Alessandra, coja y en el coche escoba
La gallega, lesionada en un gemelo, abandona a tres kil¨®metros del final un marat¨®n ganado por la francesa Daunay
Hab¨ªan pasado 20 minutos desde que la gran favorita, la veterana francesa Christelle Daunay, que cumplir¨¢ 40 a?os en diciembre, hab¨ªa roto la cinta, ganadora (con unos magn¨ªficos 2h 25m 14s), en el puente que cruza el Limmat en la boca del lago de Z¨²rich. Hab¨ªan pasado tambi¨¦n, cercanas ma non troppo, las que la acompa?ar¨¢n en el podio, la italiana Valeria Straneo y la portuguesa Jessica Augusto, las tres embanderadas, las tres felices. Hab¨ªan pasado los segundos y los minutos, hab¨ªa pasado la irlandesa de B¨¦jar, B¨¢rbara S¨¢nchez, hija de emigrantes que compet¨ªa de verde esmeralda, y hab¨ªan pasado hasta las trillizas estonias, Liina, Leila y Lily Luik. Hab¨ªan pasado las 48 que hab¨ªan terminado el duro marat¨®n del Europeo, pero de Alessandra Aguilar, de sus horquillas rojas y amarillas y sus esparadrapos preventivos por todo el cuerpo, no se sab¨ªa nada.
La ¨²ltima vez que se hab¨ªa visto en la pantalla gigante a la ¨²nica participante espa?ola fue cuando pas¨®, s¨¦ptima y sufriendo, el punto de los 35 kil¨®metros. Sus sue?os de podio, alimentados hace un a?o por un quinto puesto en el Mundial de Mosc¨² y recreados diariamente durante sus duros entrenamientos por la Casa de Campo de Madrid, se hab¨ªan desvanecido r¨¢pidamente, en la primera de las cuatro subidas que debieron hacer a la tremenda cuesta (un 8%) de Seilergraben, y, sobre todo, en su vertiginoso descenso, que tanto castiga los m¨²sculos, los cu¨¢driceps, los gemelos. Sin embargo, hab¨ªa cogido su ritmo la gallega y el puesto de finalista lo ten¨ªa a su alcance, una recompensa menor, pero un ¨¦xito tambi¨¦n. Pero a la meta, donde la esperaban para achucharla Cooly, la vaquita guay, y para alentarla, Pepe R¨ªos, el responsable del fondo espa?ol, y varios t¨¦cnicos m¨¢s, no llegaba. El registro del paso por el kil¨®metro 40 mostraba que all¨ª no hab¨ªa llegado. Un mensaje de su entrenador, Antonio Serrano, informaba de que ¨¦l tampoco sab¨ªa nada de ella, que la ¨²ltima vez que la hab¨ªa visto fue en el kil¨®metro 39, y que la hab¨ªa visto destrozada. Ya se hablaba de organizar una expedici¨®n de b¨²squeda por el parque que rodea al lago cuando, finalmente, sentada en el coche escoba, lleg¨® Aguilar a la meta, coja y dolida. ¡°He sufrido un fuerte pinchazo en el gemelo muy pronto, y he corrido limitada, pero, al final no pod¨ªa ni andar¡±, dijo la lucense.
He sufrido un fuerte pinchazo en el gemelo muy pronto, y he corrido limitada, pero, al final no pod¨ªa ni andar
La francesa que gan¨® no es en absoluto una desconocida. Aunque se inici¨® tarde en el marat¨®n (disput¨® el primero a los 32 a?os), Daunay ha sido la europea m¨¢s regular en los ¨²ltimos a?os en los grandes cl¨¢sicos: siempre entre las cinco primeras en los tres ¨²ltimos maratones de Nueva York que ha corrido, y tambi¨¦n en Chicago 2011 y un par de veces en Par¨ªs, y cuenta con una mejor marca de 2h 24m 22s , tres minutos m¨¢s r¨¢pida que la mejor de Aguilar, pero un minuto superior a la de la valiente italiana Straneo, quien corri¨® como en Mosc¨², en cabeza desde el comienzo, y que termin¨® como en la capital rusa, segunda, al no poder resistir el ataque de la francesa en el descenso final.
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