El rodillo espa?ol desquicia a Djordjevic

La selecci¨®n de Pau Gasol y Navarro no da tregua. No discrimina d¨ªas, rivales, ni coyunturas clasificatorias. Se suceden los partidos, las victorias, las exhibiciones. Le toc¨® el turno a Serbia. Y Espa?a volvi¨® a decantar la contienda en un abrir y cerrar de ojos, sell¨® el pleno de victorias en la primera fase y recibi¨® la hoja de ruta para la nueva dimensi¨®n del Mundial que empieza a partir de ma?ana con los octavos de final, ante Senegal.

Otra vez el banquillo rival, donde se desvivi¨® el temperamental Sasha Djordvevic, el base que tantas veces lider¨® las victorias en la ¨¦poca dorada de Yugoslavia primero y Serbia despu¨¦s, a menudo a costa de Espa?a, tuvo que trabajar con frenes¨ª para que su quinteto no perdiera pie a las primeras de cambio. Se desga?it¨®, le dio mil vueltas a su equipo, trat¨® de evitar la desesperaci¨®n por la que les cay¨® encima a Teodosic, Krstic, Bogdanovic y el resto. Con escaso ¨¦xito y mucho mal genio, hasta el punto de que acab¨® siendo expulsado. Espa?a puso tierra de por medio r¨¢pido y mantuvo a raya a los serbios con autoridad.

El arsenal ofensivo espa?ol es tan capaz de agobiar al potente Brasil con todos sus nbas, como a Francia, flamante campeona continental, o a una Serbia que promet¨ªa tant¨ªsimo cuando sac¨® a la palestra a su generaci¨®n de los noventa, logr¨® una prometedora medalla de plata en el Eurobasket de 2009 y, un a?o despu¨¦s, descabalg¨® a Espa?a del Mundial de Turqu¨ªa. Cuatro a?os despu¨¦s, volvi¨® a quedarse pasmada ante el plet¨®rico equipo de los Gasol, Navarro y compa?¨ªa. Poco m¨¢s de tres minutos dio de s¨ª la defensa serbia, poco m¨¢s dud¨® el equipo espa?ol. Tras alg¨²n error de Ricky, ¨¦l mismo se encarg¨® de recuperar la fluidez del juego espa?ol. Junto a los Gasol y a Navarro carbur¨® el ataque de tal forma que en apenas un suspiro Espa?a ya dominaba por 14 puntos (16-30).

La entrada en acci¨®n de las segundas unidades de ambos equipos suaviz¨® la proyecci¨®n del marcador. El equipo serbio logr¨® un parcial de 8-0 (33-41). Pero, en otra de las similitudes de este equipo espa?ol con las dominantes selecciones estadounidenses de los ¨²ltimos a?os, su repr¨ªs es prodigioso. Es capaz de encadenar acciones que desmantelan al rival en poquito m¨¢s de uno o dos minutos. Y as¨ª sucedi¨® porque logr¨® cerrar el primer tiempo con 19 puntos de ventaja (35-54).

Volvi¨® a sufrir una desaceleraci¨®n el equipo espa?ol en el ¨²ltimo cuarto. Les cost¨® a Ibaka y a Reyes frenar a Bjelica, muy c¨®modo cuando form¨® pareja con el aguerrido Stimac. Decay¨® la fluidez ofensiva de Espa?a sin Ricky, Pau y Navarro. Tras llegar a perder por 25 puntos (37-62), los serbios entrevieron la luz mediado el ¨²ltimo cuarto (64-74). Fue suficiente que Orenga cambiara piezas para que Espa?a recuperase los 20 puntos de ventaja (67-87) y Djordjevic perdiera los estribos.

Espa?a hizo las maletas para abandonar Granada rumbo a Madrid, donde le aguarda Senegal. A partir de ahora, los aspirantes al oro, ya no pueden fallar. Una derrota les despide del sue?o. Se trata de un tipo de consideraci¨®n redundante para Espa?a y Estados Unidos. Se han tomado la competici¨®n tan a pecho, como un asunto tan personal, que asumen su pertenencia a otra galaxia. Ganar, sin m¨¢s, les resulta insuficiente. Incluso ganar por 20, tampoco les deja satisfechos. Se obligan a mucho m¨¢s, a hacer rugir sus motores, a jugar bien. Una magn¨ªfica noticia para el baloncesto.

La exigencia m¨¢xima de estadounidenses y espa?oles se traduce en sus trayectos durante la primera fase. Estados Unidos ha ganado sus cinco partidos por una diferencia media de 33,2 puntos, la m¨ªnima fueron los 21 puntos con los que cerr¨® ante Turqu¨ªa. Espa?a ha sumado sus cinco triunfos con un promedio de 25,2 puntos y su triunfo m¨¢s ajustado fue precisamente el que obtuvo ante Serbia. Prosigue el desaf¨ªo a distancia de dos selecciones maravillosas, Estados Unidos y Espa?a, que ahora no pueden permitirse el menor resbal¨®n si desean consumar la final so?ada el 14 de septiembre en Madrid.