Los suplentes cantan victoria
Sch¨¹rrle y G?tze, que no salieron de inicio, resuelven el entuerto y la final Volcados los dos equipos a la derecha, los medios no brillan por la falta de pausa en el juego
Abotargada la divisoria por seis medios y cuatro extremos con gusto por la diagonal, Alemania y Argentina exprimieron el ala derecha. Los germanos quer¨ªan descorchar las virtudes de Lahm; y los albicelestes buscaron las cosquillas de H?wedes. Ocurre, sin embargo, que jugaron a lo contrario. Alemania necesit¨® del pase para llegar y Argentina, que no remat¨® a puerta, tir¨® del v¨¦rtigo para enlazar con Messi. Pero solo los suplentes Sch¨¹rrle y G?tze resolvieron el entuerto y el Mundial.
Neuer. Le defini¨® su confianza, capaz de salir como un poseso a por un bal¨®n que se perd¨ªa por la l¨ªnea de fondo para convertirlo en saque de banda o a por un esf¨¦rico en tierra de nadie que despej¨® para luego atropellar a Higua¨ªn. No hizo paradas, pero fue fiable por arriba y certific¨® ser el portero de la Copa del Mundo.
Romero. Apenas se le exigi¨®, pero estuvo atento al pase largo a la espalda de su zaga, por m¨¢s que se trataran de 10 metros, espacio de sobra para los pies finos alemanes. Suyo es el triunfo de la ortodoxia, como esas dos paradas a chuts envenenados de Sch¨¹rrle. Nada pudo hacer en el gol.
Lahm. Empe?ado en jugar de mediocentro porque as¨ª lo hace en el Bayern, se hizo un flaco favor con un nuevo partidazo. Hizo todo bien, siempre poniendo intenci¨®n e inteligencia a sus pases y movimientos para entregar el cuero al compa?ero en ventaja, para oxigenar el juego, para sacar centros como un aspersor. Aunque no encontraron receptor.
H?wedes. Estuvo correcto en lo t¨¢ctico, pero le descosieron las galopadas de Lavezzi y de Messi, tambi¨¦n las incorporaciones de Zabaleta, al que le hizo una entrada criminal que debi¨® ser cartulina roja y se qued¨® en amarilla. Disfrut¨® de la mejor ocasi¨®n en un remate de cabeza que la fortuna le neg¨®, amoratado el palo.
Zabaleta. No sufri¨® en defensa porque los delanteros M¨¹ller y Klose jugaron por su zona, lejos de tirar carreras en profundidad. Por lo que se anim¨® en ataque en ocasiones e hizo da?o, aunque le falt¨® la puntilla, el centro letal. Pero no detuvo a Sch¨¹rrle y eso cost¨® el gol y la derrota albiceleste.
Los germanos quer¨ªan descorchar las virtudes de Lahm; y los albicelestes buscaron las cosquillas de H?wedes
Rojo. Sufri¨® para detener las dobladas de Lahm y las ca¨ªdas de ?zil. No cruz¨® la divisoria y firm¨® un duelo gris despu¨¦s de un campeonato m¨¢s que notable.
Hummels y Boateng. Irreconocible, Hummels se perdi¨® en tirar la l¨ªnea del fuera de juego y jam¨¢s se aventur¨® a salir con el bal¨®n jugado. Le pudieron los desmarques de Messi. Le corrigi¨® Boateng, muy fino en el corte.
Demichelis y Garay. C¨®modos porque fijaron a Klose fuera del ¨¢rea, padecieron m¨¢s cuando M¨¹ller se coloc¨® en la punta de ataque. A Demichelis le cost¨® horrores los desplazamientos laterales y Garay, m¨¢s eficaz, no vali¨® por dos. Pero jugar pegados al portero les vino de maravilla. Garay golpe¨® con el hombro a Kramer y el medio alem¨¢n hubo de abandonar el campo medio inconsciente.
Kramer. Entr¨® por el lesionado Khedira y dur¨® media hora por un choque con Garay. Le relev¨® Sch¨¹rrle, que en un par de minutos expres¨® su facilidad para armar el disparo. Romero le anul¨®, pero no as¨ª Zabaleta en su carrera por la izquierda, en su eslalon definitivo que acab¨® en un magn¨ªfico centro que vole¨® G?tze.
Mascherano, excelente en defensa, no entr¨® en contacto con el bal¨®n y no dot¨® de sentido el juego de sus compa?eros
Schweinsteiger. Quiso ser protagonista y en ocasiones lo logr¨®, m¨¢s all¨¢ de por la brecha que le hizo Ag¨¹ero con un manotazo. Atin¨® con varios pases interiores y sobresali¨® en lo defensivo. Le sacaron una amarilla y se desbrav¨® un pelo.
Mascherano. Gritaba y ordenaba, gesticulaba y mandaba para aguantar las l¨ªneas y fijar la presi¨®n. Excelente en defensa, no entr¨® en contacto con el bal¨®n y no dot¨® de sentido el juego de sus compa?eros. Vio una amarilla por una entrada a destiempo.
Enzo P¨¦rez y Biglia. Su enorme trabajo sucio vali¨® para orillar al rival. En ataque, sin embargo, no jugaron, cosas de la t¨¢ctica del pelotazo. Gago entr¨® por Enzo y no aport¨® nada nuevo.
Kroos. Le cost¨® mover los hilos e hizo un fallo terrible al regalar un gol a Higua¨ªn, pero su pie fue la fuente de las jugadas a bal¨®n parado. Con los minutos gan¨® presencia, pero err¨® dos disparos desde la terraza del ¨¢rea.
M¨¹ller. Fue el desequilibrio incompleto. Sus movimientos entre l¨ªneas y rupturas desde atr¨¢s insertaron las dudas en la zaga argentina. Mejor¨® al jugar de falso nueve, pero no le lleg¨® la ocasi¨®n.
Neuer no hizo paradas, pero fue fiable por arriba y certific¨® ser el portero de la Copa del Mundo
?zil. Demasiado intermitente, fue mejor que en los duelos anteriores del Mundial porque sus detalles de genio pudieron desbrozar el encuentro. Pero le falt¨® una d¨¦cima de segundo o un cent¨ªmetro y se qued¨® en el casi. Al final fue cambiado por Mertesacker.
Higua¨ªn. Err¨® de forma flagrante una ocasi¨®n solo ante Neuer porque le pudo el ansia por definir cuando pod¨ªa regatear o esperar la tarascada rival. Marc¨® un gol que el colegiado anul¨® por fuera de juego y dio el testigo a Palacio, que tambi¨¦n se gan¨® una ocasi¨®n, pero fall¨® en la ejecuci¨®n.
Lavezzi. Jug¨® en la derecha para medirse con el lateral lento y firm¨® su mejor medio acto del torneo. Le sustituyeron por Ag¨¹ero, que, fundido por las lesiones y sus miedos, no ha estado en Brasil.
Klose. Perdido porque no se expres¨® en el ¨¢rea, su h¨¢bitat natural, no caus¨® peligro y tampoco ampli¨® su r¨¦cord goleador. Dio paso a G?tze, que anim¨® el cotarro desde su entrada y que resolvi¨® el duelo y el Mundial tras un control con el pecho a centro de Sch¨¹rrle y remate cruzado.
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