Mercedes es un comod¨ªn
Novena victoria de Hamilton y noveno doblete de la marca de la estrella, ya campeona
Vladimir Putin llevaba a?os detr¨¢s de organizar un Gran Premio de F-1 en Rusia y cuando por fin lo consigui¨® se encontr¨® con un paddock deprimido y casi m¨¢s pendiente de las noticias m¨¦dicas que de la pista: Jules Bianchi sigue muy grave tras el accidente que sufri¨® el domingo pasado en Suzuka. La inversi¨®n realizada en el circuito de Sochi ¡ªm¨¢s de 140 millones de euros¡ª hab¨ªa generado unas expectativas tremendas que chocaron con la realidad.
La carrera sigui¨® un guion previsible que termin¨® como la mayor¨ªa de la hinchada se imagin¨® antes incluso de que comenzara: con otro doblete de Mercedes, el noveno de las flechas de plata, con Lewis Hamilton por delante de Nico Rosberg y con un Williams, en este caso el de Valtteri Bottas, completando el podio. Un problema en el gato hidr¨¢ulico en el cambio de gomas descart¨® cualquier opci¨®n de Fernando Alonso de subirse al caj¨®n: sexto.
A d¨ªa de hoy no hay quien pueda con Hamilton, que encaden¨® su cuarta victoria consecutiva, la novena del curso y la 31? de su palmar¨¦s ¡ªuna menos que Alonso¡ª, y que dio un pasito m¨¢s hacia su segunda corona de campe¨®n del mundo, tras la de McLaren en 2008. En las ¨²ltimas cuatro paradas del calendario (Italia, Singapur, Jap¨®n y Rusia), Hamilton le ha reba?ado a Rosberg 46 puntos que le han valido para situarse al frente de la tabla con un coj¨ªn de 17. A falta de tres grandes premios para que el Mundial ponga el cerrojo en Abu Dabi (23 de noviembre), su estrategia pasa por llegar a la cita definitiva, que vale el doble, con un m¨ªnimo de 14 puntos de ventaja, lo que le permitir¨ªa no verse obligado a concluir por delante del alem¨¢n.
Tras un error, Rosberg remont¨® desde el pen¨²ltimo puesto hasta acabar segundo en Sochi
La serenidad de Hamilton contrasta con la ansiedad que sufre Rosberg, consciente de que necesita un volantazo. Dif¨ªcil que lo consiga si comete pifias como ayer en la primera curva. En la segunda plaza de la parrilla, el germano sali¨® como un tiro y se coloc¨® detr¨¢s de su colega, se abri¨® al interior y pareci¨® haberle ganado la partida antes de pasarse de frenada, por tarde y por agresivo, clavar los neum¨¢ticos delanteros de su prototipo y dejarlos cuadrados, cosa que le hizo enfilar los garajes para cambiarlos.
Aquel patinazo hubiera significado el final para cualquiera que no fuera metido en un Mercedes, un b¨®lido repleto de comodines. A pesar de reincorporarse el pen¨²ltimo en el segundo giro, Rosberg fue capaz de sobreponerse y culebrear entre el pelot¨®n hasta cruzar segundo bajo la bandera de cuadros, completando 52 vueltas con los mismos compuestos. Fue una exhibici¨®n en toda regla que no hizo m¨¢s que poner en relieve el poder¨ªo y la superioridad de la marca de la estrella, que se fue de Sochi con el primer t¨ªtulo de constructores de su historia en el bolsillo, relevando a Red Bull.
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