La leyenda de Pinto acaba con veneno
El t¨¦cnico colombiano, que dirigi¨® en Brasil a la mejor aventura de los 'ticos,' acusa a federativos, cuerpo t¨¦cnico y jugadores de haberle hecho sufrir "durante un a?o y medio"
Fue la conferencia de prensa m¨¢s posada y a la vez m¨¢s espont¨¢nea en la historia del futbol local. El t¨¦cnico colombiano Jorge Luis Pinto y el presidente de la Federaci¨®n Costarricense de Futbol, Eduardo Li, hab¨ªan pactado anunciar este jueves el rompimiento de la forma m¨¢s cordial posible, diciendo gracias a todos y presentando alg¨²n argumento medio cre¨ªble para justificar la salida del entrenador que dirigi¨® a Costa Rica en su experiencia mundialista m¨¢s dichosa, con un octavo lugar e invicta en Brasil despu¨¦s de llegar como la cenicienta. Se sentaron sonrientes y juntos frente a los periodistas que ya sab¨ªan lo que iban a decir. O eso cre¨ªan ellos.
Sufr¨ª, perd¨ª confianza, me sent¨ª solo, pero pele¨¦. Prefiero aguantar hambre, por eso me voy"
De repente, la alegre novela del futbol costarricense y, vale decir, centroamericano, desemboc¨® en un episodio de traiciones, con la admisi¨®n de rencores cuya existencia nadie sospechaba cuando los ¡°ticos¡± celebraban las victorias en Brasil sobre Uruguay e Italia, el empate con Inglaterra o el pase a cuartos de final en los penaltis contra Grecia, a los que llegaron tambi¨¦n contra Holanda, al borde de las semifinales. El veneno sali¨® primero de la boca de Pinto, que prefiri¨® romper en directo cualquier pacto y acabar con los rumores: ¡°tuve un a?o y medio de sufrimiento. Tuve que dormir con el enemigo (...) Sufr¨ª, perd¨ª confianza, me sent¨ª solo, pero di la pelea. Unos me apoyaron, pero me pas¨® eso y no me pas¨® m¨¢s. Prefiero aguantar hambre, por eso me voy¡±. Descart¨® tener un destino asegurado el ex seleccionador de Colombia, que en San Jos¨¦ ganaba unos 36.000 d¨®lares mensuales seg¨²n la prensa local. Ahora son solo siete los entrenadores mundialistas que contin¨²an en sus respectivas selecciones.
Ah¨ª, a 30 cent¨ªmetros de ¨¦l, estaba el federativo Li, un hombre de poco carisma y menos discurso. Lo escuchaba sorprendido decir adi¨®s ¡°al pueblo de Costa Rica¡± y verter el carburante sobre las ascuas con un estilo arrojado, acorde con el prejuicio sobre los oriundos de Santander, Colombia. El ¡°enemigo¡± es supuestamente uno de los dos asistentes suyos, el ex internacional Paulo C¨¦sar Wanchope y Luis Mar¨ªn, que habr¨ªa pedido su cabeza molesto por los m¨¦todos radicales que aplicaba el colombiano, que adem¨¢s pretend¨ªa sustituirlos por al menos cuatro ayudantes colombianos. Despu¨¦s Mar¨ªn y Wanchope rechazaron culpas y devolvieron los dardos con tanto o m¨¢s veneno (¡°ego¨ªsta¡±, le dijo Wanchope), pero antes lo hizo el federativo Li al criticar las aparentes tensiones del entrenador con los futbolistas y el resto del personal de la Selecci¨®n, incluido un soci¨®logo colombiano que el propio Pinto llev¨® a su lado y que ahora lo acusa de ¡°poco honesto¡±, como recoge la prensa local.
