Un Mundial a dos bandas
EE UU y Espa?a copan an¨¢lisis y pron¨®sticos en un nuevo episodio de rivalidad impensable hace 10 a?os
Este Mundial, a priori, no admite m¨¢s que dos candidatos. EE UU y Espa?a copan an¨¢lisis y pron¨®sticos en un nuevo episodio de rivalidad impensable hace 10 a?os, cuando todo depend¨ªa del inter¨¦s de los norteamericanos en la confecci¨®n de su equipo. Desde la final de Pek¨ªn se miran de reojo y cualquier cosa que no sea verles en la final ser¨¢ un giro sorpresa del gui¨®n. Eso no quiere decir que est¨¦ asegurada su presencia, pues tendr¨¢n que remar hasta ese partido so?ado. El sorteo apunt¨® a que el esfuerzo espa?ol ser¨¢ algo mayor para lograr una tercera oportunidad de doblegar a EE UU. En los Juegos de 2008 estuvieron cerca; en Londres, hace dos a?os, a tiro.
Las presencias. Aunque se trate de un deporte colectivo, la enjundia de un torneo se relaciona con los grandes jugadores presentes. La de este Mundial parece suficiente cuando te encuentras con Derrick Rose, Stephen Curry, James Hardem, Anthony Davis, Pau y Marc Gasol, Sergi Ibaka, J.C. Navarro, Tiaggo Splitter, Nene Hilario, Nicholas Batum, Zoran Dragic, Scola, Carlos Arroyo, Teodosic, Bodganovic, Asik o Valanciunas. La mayor¨ªa consagrados en la NBA, todos ellos grandes talentos llamados a liderar a sus respectivos equipos en la larga traves¨ªa.
Las ausencias. S¨®lo Espa?a y Brasil han salido indemnes y presentan lo mejor que tienen. Sin llegar a los Lebron, Kobe, Love o Howard, borrados hace mucho tiempo, a Estados Unidos le deber¨ªa doler mucho la sorprendente baja de Durant y la obligada de Paul George por lesi¨®n. Hay una Francia con Tony Parker y otra sin ¨¦l, sobre todo si Yannick Noah no ha acudido al rescate. Y una Argentina que no encuentra su renovaci¨®n: el obligado adi¨®s de Ginobili, forzado por su club, le deja a la intemperie. Hay m¨¢s, ya sea por descanso, recomendaci¨®n de su equipo, falta de sinton¨ªa con el entrenador o porque me da la gana. En esto estoy con Orenga. Algo tiene que ver el compromiso de los jugadores con su selecci¨®n y en esto, sin duda, Espa?a es campeona mundial.
El v¨¦rtice donde gravitan los an¨¢lisis, el dolor de muelas de los rivales, es el juego interior de Espa?a.
La referencia. El v¨¦rtice donde gravita gran parte de los an¨¢lisis, el dolor de muelas para sus rivales, es el juego interior de Espa?a. Pau, Marc e Ibaka, con la ayuda de Felipe, forman un cuarteto cuyo potencial es tan descomunal que hasta ha tenido que ser tomado en cuenta por Mike Krzyzewsky (¨¦l lo niega, claro) a la hora de dar la lista definitiva de los norteamericanos, en la que ha sacrificado alg¨²n explosivo bajito como Lillard para venir a Espa?a con una decente bater¨ªa de p¨ªvots con la vista puesta en la supuesta final que les enfrentar¨ªa. Mayor reconocimiento al valor de nuestros jugadores, imposible.
Caribe Mix. Conocidos EE UU, Brasil o Argentina, el baloncesto americano presenta dos equipos de los que los expertos hablan mucho y bien. Puerto Rico, otrora ilustre, y la Rep¨²blica Dominicana, que siempre te hace recordar a Chicho Sibilio, llegan a Espa?a sin hacer mucho ruido, pero dispuestos a llamar la atenci¨®n. Al baloncesto caribe?o se le supone una dosis de alegr¨ªa, atrevimiento y descaro que, en un deporte excesivamente t¨¢ctico y bajo control, siempre ser¨¢ bienvenido.
Hace 10 a?os, todo depend¨ªa del inter¨¦s de los norteamericanos en la confecci¨®n de su equipo
Seis ciudades en ebullici¨®n. Granada, Sevilla, Las Palmas, Bilbao, Barcelona y Madrid. Seis ciudades que respirar¨¢n baloncesto algo m¨¢s de dos semanas. Todas se han volcado en un gran acontecimiento deportivo donde se quiere vender deporte, capacidad organizativa y ese concepto tan difuso llamado marca Espa?a. No deja de resultar curioso lo vivido en Bilbao en las semanas previas al campeonato. Con el bingo de la presencia en el Botxo de la selecci¨®n USA, con todo lo que ello supone, y so?ando bares y restaurantes con el anunciado desembarco de aficionados, las noticias del Mundial compart¨ªan espacio con la lucha del baloncesto local por mantenerse en la ACB, manifestaciones populares incluidas. La paradoja de ser sede estelar y a la vez, ver desaparecer a su equipo, se mantuvo durante semanas, aunque afortunadamente todo parece resuelto y los bilba¨ªnos podr¨¢n disfrutar sin sombras de una cita hist¨®rica.
Los Angry Birds apoyan a Finlandia. En las previsiones de asistencia de aficionados de otros pa¨ªses, el oro ya est¨¢ decidido. Finlandia vive un boom at¨ªpico y se anuncia la llegada de 7.000 aficionados. Con semejante desembarco de personas con un buen poder adquisitivo y contando con el apoyo financiero, entre otros, de Rovio, empresa creadora de los Angry Bird, no es de extra?ar que se les haya invitado. Hasta van a venir celebridades de ese pa¨ªs. Igual hasta Kimi Raikonen se marca unos trompos en la explanada del Guggenheim.
Buenos deseos. Tenemos ante nosotros un Mundial al que no le va a faltar calor en las gradas, talento en la pista ni atenci¨®n en los medios. Un torneo con dos grandes favoritos y una buena n¨®mina de clase media, de la que depender¨¢ que haya l¨ªo desde el principio o todo se convierta en una larga espera hasta la final prevista. Esperamos tambi¨¦n que el juego est¨¦ a la altura, asunto al que a veces no se le da la importancia que se merece. 16 d¨ªas de ba-lon-ces-to.
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