La plata feliz de Vivas

Ya entonces s¨ª. Ya cuando los 31 pinchos de luz que dan un aire de cacerola de fondue al Letzigrund Stadion se hab¨ªan iluminado esbeltos para competir con el cielo ya p¨²rpura del anochecer de Z¨²rich, ya Borja Vivas se sent¨® en el banquillo de los lanzadores. Suspir¨® feliz. Se envolvi¨® en una bandera de Espa?a. Ri¨®. Acababa de ganar una medalla, y de plata. Goz¨® de los minutos de placer que solo alcanzan los campeones. Hab¨ªa derrotado a un grande, a Tomasz Majewski, un polaco tan alto con ¨¦l y pintas de pope y es el actual campe¨®n ol¨ªmpico. Con el genial David Storl, con el chaval alem¨¢n que es capaz de sentarse en el banco y contar chistes entre lanzamiento y lanzamiento, con ¨¦l no pudo. "Storl es otro mundo", dice su entrenador de siempre, Tom¨¢s Fern¨¢ndez, malague?o como ¨¦l. Pero con los dem¨¢s, s¨ª, y tambi¨¦n con los que dudaban de su capacidad de competir. "Y a ellos, como a mi entrenador, como a mi familia, a la chica con la que me voy a casar dentro de nada, a todos los que cre¨ªan en m¨ª, a ellos, a los que dudaban, tambi¨¦n se la dedico esta medalla", dijo luego Vivas, de 30 a?os y licenciado en Empresariales. "Llevaba muchos a?os en esto, llevaba muchos tropezones, pero me he quedado de Z¨²rich con una foto que guardar¨¦ toda mi vida".

Todo esto lo dijo Vivas despu¨¦s, despu¨¦s de haber disfrutado de una medalla cuya trascendencia para el atletismo espa?ol es quiz¨¢s tan grande como para la propia persona, enorme, m¨¢s de dos metros, casi 140 kilos, del lanzador malague?o que ha logrado incluso algo que no logr¨® nunca Manolo Mart¨ªnez, el padre del peso espa?ol, una presencia tambi¨¦n feliz bajo una gorra gris que aplaud¨ªa sin parar en la grada los lanzamientos casi matem¨¢ticos de Vivas, que ha alcanzado tal nivel de competencia y excelencia que ni lanzando mal lanza menos de 20 metros. Manolo Mart¨ªnez tiene un bronce ol¨ªmpico, el de Atenas 2004, pero la plata de Vivas es la primera medalla del lanzamiento masculino espa?ol al aire libre en un campeonato europeo. Las chicas, en esto tambi¨¦n, lo lograron antes, el bronce de Mercedes Chilla, lanzadora de jabalina tambi¨¦n andaluza, de Jerez, en Gotemburgo 2006.

Se sent¨® al final Vivas, pero antes, entre lanzamiento y lanzamiento, como para preparar una explosi¨®n m¨¢s intensa, m¨¢s precisa de sus m¨²sculos tras la larga extensi¨®n de su cuerpo para convertir la bola, los 7,260 kilos de acero, en una bala de ca?¨®n, Vivas se paseaba ausente, en su mundo, con una capacidad extraordinaria para aislarse. "Es mejor quitarse del medio en esos momentos", dijo antes de inaugurar el magn¨ªfico y original podio verde y rosa de Z¨²rich. "Olvidarse de todo. Estar solo pendiente de las indicaciones del entrenador". Es un lanzador peripat¨¦tico, dir¨ªan los socr¨¢ticos, pero ¨¦l prefiere llamarse un lanzador feliz. Quien pensara que no sab¨ªa competir, quiz¨¢s, seguro, cambiar¨ªa de opini¨®n observando c¨®mo respondi¨® en la segunda ronda a los desaf¨ªos del croata Zunic, del serbio Kolasinac, del checo Marcel. Con su primer intento, 20,07m, Vivas hab¨ªa terminado tercero la ronda, en el orden natural del lanzamiento actual. Primero Storl ya (21,41m), segundo Majewski (20,56m). Sin embargo, al comienzo de la segunda ronda, quienes lanzaron antes que ¨¦l le dejaron sexto. Necesita dar un golpe de autoridad, un lanzamiento que marcara una frontera. Y lo hizo. "Conc¨¦ntrate en cada lanzamiento como si fuera el ¨²ltimo", le recomend¨® su entrenador. Y eso hizo. Lanz¨® 20,86m. Se coloc¨® segundo. Y de all¨ª nadie le pudo mover ya, ni siquiera Majewski, quien siempre se qued¨® corto.

Mientras Vivas, de tan mesuradas formas pese a su grandor f¨ªsico, segu¨ªa en su nube, Tom¨¢s Fern¨¢ndez reflexionaba. "Ha sido un verano extraordinario", dice. "Primero, la gran marca, los 21,07m. Despu¨¦s la medalla". Y, mesurado, se negaba a creer lo que profetiz¨® Manolo Mart¨ªnez. "Borja me quitar¨¢ el r¨¦cord de Espa?a (21,47m)", dijo el leon¨¦s. "Si alguien puede, es ¨¦l. Y su carrera ser¨¢ larga, muy larga, por su estilo econ¨®mico, por la longitud de su extensi¨®n". Del r¨¦cord no quiere o¨ªr hablar Fern¨¢ndez. "Es casi medio metro lo que nos falta y la gente puede pensar que eso es f¨¢cil, pero ser¨¢ muy complicado", dijo. "En lo de la longevidad s¨ª que estoy de acuerdo, porque le he mimado, le he cuidado mucho. Habr¨¢ Borja Vivas para rato. Ahora, a los 30, acaba de alcanzar su primera madurez atl¨¦tica. Le queda mucho".

El otro espa?ol en la final, Carlos Tobalina, estuvo a punto de pasar a la mejora como finalista. Marchaba octavo con un lanzamiento de 20,04m hasta que un ruso que hasta entonces estaba desaparecido, en su tercer y ¨²ltimo intento, le dej¨® noveno.