El duelo de Bale y Cristiano
La redoblada competici¨®n interna de los goleadores divierte a la plantilla del Madrid
El Real Madrid es una organizaci¨®n tan espectacular que sus estrellas son objeto de entretenimiento para s¨ª mismas. Los jugadores acuden al trabajo diario en Valdebebas con emociones renovadas ante la perspectiva maravillosa de lo que se encontrar¨¢n. El ¨²ltimo gran reclamo interno es el duelo que mantienen Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Cada uno ambiciona demostrar que es el m¨¢s influyente y hacer goles es la v¨ªa m¨¢s eficaz posible. As¨ª lo manifiestan en los entrenamientos, en donde despliegan el lenguaje gestual de los animales competitivos desatados en un corral.
El show comenz¨® en la pretemporada. ¡°Bale volvi¨® de las vacaciones con la crecida¡±, cuenta un jugador. Reconcentrado, solemne, vigoroso, el gal¨¦s se adue?¨® de los partidillos y los amistosos a base de potencia y pegada. En los d¨ªas precedentes a la integraci¨®n de Cristiano se le vio m¨¢s c¨®modo que nunca. Exultante. Seguro de su poder y de su condici¨®n ¨²nica. Lo comentaban todos en el club. El presidente, Florentino P¨¦rez, y el director general, Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez, le dedicaban el tiempo que no le brindaban a nadie. Le estimulaban, le animaban a que cogiera galones. A que no fuera t¨ªmido. A que pensara que un d¨ªa no tan lejano ¨¦l deber¨¢ tomar el estandarte de la primera figura.
Cristiano es el mejor jugador del mundo y el madridismo est¨¢ encantado con ¨¦l" Carlo Ancelotti
La llegada de Cristiano provoc¨® tensiones inmediatas en el marco de riguroso profesionalismo que caracteriza a estos dos atacantes. Bale le guardaba las distancias y el portugu¨¦s fing¨ªa que no le consideraba un rival. Sutilmente, cada uno marcaba su territorio. El brit¨¢nico, con gesto serio, taciturno. El portugu¨¦s, tirando ca?os, risue?o, seguro de su superioridad siempre que su rodilla izquierda le daba un respiro. Los juegos de los entrenamientos se convirtieron en concursos de tiro. A ver qui¨¦n goleaba m¨¢s. De vez en cuando, un reproche por no soltar la pelota, un braceo de indignaci¨®n ante lo que se consideraba un exceso de individualismo, indicaba una fricci¨®n. Un choque de egos. Todos parec¨ªan disfrutar de la situaci¨®n. Incluso Cristiano. As¨ª, hasta hoy. El ¨²nico que ha dado muestras de angustia ante la presi¨®n es Bale.
A ojos de la plantilla, este divertido panorama ofrece una vertiente pol¨ªtico-econ¨®mica fundamental. Bale, fichado por P¨¦rez, es el favorito de la directiva; y Cristiano, fichado por S¨¢nchez en tiempos de Calder¨®n, goza del apoyo de la afici¨®n. Bale, de 25 a?os, es el futuro de la instituci¨®n. Cristiano, camino de los 30, es un activo amortizado.
Cristiano no siente que le desaf¨ªa Bale. Siente que le desaf¨ªa la directiva mediante la promoci¨®n de un competidor que hace exactamente su trabajo. Su malestar cristaliz¨® en sus declaraciones del 1 de septiembre cuestionando la pol¨ªtica deportiva de Florentino P¨¦rez. En Valdebebas tambi¨¦n creen que mand¨® a su agente, Jorge Mendes, a que reanude los contactos con el Manchester solo para que la directiva sepa que si no le quieren ¨¦l ya tiene un club donde s¨ª le dispensan la consideraci¨®n de mito. La prensa brit¨¢nica lleva dos semanas especulando con el regreso de Cristiano a Old Trafford en 2015.
Carlo Ancelotti, el t¨¦cnico, tom¨® posici¨®n cuando ayer le preguntaron si tem¨ªa la marcha del goleador: ¡°Cristiano es el mejor jugador del mundo y el madridismo est¨¢ encantado con ¨¦l. Tenemos que trabajar para mantenerle en el estado en que est¨¢, tanto f¨ªsico como mental. Hay que lograr que est¨¦ c¨®modo¡±.
Hoy la comodidad de Cristiano pasa por golear. Ya no parece disfrutar en la banda, ni regateando tanto, ni haciendo bicicletas. Ahora se dedica a hacer lo que hace Bale: tocar y desmarcarse para definir. Es m¨¢s nueve que nunca. Quiere lucir. Quiere arrasar. Quiere dejar claro qui¨¦n es el n¨²mero uno. Y si Bale no le da el bal¨®n, como contra el Elche, se lo exige. Y a la siguiente jugada Bale le da el pase de gol. Y mete un p¨®ker.
Bale (cuatro goles) y Cristiano (nueve) llegan a la sexta jornada de Liga, a Villarreal, con 13 tantos entre ambos y un pulso que redobla sus est¨ªmulos. Las condiciones ambientales y futbol¨ªsticas les convierten en la pareja de definidores m¨¢s tremenda del mundo.
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