Alerta roja en un coraz¨®n blanco
Alfredo Di St¨¦fano, de 88 a?os, en coma tras sufrir un infarto junto al Santiago Bernab¨¦u
Jugaba Argentina, que se citaba con la historia para alcanzar una semifinal del Mundial, 24 a?os despu¨¦s. Hac¨ªa calor en Brasilia y hac¨ªa calor en Madrid. Alfredo Di St¨¦fano, ajeno a debates menores sobre los grandes futbolistas de la historia, que si Messi, que si Maradona, se desplomaba en una calle de Madrid con nombre de poeta sencillo, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, y sufr¨ªa una parada card¨ªaca que requiri¨® 18 minutos de reanimaci¨®n por parte de los sanitarios del SAMUR antes de trasladarlo entubado al Hospital Gregorio Mara?¨®n de la capital de Espa?a. Alerta roja en un coraz¨®n blanco. La Saeta Rubia, de 88 a?os, ya hab¨ªa sufrido varios percances cardiovasculares, incluido un bypass que se le instal¨® en 2005 en Valencia. 15 d¨ªas en la UVI, en distintas circunstancias, en el ¨²ltimo tiempo, le hab¨ªan rebajado la moral.
Di St¨¦fano ingres¨® en el hospital con un pron¨®stico de ¡°muy grave¡±. 18 minutos de recuperaci¨®n era un tiempo demasiado largo desde que su coraz¨®n se par¨®, aunque La leyenda ha dado muestras de remontadas incre¨ªbles. En Valencia, mientras pasaba la Navidad con su hija, sufri¨® un infarto de miocardio, saldado con un cu¨¢druple by pass, y en el ¨²ltimo a?o ha vivido siete ingresos hospitalarios por distintos motivos (incluidas revisiones establecidas).
A los 88 a?os, el coraz¨®n, al que en el campo de juego fue capaz de dominar sus latidos, se ha convertido en el caballo de batalla de Di St¨¦fano, aunque no ha logrado quebrar su fina iron¨ªa y un compendio de ocurrencias convertidas en filosof¨ªa del f¨²tbol y de la vida.
La leyenda ha dado muestras de remontadas incre¨ªbles
Di St¨¦fano entr¨® en estado de coma unas horas despu¨¦s de su ingreso en el hospital encendiendo unas alarmas que parpadean desde hace a?os, aunque mantienen las pesta?as abiertas.
Jugaba Argentina mientras Di St¨¦fano, el futbolista m¨¢s singular que ese pa¨ªs ha dado, luchaba en un hospital, no en un campo de f¨²tbol, contra una enfermedad, no contra un portero. Poco que hacer para un goleador, sino resistir el agobio del enemigo m¨¢s grande del mundo.
Todo ocurri¨® tras comer con su familia en un restaurante junto al Santiago Bernab¨¦u. Los facultativos del SAMUR consiguieron revertir la parada cardiorrespiratoria, aunque el presidente de honor del Real Madrid, volvi¨® a recaer en el traslado y tuvo que ser nuevamente recuperado por las asistencias.
Mientras el Mundial optaba por sus ¨²ltimos elegidos y Argentina se encandilaba con un triunfo ante B¨¦lgica m¨¢s importante que bello, Di St¨¦fano dorm¨ªa ajeno al mundanal ruido. ?ltimamente, la vida se le hab¨ªa revuelto en conflictos familiares de dif¨ªcil soluci¨®n, aunque los delanteros est¨¢n acostumbrados a la adversidad, a la dificultad m¨¢xima.
Los infartos hab¨ªan quebrado el ¨¢nimo, pero no la fe de Di St¨¦fano, leyenda viva de un deporte en el que ¨¦l ejerci¨® de pionero, de modernista. Su vida, su fichaje por el Madrid, su secuestro, su filosof¨ªa anunciaban el futbolista de hoy en d¨ªa. Tras dejar el f¨²tbol, como jugador y como entrenador, ha practicado el ingenio como una forma de vida y como una pedagog¨ªa del f¨²tbol, porque al final todo es sencillo.
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