Tres aficionados por polic¨ªa
R¨ªo despliega 26.000 efectivos de seguridad para prevenir cualquier altercado en la final Es el mayor dispositivo de la historia del f¨²tbol
Por cada tres afortunados espectadores que asistan ma?ana a la gran final de Maracan¨¢ habr¨¢ un polic¨ªa (o soldado) vigilando. El Ministerio de Justicia brasile?o ha anunciado que 26.000 efectivos de sus diversos cuerpos policiales y el Ej¨¦rcito patrullar¨¢n la catedral del f¨²tbol brasile?o, sus alrededores y algunos barrios de R¨ªo de Janeiro para evitar incidentes durante el partido y, sobre todo, choques antes y despu¨¦s del encuentro entre los alrededor de 100.000 aficionados argentinos que se esperan en la cidade maravilhosa y la crecientemente exasperada torcida brasile?a. Los habitantes cariocas asisten estoicamente desde el mi¨¦rcoles a la ruidosa demostraci¨®n de j¨²bilo albiceleste: las cuadras adyacentes al Fan Fest de la FIFA en la playa de Copacabana parecen aut¨¦nticamente un barrio m¨¢s de Buenos Aires desde la v¨ªspera del Holanda-Argentina.
El precio de las entradas en la reventa puede alcanzar los 12.000 euros
¡°Mantendremos los niveles de excelencia para la seguridad p¨²blica que hemos observado desde el inicio de la Copa del Mundo¡±, ha afirmado el ministro de Justicia, Jos¨¦ Eduardo Cardozo, en las v¨ªsperas de un espect¨¢culo que contar¨¢ con la presencia de una decena de jefes de Estado. 10.000 polic¨ªas militares custodiar¨¢n el estadio durante el partido. Se trata del mayor dispositivo de seguridad de la historia del f¨²tbol y de la de R¨ªo de Janeiro; supone, adem¨¢s, un hito significativo en la preparaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016 y el presumible blindaje de la ciudad durante ese evento.
El Comit¨¦ Organizador ha contratado a 1.500 agentes de vigilancia privada para la seguridad interna de Maracan¨¢, cuyos fallos en los dos primeros partidos del torneo (con avalanchas de aficionados argentinos y chilenos que lograron acceder al estadio sin entrada) irritaron notablemente a la FIFA y produjeron la novedad de permitir la custodia policial dentro del recinto.
LOS DATOS DE LA FINAL
De la seguridad se encargar¨¢n 26.000 polic¨ªas y militares.
13 Jefes de Estado acudir¨¢n al encuentro, entre ellos Angela Merkel, Vladimir Putin y Dilma Rousseff.
Ser¨¢ el tercer enfrentamiento entre ambas selecciones en una final del Mundial. En 1986 Argentina venci¨® 3-2. En 1990 ganaron los alemanes 1-0. Es la final m¨¢s repetida.
Argentina y Alemania se han enfrentado siete veces en un Mundial La ¨²ltima vez fue en cuartos de Sud¨¢frica: los alemanes ganaron 4-0.
Alemania solo ha ganado una de sus ¨²ltimas cuatro finales disputadas, en 1990.
Argentina jugar¨¢ su quinta final. Gan¨® dos y perdi¨® otras dos.
Ser¨¢ la d¨¦cima final entre un equipo europeo y un sudamericano. En siete de ellas gan¨® el conjunto de Sudam¨¦rica.
En total, 100.000 agentes de polic¨ªa y 50.000 miembros de las Fuerzas Armadas brasile?as han sido movilizados en la Copa del Mundo (el triple que en Sud¨¢frica 2010). El gasto acumulado en inversiones en seguridad para el torneo alcanza los 2.000 millones de reales (660 millones de euros), seg¨²n fuentes oficiales.
Al Alemania-Argentina de ma?ana han confirmado su asistencia la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff (que entregar¨¢ la Copa al capit¨¢n del equipo triunfador junto con el presidente de la FIFA, Joseph Blatter) y los jefes de Estado de otros 12 pa¨ªses: Alemania, Holanda, Rusia, Sud¨¢frica, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Gab¨®n, Hait¨ª, Hungr¨ªa, Finlandia, Barbados, Guinea Ecuatorial y Trinidad y Tobago. La presidenta argentina, Cristina Kirchner, ha excusado su presencia por una faringitis. La FIFA ha reservado un n¨²mero indeterminado de entradas para agentes infiltrados en el p¨²blico, que informar¨¢n de ¡°cualquier incidente¡± antes, durante y despu¨¦s del partido. Desde ayer, efectivos policiales vigilan el c¨¦lebre Samb¨®dromo de los desfiles carnavalescos y el similar Terreir?o do Samba, dos zonas habilitadas en el centro carioca para que algunos miles de visitantes argentinos estacionen sus coches y caravanas reconvertidos en habitaciones de hotel.
