Traidor a mi pa¨ªs natal

Cada vez que se celebra una competici¨®n internacional de baloncesto, me convierto en un traidor a mi pa¨ªs natal. El Mundial de la FIBA de este a?o no es diferente ya que pondr¨¦ todas mis esperanzas en el equipo espa?ol, algo que podr¨ªa parecer que escribo para ponerles a ustedes, que probablemente residen en Espa?a, de mi parte. Pero la verdad es que siento una afinidad especial con los jugadores del equipo nacional espa?ol, contra muchos de los cuales jugu¨¦ cuando viv¨ªa en su hermoso pa¨ªs, en Badalona, Menorca y M¨¢laga. Me alegra el coraz¨®n ver que esos jugadores tienen ¨¦xito porque s¨¦ que, en su mayor¨ªa, son la clase de personas con las que me gustar¨ªa tomarme unas cervezas.

Vale, me gusta el equipo espa?ol, y por una raz¨®n relativamente l¨®gica. Pero, dir¨¢n, seguro que mi segundo equipo favorito representa a mi pa¨ªs natal, Estados Unidos de Am¨¦rica.

Pues no. Me encantar¨ªa que EE UU acabase ¨²ltimo. Y no es por los jugadores, aunque los atletas estadounidenses sean a menudo insoportables, sino por el desd¨¦n que muestran la mayor¨ªa de los estadounidenses cuando se ven expuestos a algo extranjero.

A muchos estadounidenses les cuesta verse como parte de un mundo m¨¢s grande"

Sintonic¨¦ el partido del equipo estadounidense contra Turqu¨ªa y o¨ª la siguiente pregunta de Kevin Connors, el estadounidense que comenta los partidos, dirigida a su compa?ero de retransmisiones, Fran Fraschilla: "Sabemos que Mike Krzyzewski presiona a los ¨¢rbitros en las bandas en Duke [la universidad]. ?Existe eso en la competici¨®n internacional?".

No, Kevin, la verdad es que, en el baloncesto internacional, los entrenadores rivales se pasan el partido recostados en sof¨¢s de ante a juego mientras unas doncellas de pelo rizado les sirven aceitunas sin hueso, queso manchego y vino de Sa Forana (Sa Forana es un vi?edo menorqu¨ªn que deber¨ªan conocer). Al cabo de un rato, Connors prosigui¨® diciendo: "Sinceramente, estos ¨¢rbitros, en muchos casos, no ven el nivel de jugador que est¨¢n viendo en este torneo con el equipo estadounidense".

El a?o pasado, hab¨ªa 92 jugadores nacidos en el extranjero en las plantillas de la NBA. En este Mundial de la FIBA hay 45 jugadores de la NBA. Solo el equipo espa?ol tiene nueve jugadores que han jugado o juegan en la NBA. No soy ni estad¨ªstico, ni dem¨®grafo, pero dir¨ªa que los ¨¢rbitros de la FIBA est¨¢n acostumbrados a los jugadores del calibre de la NBA.

Vamos Espa?a. Y cualquiera que tenga una posibilidad de vencer a EE UU"

Los comentaristas de cualquier pa¨ªs van a tener tendencia a izar la proverbial bandera de sus respectivas patrias, pero esto normalmente se hace mirando hacia otro lado en las faltas discutibles o animando abiertamente al equipo de casa. (O, en el caso de Serbia, pidiendo a veces la muerte de uno de los jugadores o de los entrenadores rivales, si mi experiencia con los serbios sirve de gu¨ªa).

No se hace adoptando una actitud que me recuerda a un ni?o consentido e ignorante. Pero no es una actitud que se limite a los estadounidenses. Incluso en 2014, cuando deber¨ªan ser m¨¢s sensatos, a muchos estadounidenses les cuesta verse como parte de un mundo m¨¢s grande. Nos hace insoportables. Y hace que quiera hacer algo para frenar la marea, aunque sea poco lo que pueda hacer. Por eso, vamos Espa?a. Y cualquiera que tenga una posibilidad de vencer a EE UU.