Roto el pacto de no agresi¨®n y la promesa de una ruptura amistosa, las confesiones brotaron de otros federativos y hasta de los propios jugadores. El capit¨¢n Bryan Ruiz, jugador del PSV holand¨¦s, fue el primero en publicar sus palabras sobre Pinto. Primero le reconoci¨® m¨¦ritos en lo logrado en Brasil y r¨¢pido dijo lo que callaron durante meses: ¡°Existieron diferencias de criterios que provocaron un ambiente complicado y eso no es nada sano para un grupo (...) Sabemos que ¨¦l desea controlarlo todo pero ese m¨¦todo es muy complicado para un grupo, porque se dan diferencias que desgastan a un equipo¡±. Lo ocultaron, dicen, para no desviarse del objetivo mundialista. No es la primera vez que un futbolista se queja de los m¨¦todos de Pinto, pero s¨ª en p¨²blico.
?Qu¨¦ tan grave pas¨® por tanto tiempo? Los aficionados ayer se lo preguntaban en las redes sociales. La prensa deportiva no conoci¨® esos detalles o ha preferido no revelarlos. O no revelarlos todav¨ªa, porque los aficionados parecen no resignarse con un los agujeros en una historia que toca ribetes patri¨®ticos y de idiosincrasia nacional. Se preguntan si ser¨¢ que el estilo ¡°tico¡± no soporta la disciplina b¨¢rbara que aplica Pinto o si el colombiano, ya conocido por sus obsesiones, exagera en el control de los jugadores o en el trato con quienes lo rodean. ?l mismo dijo en la conferencia de prensa cont¨® que sol¨ªa mandar a los jugadores a la cama a las 10 y 30 de la noche. ¡°Me toc¨® luchar, pelear, corregir y hacer que se hagan las cosas yo solo porque ese es mi estilo. Si no hubi¨¦ramos exigido y comprometido al jugador, no hubi¨¦ramos llegado donde llegamos¡±, agreg¨® Pinto mientras Li intentaba acabar la rueda de prensa.
Todo el libreto estaba ya roto. El gui¨®n indicaba que el final deb¨ªa ser feliz para la historia feliz de la Selecci¨®n en Brasil, pero uno de los actores llevaba sus propios planes para dirigirse a la prensa y, por tanto, a los aficionados cuya simpat¨ªa se gan¨® gracias al desempe?o en Brasil, despu¨¦s del escepticismo en la eliminatoria y apuestas en su contra. No quer¨ªa irse callando el ¡°profe Pinto¡±, el colombiano convertido en h¨¦roe, modelo de disciplina y gu¨ªa de un proceso raro en la improvisaci¨®n del futbol local. No hab¨ªa pacto v¨¢lido para el hombre al que la propuesta de la Asamblea Legislativa propuso otorgar la ciudadan¨ªa de honor. Ahora nada est¨¢ tan claro.
Solo hay pistas. Ahora los ¡°ticos¡± se preguntan si en los goles los jugadores celebraban con Pinto, si se le ve¨ªa hablar con sus asistentes o si hizo ante c¨¢maras algo que d¨¦ pistas sobre las fricciones. S¨ª qued¨® bien filmada la conferencia de prensa de este jueves, con el gesto contrariado de Li que a como pudo la dio por acabada. Despu¨¦s se encerr¨® en una oficina y volvi¨® a buscar a la prensa: ¡°nos dejaron como un trasero; quiero hablar algunas cosas¡±, dijo a los reporteros. Despu¨¦s habl¨® a la radio y la televisi¨®n, junto a Wanchope. En esa misma l¨ªnea, Ruiz y otros jugadores dijeron lo suyo en redes sociales. Ya no hay pactos de secreto ni h¨¦roes tan joviales como estaban 16 d¨ªas atr¨¢s, cuando aterrizaron ante un pa¨ªs rendido por un logro que nunca imagin¨® posible en Brasil, como tampoco imagin¨® cu¨¢nta ciza?a crec¨ªa fuera del campo.
Este viernes temprano Pinto sali¨® rumbo a Colombia y despu¨¦s a Alemania, a un curso para entrenadores. Su vida carrera sigue. Este es Pinto. ¡°Me duele irme as¨ª; lo que ten¨ªa que hablar lo dije de frente y no me arrepiento¡± y tom¨® el avi¨®n. En tierra, donde d¨ªas atr¨¢s hubo fiesta, queda una fogata y mucho humo.
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