Ferrer canta bingo
Tras una temporada llena de dificultades, el espa?ol gana a Benneteau y luchar¨¢ por el t¨ªtulo contra Federer
David Ferrer gan¨® 6-3 y 6-2 al franc¨¦s Julien Benneteau en semifinales del Masters 1.000 de Cincinnati, con lo que se cit¨® este domingo (Tdp, 22.00) en la lucha por el t¨ªtulo contra Roger Federer, que venci¨® a Milos Raonic (6-2, 6-3).
Para el espa?ol, un tenista hipercompetitivo, franco en la autocr¨ªtica y trabajador hasta el l¨ªmite, fue todo un premio. El triunfo abre la posibilidad de que celebre el segundo Masters 1.000 de su vida (Paris-Bercy 2012) precisamente tras su peor curso del ¨²ltimo lustro. Mientras vive una temporada de cambios, en la que estrena entrenador (Jos¨¦ Altur sustituy¨® a Javier Piles tras quince a?os de viajes por el mundo), el alicantino ha abandonado el n¨²mero tres mundial para instalarse en el n¨²mero seis y solo ha ganado un trofeo. Cincinnati, cuyo cuadro no le enfrent¨® a ning¨²n competidor del top-15, le ofrece ahora la opci¨®n de rearmarse en sus convicciones, en su luchar hasta el ¨²ltimo aliento para imponer su drive y su talento, m¨¢s todav¨ªa tras levantar dos puntos de partido en contra en su debut frente a Kohlschreiber.
En el arranque del duelo, Ferrer llev¨® la voz cantante. Puso la diana sobre el drive de Benneteau y lo atac¨® con la misma insistencia con la que hab¨ªa asaltado el rev¨¦s de Robredo en el partido de cuartos de la v¨ªspera. El franc¨¦s tard¨® en asentarse sobre el cemento. De doble falta en doble falta, pen¨® para encontrar su juego, al que distingue el riesgo, la b¨²squeda de la red y el talento por encima de la capacidad f¨ªsica. Ferrer goz¨® de la primera bola de break. No la aprovech¨®, y empezaron a aparec¨¦rsele los fantasmas al mismo ritmo que los errores de drive, su mejor arma. As¨ª, Benneteau se asom¨® a una bola de break con 3-2 que lo cambiaba todo.
Este es Benneteau, pudo decirse Ferrer, el hombre que me dej¨® sin medalla ol¨ªmpica en el dobles de los Juegos de Londres 2012 (hicieron pareja con Feliciano L¨®pez y Richard Gasquet). Este es Julien, pudo reflexionar el espa?ol, que no est¨¢ ni entre los 40 mejores del mundo, y por eso compite libre de ataduras y presiones, desencadenado por las victorias inesperadas (venci¨® a Wawrinka). Este, pens¨® quiz¨¢s el alicantino, es un tenista inc¨®modo, vers¨¢til, que presiona atacando y atacando.
Ocurre que Ferrer ha hecho carrera contest¨¢ndose esas preguntas en positivo. Su libro preferido es El arte de no amargarse la vida, y as¨ª, sin pensar en sus errores, sin darle carne a los fantasmas, neg¨® esa bola de break, logr¨® la primera rotura, aguant¨® el verse en un deuce durante un juego que dominaba 40-0 y celebr¨® la primera manga tras dominar los intercambios sobre segundo saque de su oponente ¡ªBenneteau solo sum¨® el 32% de esos peloteos ¡ª. Para el franc¨¦s, en su primera semifinal de la categor¨ªa, aquello fue como una sentencia de muerte. Perdido el parcial inaugural en menos de 40 minutos, baj¨® la cabeza y solo volvi¨® a levantar la voz para salvar cuatro puntos de partido (3-6, 2-5 y 0-40; m¨¢s una ventaja).
As¨ª, de menos a m¨¢s, sin saber realmente d¨®nde est¨¢ su raqueta, porque no le ha probado ning¨²n top-10, lleg¨® el espa?ol hasta su primera final de un Masters 1.000 sobre cemento al aire libre desde la que perdi¨® con punto de partido a favor en Miami 2013 (Andy Murray). A los 32 a?os, hay oportunidades que no vuelven. Tambi¨¦n, tenistas que nunca desfallecen: con el US Open a la vuelta de la esquina (desde el 25 de agosto), Ferrer volvi¨® a demostrar que el deseo, las ganas y el hambre de mejora siguen valiendo en el circuito, que seguir y seguir y seguir cuando la victoria no llega al final puede tener premio. En Cincinnati, para empezar, opta al segundo Masters 1.000 de su carrera en su s¨¦ptima final de la categor¨ªa.
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