Ya el martes, cuando Alemania marc¨® su cuarto gol a Brasil, la FIFA pidi¨® un refuerzo policial en el lujoso hotel Copacabana Palace, donde se hospeda la plana mayor de la entidad (incluido Blatter) y donde Ray Whelan, director de una empresa asociada a la FIFA, se fug¨® anteayer un cuarto de hora antes de que la polic¨ªa llegase al vest¨ªbulo para detenerlo (por segunda vez) como sospechoso de encabezar la red de reventa ilegal de entradas desarticulada la semana pasada en la operaci¨®n Jules Rimet.
Desde que empez¨® el torneo han sido detenidos 53 ¡®barrabravas¡¯
La compra clandestina de entradas para la final (cuyo precio puede alcanzar los 12.000 euros) se ha convertido en un asunto principal de la vida cotidiana en R¨ªo: una parte significativa de los hinchas argentinos arriban a Brasil sin boletos para el partido. Las operaciones policiales realizadas contra cambistas ilegales (entre ellos, ciudadanos argentinos) durante el torneo han dificultado la vida a los revendedores, que ahora son vigilados con m¨¢s ah¨ªnco que nunca al empezar a desenredarse el ovillo del caso Jules Rimet, en el que la polic¨ªa ha analizado ya la mitad de las 50.000 conversaciones telef¨®nicas grabadas con autorizaci¨®n judicial a Whelan y al presunto n¨²mero dos de la trama, el empresario argelino Lamine Fofana, que manejaba una red de casi 30 personas.
Unos 5.000 polic¨ªas militares fuertemente armados trabajar¨¢n ya hoy, durante la v¨ªspera del partido, atentos a lo que pueda suceder despu¨¦s del Brasil-Holanda en las zonas m¨¢s pobladas por hinchas argentinos. Una destacada preocupaci¨®n de la polic¨ªa son los barrabravas (hinchas violentos argentinos), 53 de los cuales han sido ya apresados y deportados a su pa¨ªs por la polic¨ªa brasile?a en lo que va de Mundial (batiendo un r¨¦cord en este cap¨ªtulo). La inmensa mayor¨ªa de ellos integraba una lista de 2.100 hinchas violentos que tienen prohibido el ingreso a estadios en su pa¨ªs y que el Gobierno argentino entreg¨® al brasile?o antes de comenzar el Mundial como parte de un acuerdo de cooperaci¨®n para la seguridad del evento. El Ayuntamiento cerrar¨¢ una veintena de calles desde la medianoche del s¨¢bado y ha reservado 1.650 controladores para el esquema extraordinario de tr¨¢fico: como es costumbre, los aficionados s¨®lo podr¨¢n llegar a Maracan¨¢ en metro, sin duda uno de los puntos calientes de ma?ana. Hasta el momento, al igual que demostr¨® su selecci¨®n el martes en Mineir?o, los aficionados alemanes se han comportado con notable discreci¨®n.
La zona sur de R¨ªo de Janeiro es una ciudad militarizada desde hace cinco semanas: hasta tal punto que los turistas adoptaron la costumbre de sacarse fotos con agentes armados hasta los dientes. El operativo militar incluy¨® una fragata en la playa de Copacabana y varios misiles tierra-aire en edificios aleda?os al estadio Maracan¨¢. La impresionante cantidad de agentes utilizados, propia casi de un estado de sitio, contuvo las peque?as pero combativas manifestaciones ocurridas durante la primera semana del campeonato en cordones establecidos en un per¨ªmetro a dos kil¨®metros del Maracan¨¢, impidiendo la llegada de los participantes.
Rota la ilusi¨®n del ¨¦xito deportivo, Brasil espera al lunes para anunciar al mundo el ¨¦xito organizativo y de seguridad de una Copa que s¨®lo hace seis semanas parec¨ªa destinada a otro tipo de desastres.
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