Moy¨¢ por arriba y por abajo
El meta, que part¨ªa al inicio de curso como te¨®rico suplente de Oblak, frena a los blancos con dos paradas sublimes y gobierna el ¨¢rea con autoridad en los balones a¨¦reos.
Los autobuses de Real Madrid y Atl¨¦tico llegaron a la rampa de entrada del Santiago Bernab¨¦u. Un peque?o colapso que los jugadores locales resolvieron bajando con parsimonia y cara de p¨®quer. Mientras desfilaban los futbolistas de Carlo Ancelotti, el veh¨ªculo rojiblanco se convirti¨® en una caja de resonancia guerrera. Retumbaban los cristales, palmeteados por jugadores que han absorbido ese ritual tan de los clubes argentinos.
Tras un vidrio enorme, tambi¨¦n Diego Pablo Simeone, ubicado en un palco, asisti¨® al inicio deseado de partido para los suyos con el gol de Tiago, y despu¨¦s a un resquebrajamiento de su equipo durante la segunda mitad del primer tiempo. Sin nadie que estirara al equipo en esos minutos agobiantes, penaliz¨¢ndole el Madrid en cada p¨¦rdida de bal¨®n que generalmente se tornaba en una apertura de Kroos para lanzar a Cristiano Ronaldo, emergi¨® Miguel ?ngel Moy¨¢, vestido de negro cl¨¢sico para evitar que esa descarga local culminara en una remontada antes del descanso. Su primera gran intervenci¨®n fue a un libre directo ejecutado por Bale. La pelota golpe¨® en la cabeza de uno de los componentes de la barrera rojiblanca y le oblig¨® a rectificar con el pu?o una estirada que le hizo volar hasta su palo izquierdo. La segunda reaccion¨® a un cabezazo de Benzema. Cristiano, cebado en sacar de punto a Siqueira, sac¨® un centro al segundo palo que el franc¨¦s pic¨® abajo y se encontr¨® con una respuesta felina del guardameta rojiblanco acompa?ado de una mano dura. En el penalti, le concedi¨® el lado derecho a Cristiano y este le ejecut¨® por su flanco izquierdo enga?¨¢ndole.
Destacado ya en los dos partidos de la final de la Supercopa, contra el conjunto blanco Moy¨¢ justific¨® la elecci¨®n de su t¨¦cnico, que le ha preferido a ¨¦l en lugar de a Oblak, por el que el club pag¨® 16 millones de euros. La decisi¨®n de Simeone no se entiende sin su sentido de la practicidad. A mitad de pretemporada se encontr¨® con una lesi¨®n de espalda del meta esloveno, una apuesta fuerte del club a la b¨²squeda de un nuevo Courtois, de regreso al Chelsea tras un rendimiento espectacular.
En la primera parte emergi¨® para evitar que la descarga local acabara en remontada
Desde que supo que las dolencias de Oblak le mantendr¨ªan parado cerca de dos semanas, Simeone dio orden de que se trabajara a fondo con Moy¨¢ para el inicio del curso. Incluidos esos largos y planos golpeos, que intenta mejorar en la medida que el juego de cadera se lo permite por la grave lesi¨®n que sufri¨® la temporada pasada. Aprendi¨® ese golpeo de sus a?os en el Mallorca a la sombra del argentino Carlos Roa. Uno de ellos, de 70 metros, puso a Griezmann frente a Casillas.
Desde que fich¨®, en el entorno de Moy¨¢ no se cansaron de repetir que llegaba al Atl¨¦tico para competir, que no se consideraba un segundo portero pese al desembolso que el club hab¨ªa hecho por Oblak. Sobre su competidor tiene ventaja en el idioma para ordenar a la defensa y tambi¨¦n el perfil de portero sobrio, que es el preferido del preparador de porteros, Pablo Vercellone, enemigo de los guardametas palomiteros.
Ya en la segunda parte, con el Atl¨¦tico recompuesto y con m¨¢s capacidad de salida con Griezmann y Arda, Moy¨¢ no pas¨® tantos apuros. Tuvo que dominar el ¨¢rea en los centros a¨¦reos y lo hizo como dicen los puristas, fue reactivo en vez de pasivo. En vez de esperar los centros se anticip¨® a ellos para gobernar el partido por arriba y por abajo.
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