¡°Nos merec¨ªamos esto¡±
Los jugadores alemanes elogian el valor del colectivo por encima de las individualidades
Alemania conquist¨® Maracan¨¢ con un gol de oro de G?tze tras 113 minutos de batalla. Fue el 18? gol en el campeonato del conjunto de L?w que igualaba los tantos de Brasil en la conquista de 2002 en Corea y Jap¨®n y se quedaba a tan s¨®lo uno del m¨ªtico Brasil del 70 en M¨¦xico, el vencedor m¨¢s anotador de la historia de los mundiales con 19 tantos. El ¨²ltimo y decisivo fue el gol 171 del Mundial, igualando el r¨¦cord de tantos de Francia 1998.
¡°Es una sensaci¨®n incre¨ªble, no s¨¦ c¨®mo describirla. Tiras a gol y no sabes ni lo que est¨¢ sucediendo¡±, intent¨® explicar el h¨¦roe de la noche. En las galer¨ªas de Maracan¨¢, G?tze recurr¨ªa a los t¨®picos para canalizar su felicidad exultante. ¡°Es un sue?o hecho realidad. Estoy feliz y orgulloso de nuestro equipo. Nos merec¨ªamos todo lo que sucedi¨® en Brasil por el trabajo de muchos a?os¡±. Tras la secuencia de derrotas en la final de la Eurocopa 2008 y en la semifinal del Mundial de 2010 ante Espa?a, y en la semifinal de la Eurocopa de 2012 ante Italia, Alemania se gan¨® la gloria. Igual de entusiasta estaba Klose que dio el relevo a G?tze en el minuto 88 del partido. ¡°Le dije a Mario [G?tze]: ¡°yo ya he jugado y ahora tienes que hacer t¨² el gol¡±. Y lo hizo. Es sensacional¡±, dijo. Con la victoria en la final ante Argentina, Klose ya es jugador con m¨¢s victorias en los mundiales (17, supera a Caf¨²) y en la selecci¨®n alemana (86, superando a Matth?us).
Es incre¨ªble. Tiras a gol y no sabes lo que est¨¢ sucediendo¡±, explica? G?tze
El capit¨¢n, Philippe Lahm elogi¨® el valor del colectivo como la clave de la cuarta corona mundialista de Alemania. ¡°Tener o no a los mejores jugadores individuales da igual, lo que importa es el mejor equipo y lo hemos tenido¡±, explic¨®. Tambi¨¦n elogi¨® el esp¨ªritu del grupo el guardameta Neuer. ¡°Hemos sido campeones del mundo porque todo el grupo ha estado unido, tambi¨¦n los que no jugaron y todos sent¨ªamos su energ¨ªa. Vamos a celebrarlo por lo menos durante cinco semanas. Y en alg¨²n momento dejaremos de hacerlo pero seguiremos despert¨¢ndonos con una sonrisa¡±, dijo el del Bayern.
En el bando contrario, los jugadores argentinos estaban ¡°amargados¡± y ¡°agotados¡±, como reconoci¨® su seleccionador en la rueda de prensa posterior al partido. Dos factores revoloteaban sobre la tristeza albiceleste: la falta de ¡°eficacia¡± en las oportunidades que tuvieron (con especial menci¨®n para Higua¨ªn y Palacio) y el cansancio: Argentina se hab¨ªa desfondado en las semifinales contra Holanda y hab¨ªa tenido un d¨ªa de descanso menos que Alemania, que resolvi¨® su semifinal en media hora. ¡°No ten¨ªamos m¨¢s para dar en el campo¡±, afirm¨® un desconsolado Mascherano nada m¨¢s abandonar en el campo. ¡°Se nos escap¨® a lo ¨²ltimo. Hicimos todo para ganar, tuvimos las mejores chances. Hasta donde nos aguant¨® el f¨ªsico, lo dimos todo... No hab¨ªa m¨¢s para dar. Lamentablemente, nos sobraron 5 minutos. Estoy orgulloso de ser parte de este grupo, pero el dolor es inmenso. Hemos representado a nuestro pa¨ªs de la mejor manera que hemos podido. Nos vac¨ªamos, no podemos dar m¨¢s que esto¡¡±.
Despu¨¦s de varias semanas de cr¨ªticas radicales al juego del equipo, la prensa argentina se rindi¨® a la selecci¨®n en medio de la derrota. Aplaudieron a Sabella tras dar su rueda de prensa y le aseguraron a Mascherano que los aficionados iban a reconocer el buen trabajo de la selecci¨®n. ¡°No alcanza¡±, contest¨® r¨¢pidamente el mediocentro defensivo del equipo. ¡°Es un dolor de por vida. Esta era nuestra oportunidad... Pero el f¨²tbol tiene esto. Habr¨¢ que tratar de soportar este dolor como podamos. Nos ha faltado el poquito de suerte que hace falta para llegar a la final, y ellos la tuvieron¡±.
Hemos sido campeones porque el grupo ha estado unido¡±, cuenta Neuer
Las l¨¢grimas de los hinchas argentinos contrastaban con la relajaci¨®n brasile?a, que en una semana negra para su f¨²tbol evit¨® al menos la humillaci¨®n de ver a su m¨¢ximo rival coronarse campe¨®n en el c¨¦sped del Maracan¨¢. Alemania hab¨ªa ganado el Mundial en las semifinales: ¨¦sa era la idea que presid¨ªa la delegaci¨®n albiceleste. Los periodistas, mientras tanto, mostraban su extra?eza por el premio concedido a Lionel Messi como mejor futbolista del torneo. Ni siquiera los propios reporteros argentinos refrendaban tajantemente la elecci¨®n. R¨ªo de Janeiro respira m¨¢s tranquila ante la anulaci¨®n de la fiesta de sus ¡°hermanos del sur¡±. Los hinchas desplazados, sin embargo, no encuentran consuelo. Ni siquiera les serv¨ªa escuchar que su equipo regresa con la cabeza bien alta despu¨¦s de 24 a?os sin acceder ni siquiera a semifinales. Se hab¨ªan cre¨ªdo capaces de todo, confiados en el inmenso talento de su estrella. Tiempo habr¨¢ de calibrar el avance experimentado por una de las selecciones con mejor trayectoria del planeta en un Mundial igualado y extraordinariamente competitivo. Por ahora, los jugadores lloran su pena.
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