El Mundial desde R¨ªo
No voy a negar que vivir los 64 partidos desde R¨ªo de Janeiro ayud¨® a que este Mundial me parezca el mejor de todos
No voy a negar que vivir los 64 partidos desde R¨ªo de Janeiro ayud¨® a que este Mundial me parezca el mejor de todos. Ac¨¢ "el pan de az¨²car basta para almibarar toda la bah¨ªa". Pero haber redescubierto a Girondo o tener enfrente del hotel una playa con la longitud justa para salir a correr todas las ma?anas no significa que de este Mundial me haya gustado todo.
No me gust¨®, por ejemplo, ver a Italia amag¨¢ndose a s¨ª misma, dudando entre salir o quedarse, incapaz de decidir entre las ganas de jugar de Pirlo y los cantos de sirena del catenaccio; no me gust¨® la plancha a destiempo de Matuidi que fractur¨® a Onazi ni el mordisc¨®n de Su¨¢rez a Chiellini; pero menos me gust¨® la ausencia de un criterio que evite la desproporci¨®n de saldar una de ellas con amarilla y la otra con cuatro meses de inactividad, a riesgo de ser m¨¢s severos en el castigo de lo simb¨®lico que en el de una fractura expuesta.
Me gust¨® que la mayor¨ªa de los equipos intentaran ganar desde la pelota y no desde la renuncia a ella
No me gust¨® ver sufrir a Brasil ni sentir c¨®mo se ahogaba en sus emociones, sin siquiera obligar a Alemania a hacer un m¨ªnimo esfuerzo para ganarle; no me gust¨®, pero no me sorprendi¨®, el hit del Mundial, resumen de esa incapacidad de una parte de la sociedad argentina de gozar del propio m¨¦rito sin recurrir a explotar el sufrimiento ajeno.
Me gust¨® Bike R¨ªo, la aplicaci¨®n para desbloquear las bicicletas anaranjadas desde el tel¨¦fono (en R¨ªo todo lo p¨²blico es anaranjado, a juego con la corbata de Van Gaal que concentr¨® a los suyos en Ipanema), fundamental para evitar el tr¨¢fico de Avenida Atl¨¢ntica. Me gust¨® la banana frita con helado de vainilla y el Guaran¨¢ bien fr¨ªo; me gust¨® el arbitraje en general y que se haya roto alg¨²n prejuicio arraigado, como entender que no se pierde nada si el ¨¢rbitro decide interrumpir el partido para que los jugadores se hidraten cuando hace 40 grados.
Me gust¨® el uso del spray para marcar la distancia en los tiros libres, la forma en que cada ¨¢rbitro impuso un estilo (l¨ªnea simple, l¨ªnea doble, l¨ªnea sobre los botines de los jugadores) y todos los posibles nuevos usos que se le puede dar al spray: dispersar protestas, defenderse ante invasiones de campo, festejar campeonatos, amenizar carnavales, afeitarse.
Me gust¨® que la mayor¨ªa de los equipos intentaran ganar desde la pelota y no desde la renuncia a la pelota; me gust¨® el goal line technology y que lo haya puesto a prueba Benzema (nadie sin la sutileza de Benzema podr¨ªa haber logrado marcar un gol tan milim¨¦trico, que justificara la inversi¨®n tecnol¨®gica y su aplicaci¨®n por primera vez en el Mundial). Me gustaron Pogba, Shaqiri, Cuadrado, D¨ªaz, Ruiz, Blind, Vlaar, Alexis, Feghouli, Howard, Navas, Neuer debajo de la porter¨ªa y Neuer en posici¨®n de arranque, cuando la pelota esta todav¨ªa muy lejos del arco.
No me gust¨® ver sufrir a Brasil ni sentir c¨®mo se ahogaba en sus emociones
Me gust¨® c¨®mo James Rodr¨ªguez aprovech¨® el tiempo de vuelo del bal¨®n para girar el cuello y calcular la salida de God¨ªn antes de bajarlo con el pecho y marcar el gol m¨¢s bonito del Mundial. Me gustaron la volea de primeras de Cahill, las coreograf¨ªas de Colombia despu¨¦s de los goles de James y que los americanos terminaran llamando James al gran Lebron.
Me gust¨® c¨®mo Robben prepar¨® desde el primer control cada una de sus arrancadas letales y c¨®mo Mascherano, ese Nostradamus del cierre, supo antes que Robben exactamente lo que a Robben se le acababa de ocurrir en ese instante.
Me gust¨® Alemania con nueve y Alemania sin nueve, Lahm de 5 y Lahm de 3; el coraz¨®n de Argentina para emparejar desde la competitividad la estructura alemana.
Me gust¨® la l¨ªnea de cinco de Pinto; Costa Rica y su casi milagro; los laterales de la Colombia de P¨¦kerman; la presi¨®n alta de Chile; las encaradas optimistas de Di Mar¨ªa; la Avenida de Palmera Imperial del jard¨ªn bot¨¢nico, el mar imitando en la arena la vereda de Copacabana y la posibilidad de tomar, por s¨®lo tres reales, "un caf¨¦ que perfuma todo un barrio de la ciudad durante 10 minutos". Voy a extra?ar el Mundial.
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