Nueva York se rinde a Ra¨²l
El delantero espa?ol, de 37 a?os, ficha por el Cosmos de Pel¨¦, que le contrata como jugador, director de la cantera y reclamo para impulsar el f¨²tbol en Estados Unidos
La galer¨ªa de mitos del inolvidable Cosmos de Nueva York cuenta desde este jueves con un nuevo nombre: Ra¨²l Gonz¨¢lez. El delantero espa?ol, de 37 a?os, jugar¨¢ su ¨²ltima temporada como profesional en el mismo equipo en el que se retir¨® Pel¨¦ en 1977. Los amantes de los detalles nost¨¢lgicos tienen ah¨ª buen material. Sin embargo, el fichaje, anunciado en la web del club y en su cuenta de Twitter, contiene otros elementos interesantes, que miran m¨¢s hacia el futuro. Ra¨²l no aspira a demostrar nada con su aventura americana, pero para el Cosmos, que milita en la segunda divisi¨®n del soccer (NASL) y juega en un estadio universitario de apenas 12.000 plazas, su llegada pretende marcar un punto de inflexi¨®n en su proceso de resurrecci¨®n despu¨¦s de 30 a?os desaparecido.
"Todo el mundo del f¨²tbol conoce el nombre del Cosmos y el legado de los jugadores que aqu¨ª han jugado", declar¨® Ra¨²l a trav¨¦s de un comunicado en la web del club. "Ayudaron a establecer el f¨²tbol en Am¨¦rica y me siento honrado de seguir sus pasos. Creo en el proyecto del Cosmos y estoy muy emocionado por formar parte de ¨¦l", a?adi¨®.
Estamos encantados con tener a un jugador de la calidad de Ra¨²l" Giovanni Savarese. Entrenador? del Cosmos
"Estamos encantados con tener a un jugador de la calidad de Ra¨²l, reconocida por todo el mundo. Es un jugador de clase mundial y nos aporta una nueva dimensi¨®n en nuestro juego de ataque", afirm¨® el t¨¦cnico del equipo, el venezolano Giovanni Savarese. Los detalles del contrato no se han hecho p¨²blicos, salvo que es un acuerdo por varios a?os que incluye que Ra¨²l se haga cargo de la escuela de f¨²tbol del club.
Estados Unidos venera los mitos, sea cual sea su edad. Ra¨²l, de 37 a?os, lo es. Su nombre, junto al de David Villa y Frank Lampard, estrellas del nuevo equipo de la Primera Divisi¨®n de EE UU (MSL), el New York City Football Club, o veteranos llegados antes como Thierry Henry o Juninho Pernambucano (ambos en el Red Bulls), alimenta las expectativas de un deporte que busca de nuevo su lugar bajo el sol en Estados Unidos.
Siempre atentos a los detalles, los due?os de la Major Soccer League, la primera divisi¨®n, han tomado en muy seria consideraci¨®n que el dinero de la Premier League inglesa haya llegado a la competici¨®n estadounidense. El New York City del jeque Sheik Mansour bin Zayed al Nahyan y de los exdirectivos del Bar?a Ferran Soriano y Txiki Begiristain es una filial del Manchester City. Que el club lleve la palabra football en lugar de soccer en su escudo es todo un detalle. Para muchos, un signo de que el verdadero balompi¨¦ ha decidido desembarcar en la tierra prometida pero nunca conquistada.
El f¨²tbol atraviesa otro momento dulce en Estados Unidos. El ¨²ltimo mundial, celebrado en Brasil, bati¨® r¨¦cords de audiencia. La final entre Alemania y Argentina fue vista por 26,5 millones de personas, una cifra superior a las registradas en la final de la NBA o la Liga de b¨¦isbol. Con relaci¨®n al Mundial de 2010 el n¨²mero de espectadores se dobl¨®. Sin duda, los 50 millones de hispanos de Estados Unidos tuvieron mucho que ver. Sobre ellos se bas¨® el ¨¦xito de la cadena en espa?ol Univisi¨®n, que logr¨® unos 100 millones de espectadores en su retransmisiones del torneo, un 60% m¨¢s que cuatro a?os atr¨¢s.
El pasado mes de agosto, un amistoso entre el Real Madrid y el Manchester United convoc¨® a 108.000 personas en la Universidad de Michigan. Seguir las Ligas inglesa o espa?ola, las que m¨¢s audiencia tienen, es sencillo en las televisiones de EE UU gracias a la apuesta de cadenas como ESPN o Fox. El n¨²mero de practicantes se mantiene estable en torno a los 13 millones.
La infraestructura parece a punto. Faltan los h¨¦roes. Y ah¨ª es donde estrellas como Ra¨²l pueden jugar su papel a la hora de encontrar un hueco en un calendario copado por las grandes ligas de baloncesto, b¨¦isbol, hockey sobre hielo y f¨²tbol americano, el rey del audiencias. La Superbowl puede convocar a 100 millones de personas frente al televisor.
