Van Gaal y el ¡®Latin United¡¯
?Los latinos ser¨¢n capaces de arraigar en un club tan costumbrista como el Manchester United? ?Podr¨¢ su entrenador contenerse cuando alguno de ellos se salga de su manual?
La expansiva Premier tiene un problema: el castellano comienza a ser asignatura obligatoria. El pasado fin de semana, las carcajadas de Cesc como int¨¦rprete ingl¨¦s de Diego Costa o las risotadas incontenibles de Mata como traductor de Di Mar¨ªa dieron fe de ello. El hispano brasile?o y el argentino, elegidos los mejores de sus respectivos partidos, resultaban un engorro para la prensa local, tan acostumbrada a una Liga bab¨¦lica como desafecta a cualquier compresi¨®n idiom¨¢tica que no sea la propia. Tienen codos por delante. El multimillonario y renovado Manchester United lleg¨® a alinear el domingo hasta siete hispanohablantes: los espa?oles De Gea, Mata y Ander Herrera, los argentinos Di Mar¨ªa y Rojo, el ecuatoriano Valencia y el colombiano Falcao. Con ellos al frente, Van Gaal dio indicios de remontada tras su p¨¦simo inicio del curso.
Resulta curioso que hasta un se?or tan cartesiano como el t¨¦cnico holand¨¦s haya sido capaz de evolucionar. Al ver al United ante el QPR (4-0) era inevitable rebobinar a sus tiempos en el Bar?a en sus dos etapas en el club azulgrana, entre 1997 y 2003. Pese a los t¨ªtulos ganados, el choque cultural le supuso una barrera insalvable y por el Camp Nou se alistaron una legi¨®n de holandeses (Kluivert, los De Boer, Overmars, Bogarde, Reiziger, Hesp, Zenden, Cocu¡) A Van Gaal no le cuadraba que un jugador espa?ol bebiera agua sin que ¨¦l diera permiso o que Puyol no se cortara el pelo. Todo estaba en su libreta, un incunable en los Pa¨ªses Bajos de dif¨ªcil transcripci¨®n en tierras de desenfado.
Con el paso de los a?os, el holand¨¦s se encuentra ahora al frente de un hist¨®rico como el United, que la pasada temporada se arrastr¨® por el lodo, necesitado de una transici¨®n con lo que no dio. El remedio, el vivero latino, jugadores con otra chispa, menos rob¨®ticos. A la primera, frente al QPR, Di Mar¨ªa encandil¨® a los suyos y fue despedido como un mes¨ªas, como corresponde a quien no duda en colgarse el 7, el evocador dorsal de George Best, Eric Cantona, David Beckham, y Cristiano Ronaldo. Con todo, al Fideo le queda trecho, mucho trecho. Para que sepa con qui¨¦n se la juega, Van Gaal se apresur¨® a rebajar los piropos: ¡°De alguien que mete un gol y concede otros tres no se puede decir que haya jugado mal, pero Di Mar¨ªa tambi¨¦n perdi¨® m¨¢s de una pelota de forma innecesaria¡±. Lo dijo en ingl¨¦s, quiz¨¢ Mata se lo ahorrara al albiceleste.
Resulta curioso que hasta un se?or tan cartesiano como el t¨¦cnico holand¨¦s haya sido capaz de evolucionar
Di Mar¨ªa abri¨® el marcador con uno de esos goles de tufillo involuntario. Desde el lateral derecho del medio campo del QPR, lanz¨® una falta lateral de la que la pelota sali¨® enroscada como un pl¨¢tano. Nadie remat¨®, nadie despej¨®. Y todos despistaron al portero visitante. Tampoco su asistencia a Mata en el cuarto gol fue a conciencia. Al Fideo le sali¨® pifiado un remate al ¨¢rea y el destino le hizo un gui?o: el bal¨®n cambi¨® de ruta y ataj¨® hacia el espa?ol. Antes ya hab¨ªan anotado el capit¨¢n, Rooney, esta vez tras un servicio adrede de Di Mar¨ªa, y otro latino, Ander Herrera. A la fiesta del Latin United casi se suma Falcao, suplente de entrada. La tuvo a sus pies tras un despeje del portero rival al que fue como un Tigre, pero Rob Green se interpuso. De River a M¨®naco, pasando por Oporto y Madrid, a Falcao nunca se le demor¨® mucho su estreno goleador. En Old Trafford, salvo embrujo, estar¨¢ al caer.
La hispanidad del United abre varias incertidumbres y todas de calado. ?Los latinos ser¨¢n capaces de arraigar en un club tan costumbrista como este? ?Podr¨¢ Van Gaal contenerse cuando alguno de ellos se salga de su manual? ?Podr¨¢ el Manchester, tan permeable en el mercado anglosaj¨®n, abrirse paso en el bazar americano?
Hay m¨¢s. De alguna manera, el Manchester United medir¨¢ al Real Madrid, y no solo al competir en las cuestiones del supermercado al otro lado del Atl¨¢ntico. Tambi¨¦n hay otras cuentas pendientes, como los envites particulares entre los 80 millones de James ¡ªque busca acomodo t¨¢ctico¡ª y los 80 de Di Mar¨ªa ¡ªun titular¨ªsimo¡ª, y las cesiones de Chicharito ¡ªsuplente habitual¡ª y Falcao ¡ªreserva circunstancial¡ª. El mexicano lleg¨® a Madrid desde Manchester pese a las piruetas del intermediario Jorge Mendes porque el colombiano ocupara su lugar en Chamart¨ªn. En los puentes colombianos del Madrid ya estaba James.
Pasiones latinas de este spanglish Manchester a las ¨®rdenes del sargento Van Gaal en una ciudad tan brumosa. El gran casino global del f¨²tbol tiene su propio cambio clim¨¢tico.
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