La pesadilla del R¨ªo de la Plata
La hist¨®rica rivalidad con Argentina lleva a los brasile?os a apoyar en la final a su verdugo La afici¨®n de la anfitriona espera que Alemania triunfe para no padecer la coronaci¨®n albiceleste
El mi¨¦rcoles en la arena del Fan Fest de Copacabana, cuando sobrevino la tanda de penaltis de la segunda semifinal del Mundial, no s¨®lo rezaban argentinos y holandeses. Miles de aficionados brasile?os que llevaban dos horas animando a Robben y compa?¨ªa miraban al cielo y se mord¨ªan las u?as desesperadamente. ¡°No puede ser, es demasiado¡±, se o¨ªa una y otra vez. Cuando Maxi Rodr¨ªguez clav¨® el penalti definitivo los cariocas tuvieron que asistir a la apropiaci¨®n albiceleste de su playa m¨¢s famosa: saltos, gritos euf¨®ricos, c¨¢nticos de exaltaci¨®n patri¨®tica.
La insuperable creatividad de la hinchada argentina le convierte en un enemigo extraordinariamente molesto para los cuatro ¨²ltimos d¨ªas de campeonato: por si no fuese suficiente castigo haber recibido siete goles en una debacle de proporciones s¨ªsmicas, Brasil contiene la respiraci¨®n ante la posibilidad de ver a Lionel Messi coronarse campe¨®n en Maracan¨¢ y acepta la humillaci¨®n de apoyar mayoritariamente a su verdugo en la semifinal, Alemania, el pr¨®ximo domingo. ¡°Esto parece una maldici¨®n¡±, dec¨ªa un panadero a primera hora de la ma?ana en Ipanema. ¡°Esto se va a llenar de argentinos y ni siquiera voy a poder dormir. Ahora nos toca apoyar a los alemanes¡±.
Los brasile?os llaman a los argentinos ¡°hermanos¡±, entre comillas, como burla
No existe en el f¨²tbol de alto nivel ninguna rivalidad comparable a la de brasile?os y argentinos: pa¨ªses gigantes, vecinos, con una naturaleza generosa y una pasi¨®n enloquecida por la pelota, peleados desde hace d¨¦cadas por dirimir qui¨¦n es el mejor futbolista de la historia (Pel¨¦, Di St¨¦fano o Maradona). Los brasile?os se refieren a los argentinos frecuentemente como hermanos, entre comillas, con tono burl¨®n. Incluso ilustres exfutbolistas presentes en R¨ªo, como Caudio Cannigia (el autor del 1-0 en el ¨²ltimo duelo mundialista entre ambos equipos, en 1990), se sumaron el martes al entusiasmo patrio despu¨¦s del Mineirazo y entonaron la estrofa de moda en el torneo: ¡°Brasil, decime qu¨¦ se siente al tener en casa a tu pap¨¢ / Te juro que aunque pasen los a?os, nunca nos vamos a olvidar...¡±. Diego Armando Maradona, por su parte, tampoco mostr¨® la caballerosidad lucida por el equipo alem¨¢n: ¡°Con el 6-0 estuvieron a punto de suspender el partido porque ya estaba el set¡±, contaba entre risas.
Con el 6-0 estuvieron a punto de parar el partido porque ya estaba el set¡± Diego Maradona
La sangre no lleg¨® al r¨ªo el mi¨¦rcoles en la Fan Fest, aunque algunos argentinos se quejaron del uso de gas lacrim¨®geno por parte de agentes de seguridad. Se calcula que 70.000 hinchas de La Albiceleste (muchos de ellos sin entradas) llegar¨¢n a R¨ªo en las pr¨®ximas 36 horas, por diversas v¨ªas. La zona de acampada de Terreir?o do Samba ya est¨¢ saturada de camisetas albicelestes y mates. Un quiosquero de Copacabana explicaba ayer que no le queda tabaco ¡°porque se lo han llevado todos los hinchas argentinos¡±.
La lucha por encontrar entradas de segunda mano para la final es despiadada y ha sido dificultada por la operaci¨®n de la polic¨ªa brasile?a contra una red de reventa pr¨®xima a la FIFA. A pesar del imponente juego alem¨¢n en semifinales, los aficionados argentinos se agarran a la enorme alegr¨ªa demostrada el mi¨¦rcoles por Messi. Al crack del Barcelona le falta s¨®lo una prueba (la m¨¢s dura) para conseguir su pasaporte definitivo a la gloria eterna en un pa¨ªs que siempre le mir¨® de reojo y que est¨¢ ahora apasionadamente volcada con el Mundial despu¨¦s de un inicio muy tibio (en consonancia con el crecimiento de su equipo). ¡°Pron¨®stico de 18 grados para el domingo. Vayan yendo a comprar la carne. Salen de nuevo 40 millones de asados. Vamos Argentina...¡±, dec¨ªa en Twitter un periodista mendocino durante la resaca de la fiesta callejera que recorri¨® todo el pa¨ªs.
Se calcula que 70.000 hinchas de La Albiceleste llegar¨¢n a R¨ªo antes del domingo
¡°Tras el Maracanazo de Uruguay, un Maracanazo de Argentina s¨®lo d¨ªas despu¨¦s del Mineirazo ser¨ªa sencillamente insoportable¡±, cuenta a este peri¨®dico en la granja Conary un miembro de la delegaci¨®n brasile?a que prefiere conservar el anonimato. La reconquista de la catedral del balompi¨¦ brasile?o por el R¨ªo de la Plata, 64 a?os despu¨¦s del gol de Ghiggia, supondr¨ªa adem¨¢s un homenaje al recientemente desaparecido Alfredo Di St¨¦fano, emblema del f¨²tbol sure?o.
La invasi¨®n argentina es inevitable. ¡°Esto es un sue?o. Ganaremos una Copa en Brasil, ?en el Maracan¨¢! Nunca imaginamos que llegar¨ªamos tan lejos¡±, dec¨ªa exultante Paula, una fisioterapeuta porte?a que ha llegado hasta R¨ªo en caravana. Otros grupos de j¨®venes se animaban a entonar cantos menos respetuosos: ¡°?Maradona fue mejor que Pel¨¦ y nunca perdi¨® el Mundial en casa!¡±.
La lucha por encontrar entradas de reventa se ha dificultado tras la operaci¨®n policial
Adem¨¢s de echar vinagre sobre heridas muy recientes, la llegada de Argentina a la m¨ªtica final del Maracan¨¢ ha dejado a Luiz Felipe Scolari sin su ¨²ltimo recurso para motivar a su equipo y a su afici¨®n ante el cruel partido de ma?ana en Brasilia. La historia podr¨ªa condenar a Brasil a un escarnio deportivo incomparable: la posibilidad de que el Cristo Redentor se ilumine de blanco y azul la noche del domingo en homenaje al equipo campe¨®n. ¡°Realmente este es el Mundial de los Mundiales¡±, sentencia un camarero del restaurante m¨¢s cercano a la granja Comary, el reluciente y ayer t¨¦trico cuartel de la sele?ao.
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