Los chicos de Ipanema
Holanda vive una concentraci¨®n relajada y en familia en un exclusivo hotel de R¨ªo
Los turistas se frotaban los ojos: aquellos que juegan a la pelota en plena playa, a cinco metros del agua, ?no son Robben, Sneijder y Kluivert? La selecci¨®n de Holanda vive un momento dulce. Acompa?ada por sus familias, la delegaci¨®n ha convertido Ipanema en un ¨¢rea de esparcimiento y ha encontrado en la acomodada zona sur de R¨ªo de Janeiro un ecosistema id¨®neo para relajarse en las tardes libres e integrarse con una ciudadan¨ªa que despu¨¦s de tantas dudas y tantas quejas se ha volcado con la Copa. Los oranje tienen vistas al mar, salen a cenar por la ciudad en grupos, juegan al fut-volley y a las palas, se ba?an en la playa. Sus hijos est¨¢n en los campos de entrenamiento de G¨¢vea y tocan el bal¨®n. Las im¨¢genes desenfadadas de la selecci¨®n m¨¢s goleadora del torneo (junto con Colombia) llevan coloreando las p¨¢ginas de la prensa local durante todo el mes.
Cuando salen del exclusivo hotel Caesar hay una nube de aficionados esperando un aut¨®grafo o un selfie. Han visitado el Cristo Redentor y el Pan de Az¨²car, y han disfrutado de cuatro d¨ªas festivos. ¡°Con respecto a la atm¨®sfera de la Eurocopa 2012, es como el d¨ªa y la noche¡±, dice Sneijder. ¡°Tengo la impresi¨®n de revivir el Mundial 2010, donde el ambiente tambi¨¦n fue muy bueno¡±.
¡°Es gratificante poder verse en familia con las esposas e hijos tras los partidos¡±, dice Kuyt
Holanda se aproxima a su cuarta final mundialista con el estigma de haber perdido las tres anteriores (incluida la de 2010). No se ha dejado hasta ahora consumir por esa responsabilidad. Van Gaal ha logrado unir a un equipo que hace dos a?os (bajo la direcci¨®n de Bert Van Marwijk) parec¨ªa deshilachado. El guardameta suplente Krul, h¨¦roe de los cuartos, es el jugador n¨²mero 21 utilizado por el pr¨®ximo entrenador del Manchester United en esta Copa. ¡°Somos todos un equipo; un equipo con un objetivo¡±, se?ala el extremo Dirk Kuyt.
La lucha de egos han sido un factor constante en la historia de la selecci¨®n holandesa. Todav¨ªa se recuerda la Eurocopa de 1996, cuando Davids calific¨® de ¡°in¨²til¡± en una rueda de prensa al seleccionador, Guus Hiddink, y le acus¨® de ¡°dejarse manipular por los hermanos De Boer y Bergkamp¡± antes de ser expulsado de la concentraci¨®n. La generaci¨®n dorada formada por Bergkamp, Kluivert (hoy asistente de Van Gaal) y Seedorf, entre otros, nunca gan¨® un torneo: su extraordinario potencial era sistem¨¢ticamente socavado por jugadores con un orgullo tan grande como su talento.
Ni siquiera el lesionado De Jong, imprescindible perro de presa en la alineaci¨®n holandesa, abandon¨® la concentraci¨®n para regresar a su pa¨ªs. Colabora desde la banda, trata de recuperarse para el ¨²ltimo partido y da consejos a los j¨®venes, como su sustituto Daley Blind (hijo del segundo entrenador, el tambi¨¦n exfutbolista Danny Blind). La mentalizaci¨®n holandesa es absoluta, pero ofrece una imagen bastante m¨¢s relajada que la selecci¨®n brasile?a (encerrada a cal y canto en la granja Comary) o la propia Argentina, que s¨®lo tras llegar a semifinales ha aflojado las tensiones generadas por su pobre juego. Para el extremo Kuyt, ¡°la presencia regular de las parejas juega un papel importante. Es muy gratificante poder verse en familia con las esposas e hijos al d¨ªa siguiente de los partidos¡±.
La playa de Ipanema ha ofrecido jugosas instant¨¢neas, como encontrarse al profesor Ars¨¨ne Wenger jugando al fut-volley con los ex internacionales franceses Karembeu, Djorkaeff y Lizarazu. Pero es Holanda quien se ha metido al barrio en el bolsillo. Pese al exceso de fot¨®grafos, han parecido ser felices en R¨ªo y sue?an con volver al hotel Caesar despu¨¦s de sus semifinales en S?o Paulo para preparar la final de Maracan¨¢ y aprovechar el explosivo momento de forma de Robben. ¡°Ya sabemos lo que se siente al perder una Copa; ahora nos encantar¨ªa ganarla¡±, remata Kuyt.
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