No es Gleneagles, es Medinah
EE UU pide venganza por la gran remontada europea hace dos a?os, cuyo recuerdo impregna esta edici¨®n en Escocia El equipo local cuenta con jugadores de nueve pa¨ªses diferentes
Rickie Fowler ha ido mudando su imagen sin perder un gramo de personalidad. La melena dio paso al bigote y hace unos d¨ªas el joven estadounidense aterriz¨® en Escocia con tres grandes letras afeitadas en un lateral del cogote: USA. Es el grito de los 12 golfistas que capitanea el legendario Tom Watson. Con el nombre de su pa¨ªs por bandera, Estados Unidos pide venganza en la Copa Ryder por la gran remontada que Europa escribi¨® para la historia hace dos a?os en Medinah (Chicago). Es ese recuerdo el que mueve el coraz¨®n de los dos equipos en la 40? edici¨®n del torneo que desde hoy (a partir de las 8.30, C+ Golf) al domingo acoge Gleneagles. A los hombres de Europa se les pone la piel de gallina cuando recuerdan el cielo cubierto por un mensaje en memoria de Seve, las l¨¢grimas del capit¨¢n Olaz¨¢bal, tantas emociones a flor de piel. A los jugadores de EE UU se les revuelve el est¨®mago por la afrenta en casa y quieren devolver la estocada.
¡°Este es un viaje para redimirse¡±, dice Tom Watson, capit¨¢n de los estadounidenses
Seve siempre presente. En el logo con su imagen en la ropa de los europeos hace dos a?os y en el homenaje en cada golpe. En una cita en el videomarcador de Gleneagles: "Como jugador y capit¨¢n vives momentos inolvidables por tus compa?eros, tu pa¨ªs y tu continente". Esa pasi¨®n la hered¨® Olaz¨¢bal, hoy uno de los cinco vicecapitanes europeos ¡ªentre los que est¨¢ tambi¨¦n Miguel ?ngel Jim¨¦nez¡ª, y qued¨® grabada en cada golfista. El viejo continente descubri¨® que pod¨ªa competir con el nuevo mundo, y bien que lo ha hecho: siete de las nueve ¨²ltimas Ryder son europeas. Seve convirti¨® un grupo de jugadores en un equipo, y esa camarader¨ªa entre quienes durante el a?o son rivales todav¨ªa flota en el ambiente.
La qu¨ªmica entre las parejas es punto ganador en la Ryder, y Europa ha dado gusto a una ensalada de nacionalidades. Hasta nueve pa¨ªses representados en Gleneagles ¡ªInglaterra, Dinamarca, Espa?a, Alemania, Irlanda del Norte, Suecia, Escocia, Gales y Francia¡ª, la mayor variedad desde que en 1979 la competici¨®n se abriera a todos los europeos, igualando el registro de 1997 y 2002. La mezcla le ha ido bien a Europa, triunfante en esos dos precedentes. Espa?a, por cierto, siempre ha situado al menos un representante en juego. La mayor¨ªa, como ahora con tres peones, es inglesa, un gui?o a las ra¨ªces del juego, aunque la Ryder hace tiempo que dejara de ser un asunto dom¨¦stico entre brit¨¢nicos y estadounidenses para convertirse en una obra global.
Mickelson es la voz de la experiencia (44 a?os, nueve Ryder, 17 puntos) en un equipo de Estados Unidos en el que Fowler es mucho m¨¢s que un peinado. Ha acabado entre los cinco primeros en los cuatro grandes del curso y a los 25 a?os va ocupando en los aficionados el hueco del convaleciente Tiger Woods. El Tigre es baja como en 2008, curiosamente el a?o de la ¨²ltima victoria norteamericana. Ya se sabe que Woods y la Ryder no se llevan bien. Al mejor del mundo, un robot, le cuesta encajar en el todos a una.
Europa se sube al estado de ¨¢nimo de Rory McIlroy, vencedor en los dos ¨²ltimos grandes, emocionado al recibir en el hotel la visita de sir Alex Ferguson y charlar sobre el Manchester United. "Me qued¨¦ en trance", dijo el n¨²mero uno mundial. Las llamadas a los sentimientos son frecuentes en la Ryder, como en 2010, cuando Seve dio ¨¢nimos a la tropa por videoconferencia. Y para subid¨®n el de Sergio Garc¨ªa si repesca su versi¨®n del Open Brit¨¢nico. El Ni?o tendr¨¢ como pareja a McIlroy hoy en los fourballs (cada jugador juega con su bola y punt¨²a para su equipo el mejor resultado) frente a Mickelson y Bradley.
Los europeos se suben al estado de ¨¢nimo de McIlroy, que hoy juega con Sergio Garc¨ªa
En Gleneagles, un recorrido dise?ado por Jack Nicklaus, las dos plantillas se miran a los ojos. "Estamos muy cercanos y compensados", explica Paul McGinley, el capit¨¢n europeo. La media de las clasificaciones mundiales de los estadounidenses dar¨ªa un jugador en el puesto 16 del mundo. La de los europeos, en el 18. Cada grupo cuenta con tres debutantes, repiten siete golfistas por bando de los presentes en Medinah y Europa apenas cuenta con una pizca m¨¢s de experiencia: 31 Ryder jugadas entre todos sus miembros y 34,8 a?os de media por 29 Ryder y 32,6 a?os en Estados Unidos.
El momento da favorita a Europa. La historia corona a Estados Unidos, ganador en 25 de las 39 ediciones. La brecha se ha acortado y en el siglo XXI manda la multinacional Europa. Hace 21 a?os que los estadounidenses no plantan su bandera en territorio enemigo. En Medinah se quedaron de piedra ante la remontada europea y Poulter pose¨ªdo por el esp¨ªritu guerrero de Seve. Como dice Tom Watson, de 65 a?os, capit¨¢n estadounidense: "Lo que pas¨® en 2012 es una motivaci¨®n. Este es un viaje para redimirse".
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