordisco que prolonga con un paciente y reflexivo mascar con el objetivo de responder a una pregunta: ?A qu¨¦ sabe el c¨¦sped de Wimbledon? Ning¨²n campe¨®n del torneo de torneos deja de rendir su particular homenaje al material que ha hecho ¨²nica a la catedral del tenis, su sacrosanta hierba.
¡°A la hierba hay que tratarla como a una persona¡±, opina Neil Stubley, el encargado de las pistas de Wimbledon, que tiene a su mando a 14 operarios con diplomas especializados, a dos mec¨¢nicos y a un ingeniero hidr¨¢ulico. ¡°Tienes que cuidarla como cuidar¨ªas a tu propio cuerpo: hay que darle los nutrientes adecuados, la cantidad de agua adecuada¡ Nosotros consideramos nuestra hierba como un atleta de ¨¦lite. Hay que afinarla tan bien como se pueda. Cualquiera puede hacer que crezca hierba. El talento est¨¢ en conseguir que se pueda jugar sobre ella¡±, a?ade. ¡°Hay que recordar una cosa: esta es una superficie viva que respira. Si no la regamos cada noche, se muere¡±.
¡°Hay que tratarla como a una persona, como al propio cuerpo¡±, dice el jefe de los jardineros
Cuando Stubley cogi¨® el testigo de Eddie Seaward, que llevaba m¨¢s de dos d¨¦cadas ocupando el puesto de Head Groundsman del club, escuch¨® un consejo: ¡°No te duermas en los laureles¡±. En Wimbledon, un lugar tan apegado a sus tradiciones como exigente y milim¨¦trico en el cuidado de cada detalle, eso es imposible. Rufus, un halc¨®n que ten¨ªa su propia acreditaci¨®n, se ocup¨® durante a?os con sus vuelos amenazantes de que las palomas no molestaran al juego. La organizaci¨®n patrulla con perros las instalaciones para intentar evitar que los zorros de la zona, a m¨¢s de media hora en tren del centro de Londres, pisen las pistas por la noche y destrocen la hierba con su orina corrosiva, como pas¨® en una final de los a?os 90. Los operarios utilizan un martillo Clegg para garantizar la solidez del piso, miden cada jornada la altura de la hierba, que reglamentariamente tiene que situarse en los ocho mil¨ªmetros establecidos, y cuidan durante todo el a?o del c¨¦sped como si se tratara de un hijo.
Entonces, con el verano, llegan los gigantes. Tenistas de m¨¢s de 1,90 de estatura. Competidores que rebasan los 100 kilos de peso. Jugadores acostumbrados a basar la potencia de sus golpes en los agresivos apoyos que logran con sus pies, y cuyas zapatillas se vigilan para impedirles usar suelas antirreglamentarias (con pinchos en los laterales) para sujetarse mejor sobre las pistas.
¡°Seg¨²n ha mejorado la tecnolog¨ªa con la que trabajamos, han crecido y se han vuelto m¨¢s pesados los jugadores¡±, fotograf¨ªa Stubley, que est¨¢ en contacto permanente con otros especialistas (el encargado del c¨¦sped del Santiago Bernab¨¦u, por ejemplo, tambi¨¦n es brit¨¢nico) y asesorar¨¢ a la organizaci¨®n del primer torneo sobre c¨¦sped de Espa?a, que se celebrar¨¢ desde 2016 en Mallorca. ¡°Cada avance t¨¦cnico que logramos lo perdemos por el del f¨ªsico de los jugadores. Cuando veo a alguien tan grande como Del Potro [1,98m y 97 kilos], y lo bien que se mueve, me llevo las manos a la cabeza y me digo: ?c¨®mo puede sobrevivir la hierba?¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![J. J. M.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F1228d29c-d423-4ecf-9105-891d7df471c3.jpg?auth=14375061413b532409017eb7f95b809eefda00aea8a00c97eb448c5d0cf243ab&width=100&height=100&smart=true)