La F-1 baja la radio

No es ning¨²n secreto que Kimi Raikkonen no es el piloto m¨¢s hablador del Mundial de F-1. Suyo es aquel mensaje que hace dos a?os le solt¨® por la radio a sus ingenieros de Lotus, a pocas vueltas de lograr la victoria en Abu Dhabi, al sentirse acribillado por la cantidad de informaci¨®n que le estaban transmitiendo: ¡°Dejadme solo, s¨¦ lo que estoy haciendo¡±. En el siguiente gran premio, en Austin, la tropa de la escuder¨ªa de Enstone apareci¨® con camisetas con aquella frase estampada en el pecho. Aunque el car¨¢cter del Hombre de Hielo es m¨¢s especial que el de la mayor¨ªa de sus rivales, ocurre que una de las particiones que puede hacerse en la parrilla es la que la divide entre aquellos que cada vez que salen a la pista agradecen estar al tanto de todo y los que prefieren limitarse a conducir con las menores distracciones posibles. Aunque Raikkonen est¨¢ claramente en un extremo, Fernando Alonso y Lewis Hamilton se acercan m¨¢s a ¨¦l que otros.

Tampoco es ninguna novedad que los monoplazas de hoy son mucho m¨¢s f¨¢ciles de llevar que los de la generaci¨®n anterior, circunstancia que facilita maniobras como la que Red Bull llevar¨¢ el a?o que viene con el holand¨¦s Max Verstappen, que debutar¨¢ en la F-1 con 17 a?os. Esta tendencia relativiza mucho el papel del piloto como un ser elegido de entre los mejores, circunstancia que le quita empaque y exclusividad al campeonato. Para tratar de favorecer el show, la Federaci¨®n Internacional del Autom¨®vil (FIA) puso sobre la mesa un cambio en el reglamento que pretend¨ªa limitar al extremo las comunicaciones por radio entre el taller y el piloto durante las carreras, eliminar ayudas para que el corredor tuviera que tomar sus propias decisiones seg¨²n su propio criterio. Te¨®ricamente, este nuevo escenario deb¨ªa entrar en vigor inmediatamente ya este domingo en Singapur (14.00, Antena 3).

Sin embargo, en la reuni¨®n que se celebr¨® este pasado jueves entre los comisarios t¨¦cnicos y los equipos hubo escuder¨ªas que pidieron suavizar el cambio, ampar¨¢ndose en la complejidad que esconden estos b¨®lidos de nueva generaci¨®n. Las principales preocupaciones hac¨ªan referencia al nivel de carga de las bater¨ªas y a los sistemas de recuperaci¨®n de energ¨ªa, as¨ª como el estado de los frenos, que ya han causado m¨¢s de un disgusto. Adem¨¢s, los equipos que en su d¨ªa optaron por colocar una pantalla m¨¢s peque?a en el volante denunciaron que iban a salir todav¨ªa peor parados por la imposibilidad de a?adir m¨¢s datos, y tambi¨¦n hubo quien apunt¨® a la posibilidad de quedarse sin combustible si el conductor no supiera que debe ahorrar gasolina.

Toda la algarab¨ªa provoc¨® que la FIA reculara a ¨²ltima hora, y que la revoluci¨®n haya quedado postergada hasta el pr¨®ximo curso, prohibiendo ¨²nicamente desde ya cualquier consejo relacionado directamente con la forma de conducir de cada uno. ¡°O sea¡±, explica Charlie Whitling, el responsable t¨¦cnico de la FIA, ¡°que los equipos pueden aconsejarle al piloto que cambie el balance de frenada del coche en general, pero no que lo haga en algunas curvas determinadas. Tampoco se le puede decir qu¨¦ trazada seguir, ni si pueden atacar m¨¢s o menos los pianos¡±.