Nishikori y Cilic, final de rebeldes

Kei Nishikori o Marin Cilic. Uno de estos dos nombres comandar¨¢ a partir de hoy la toma del poder en la c¨²pula del tenis mundial. La final que ambos disputan en el Abierto de Estados Unidos ha adquirido un carga revolucionaria, desafiante con el orden establecido, ya que han tenido que pasar 38 finales del Grand Slam para que ninguno de los contendientes sea Nadal, Federer o Djokovic, y 12 a?os, desde Roland Garros en 2002 (final Ferrero-Costa), para que los finalistas no est¨¦n entre los 10 primeros del ranking mundial.

¡°Wawrinka abri¨® las puertas a la segunda fila de jugadores con su triunfo en Australia. La mayor¨ªa tenemos m¨¢s confianza en hacer cosas grandes en los torneos del Grand Slam desde ese d¨ªa. Aqu¨ª, en Nueva York, Nishikori ha ganado a Djokovic, Wawrinka y Raonic, primero, tercero y quinto del mundo. Yo he conseguido lo mismo con Federer. Creo que va a ser muy interesante ver lo que pasa en los pr¨®ximos torneos grandes¡±, dijo el croata Cilic, de 25 a?os, tras derrotar al suizo.

Fue esa una semifinal repleta de lecturas. No s¨®lo por el desparpajo del croata, que machac¨® a su rival a base de tremendos golpes y saques descomunales (6-3, 6-4 y 6-4 en una hora y 45 minutos), sino tambi¨¦n porque dej¨® algunas lecturas subterr¨¢neas. La primera, y que s¨®lo la competici¨®n confirmar¨¢, es si el tiempo de Federer ha terminado y su deseo de sumar el 18? t¨ªtulo del Grand Slam se quedar¨¢ en eso, en un simple deseo. La otra es d¨®nde estar¨ªa el croata ahora si el a?o pasado no hubiese sido suspendido cuatro meses por dopaje. Su entrenador, su compatriota Goran Ivanisevic, campe¨®n de Wimbledon en 2001, ha logrado recolocarlo en la competici¨®n en menos de un a?o.

Con Nadal lesionado, Federer luchando con el tiempo y Djokovic algo despistado con su reciente boda y pr¨®xima paternidad, el circuito parece sin due?o: ¡°Creo que ahora hay m¨¢s oportunidades. Los tenistas de la segunda l¨ªnea se est¨¢n acercando y cada vez llega m¨¢s lejos en los Grand Slam. Y no van a empeorar. Al contrario, cada vez ser¨¢n mejores. La competici¨®n se va a poner muy dif¨ªcil, hay m¨¢s oportunidades para todo el mundo¡±, a?adi¨® Cilic, que si gana hoy se colocar¨¢ ente los diez mejores.

Nishikori, de 24 a?os, ha presentado su candidatura con todas las de la ley. Al margen de los detalles estad¨ªsticos, como el hecho de ser el primer asi¨¢tico que alcanza una final del Grand Slam, para alegr¨ªa de sus m¨²ltiples y poderosos patrocinadores (Uniqlo, Sony, Adidas, Tag Heuer, Wilson¡­), su evoluci¨®n es destacable. En los dos ¨²ltimos a?os ha ganado cuatro torneos (Barcelona, Memphis, en dos ocasiones, y Tokio). El a?o pasado perdi¨® en Nueva York contra el entonces 179 del mundo (Daniel Evans). Mucho han cambiado las cosas. Con su formidable derecha y un rev¨¦s a dos manos demoledor, ha trabajado duro para alcanzar la final (dos partidos previos a cinco sets), igualando incluso el r¨¦cord del duelo m¨¢s tard¨ªo del torneo (termin¨® a las 2.26 de la madrugada, tras 4 horas y 19 minutos de dura batalla contra el canadiense Milos Raonic).

Wawrinka nos abri¨® la puerta a los dem¨¢s con su triunfo en el Abierto de Australia¡±, dijo el croata Cilic

La semifinal contra Djokovic fue un compendio de sus virtudes. Enfrente ten¨ªa a un tipo que disputaba su octava semifinal consecutiva del Abierto estadounidense, que hab¨ªa jugado cinco finales, aunque s¨®lo hab¨ªa ganado una (2011). Sin verse afectado por el calor y la humedad, comenz¨® a desplegar su juego para desesperaci¨®n del serbio, que en ning¨²n momento encontr¨® sus mejores golpes. ¡°Las condiciones eran las mismas para los dos, as¨ª que no tengo excusa. Hoy ha sido el mejor. Su rev¨¦s a dos manos es uno de los mejores del circuito¡±, declar¨® Djokovic. ¡°Este a?o he trabajado mucho mi cuerpo. Siento que cada d¨ªa soy m¨¢s fuerte¡±, declar¨® el japon¨¦s, que tiene como entrenador a Michael Chang, el estadounidense de origen asi¨¢tico que gan¨® Roland Garros (1989). De momento, tiene garantizado su ingreso en el Top 10. Si gana, nadie sabe hasta d¨®nde puede llegar.