Estados Unidos pone el candado

Estados Unidos tiene un candado cuya contrase?a se escribe con muchas consonantes: Krzyzewski. Desde que el entrenador universitario tom¨® las riendas de la selecci¨®n nacional en 2006, la defensa ha sido una obligaci¨®n innegociable para las diferentes versiones de la NBA en Juegos o Mundiales. Coach K habla de la creaci¨®n de un ¡°ego colectivo¡± para picar el orgullo de sus jugadores y convencerles de que deben arrimar el hombro en lugar de buscar el lucimiento personal. La tarea no es sencilla cuando se gestiona un vestuario de estrellas. Krzyzewski utiliza la vena patriota. Dice que sus jugadores son los enviados por su pa¨ªs a una misi¨®n. Y les asegura que el ¨²nico modo de volver con el oro es la defensa.

La sugesti¨®n ha hecho efecto en la mente de los estadounidenses como la gota que erosiona la piedra. En 2006, los rivales de Estados Unidos promediaron 83 puntos por partido y un acierto en tiro de campo del 46%. Ocho a?os despu¨¦s, Coach K ha cerrado filas. La media de puntos ha bajado a 68,5; el acierto a un 38%.

Que el sudor no se negocia qued¨® claro otra vez contra la Rep¨²blica Dominicana. Coach K puso en juego los cambios en bloque. De Irving-Curry-Harden-Faried-Davis como equipo inicial al Rose-Thompson-Derozan-Gay-Cousins que arranc¨® el segundo cuarto para volver tres minutos despu¨¦s al plan A. Buscaba seguramente intensidad (y un toque de atenci¨®n) el preparador despu¨¦s de que los dominicanos se arrancaran con un buen pu?ado de canastas f¨¢ciles. Penetraban sin miedo, doblaban la pelota y encontraban posiciones sencillas para levantarse que los estadounidenses no pod¨ªan sofocar. Con Coach K hay que ganarse el pan, y si no cumplen unos, salen otros. Vista la velocidad que lleva el tren espa?ol, los preparadores de EEUU quieren subir las revoluciones de su juego.

El mensaje hizo efecto y del estrecho 22-25 se pas¨® al 41-56 en el descanso. El tercer cuarto debi¨® de contentar a Krzyzewski como un manual de defensa pegajosa. Los estadounidenses se hincharon a robar la pelota en el per¨ªmetro y a salir a la carrera. Fue aquello un desfile de brazos extendidos, sprints, mates y tapones. El poder¨ªo f¨ªsico de la NBA en estado puro. La Rep¨²blica Dominicana fue apabullada. Se petrific¨® casi ocho minutos sin anotar ni un punto, los cuatro ¨²ltimos minutos del tercer cuarto y los cuatro primeros del ¨²ltimo. En ese tramo, EEUU engord¨® 22 puntos (de 52-70 a 52-92). El bot¨ªn se lo repartieron otra vez entre todos. Jugaron los 12 y anotaron los 12. El mejor bocado para Faried, destapado como un anotador constante y un torbellino incontenible por su movilidad y juego de pies.

Eso s¨ª, hay cosas que no cambian en Estados Unidos. M¨¢s pasos de salida (Gay y Klay Thompson, y los que perdonaron a Curry y Harden) y la flojera en los tiros libres (63% de acierto).