El f¨²tbol atraviesa otro momento dulce en Estados Unidos. La audiencia de la final del Mundial bati¨® r¨¦cords de audiencias
Pero, m¨¢s all¨¢ de los n¨²meros, en la llegada de Ra¨²l al Cosmos hay muchos elementos emocionales, necesarios siempre. Pel¨¦, como Ra¨²l ahora, lleg¨® en 1975 a un equipo en formaci¨®n, hecho de jugadores no profesionales y extranjeros de medio pelo en busca de nuevos horizontes. Jugaban en el Downing Stadium de Randall's Island, un lugar con capacidad para unos 20.000 aficionados.
Tras Pel¨¦ llegaron otras figuras, como Beckenbauer o Carlos Alberto, quienes, ya en el Giants Stadium de Nueva Jersey, fueron capaces de congregar a unos 70.000 aficionados. Fueron los momentos de gloria del club neoyorquino, con giras por el mundo y torneos internacionales. En 1984, en la Transatlatic Cup, el Cosmos derrot¨® al FC Barcelona por 5-3. Fue su canto del cisne. Un a?o despu¨¦s jug¨® su ¨²ltimo partido, una triste derrota ante el Lazio en Nueva Jersey ante 8.600 espectadores. Las razones de su desaparici¨®n fueron muchas (mercado publicitario vac¨ªo, topes salariales, calendario copado por los otros deportes y nulo apoyo de las televisiones), las mismas que lo mantuvieron apagado durante tres d¨¦cadas.
Estados Unidos venera los mitos, sea cual sea su edad. Ra¨²l, de 37 a?os, lo es
En 2013 volvi¨®, de la mano de su actual presidente, Seamus O'Brien y del grupo saud¨ª Sela Sports. En la actualidad milita en la segunda divisi¨®n. Antes de Ra¨²l, lo m¨¢s cercano a una estrella en su plantilla es el hispano brasile?o Marcos Senna, internacional con Espa?a y uno de los art¨ªfices de la Eurocopa de 2008. El entrenador es el venezolano Giovanni Saravese, un viejo conocido de los aficionados al f¨²tbol en Nueva York (fue estrella de los Metrostars). La columna vertebral en el campo la forma Senna, el defensa brasile?o Roversio y el delantero venezolano Diomar D¨ªaz.
El club quiere volver a ser lo que fue e incluso proyecta la construcci¨®n de un nuevo estadio en Belmont Park, en Elmont, al este de Brooklyn. Ra¨²l cuenta para ese proyecto. No s¨®lo por su palmar¨¦s (en 16 temporadas con el Real Madrid, Ra¨²l gan¨® seis t¨ªtulos de Liga y tres Champions, antes de fichar por el Schalke alem¨¢n y Al-Sadd qatar¨ª,), sino tambi¨¦n porque el segundo m¨¢ximo goleador de la selecci¨®n espa?ola (44 goles) se implicar¨ªa como t¨¦cnico con la cantera del Cosmos. La idea de Ra¨²l ser¨ªa jugar de abril a junio de 2015, cuando se reanuda el campeonato tras el par¨®n de invierno.
La NASL fue la principal Liga de f¨²tbol en Estados Unidos desde 1964 hasta 1984, con el Cosmos como equipo bandera. En los primeros a?os de la d¨¦cada de los 80 el campeonato se hundi¨®, lo que dej¨® paso a la actual Primera Divisi¨®n de EE UU, la Major League Soccer.
"?Chaval, corres mucho, demasiado!"
Don Pancho era un tipo ca?¨®n. Ni se lo imaginaba Ra¨²l, un chavalillo al que hace 19 a?os Puskas dej¨® congelado en una habitaci¨®n del hotel Ramada de Budapest. Arrancaba noviembre de 1995 y el Real Madrid se citaba con el Ferencvaros en la Copa de la UEFA. Puskas fue citado por EL PA?S para un encuentro con Jorge Valdano, entonces entrenador, Arsenio Iglesias, por aquellos d¨ªas comentarista de TVE, y Ra¨²l, que comenzaba su despegue celestial.
El mito h¨²ngaro lleg¨® malhumorado, m¨¢s cascarrabias de lo que ya era, porque nadie le hab¨ªa procurado una entrada. "Es igual, tampoco la he pedido..." Mientras rumiaba palabras castellanas ininteligibles, se sent¨® en la butaca de la habitaci¨®n, bajo la penumbra de una l¨¢mpara que amplificaba a¨²n m¨¢s si cabe su barriga. Arsenio le recordaba batallitas de la ¨¦poca y Valdano le felicitaba porque acababa de ser nominado m¨¢ximo goleador del siglo por la Federaci¨®n Internacional de Estad¨ªsticas del F¨²tbol. "Yo no s¨¦ nada, eso son cosas de estos, los periodistas". En ese instante, llamaron a la puerta y apareci¨® Ra¨²l, con la mirada timidilla, la barbilla ca¨ªda hacia a la desgastada moqueta, y forrado por un ch¨¢ndal de talla superior.
¡ª"Mire, don Pancho, este es Ra¨²l, la gran promesa del Real Madrid. ?Le ha visto jugar?"
¡ª"S¨ª, s¨ª, co?o, claro que te he visto y lo haces muy bien..."
A Ra¨²l no le dio tiempo a dar las gracias porque Puskas, Puskitas como le llamaba Di St¨¦fano, dispar¨® con el verbo como lo hac¨ªa con su prodigioso ca?oncito de la zurda.
¡ª"...Pero tienes un defecto chaval: Corres mucho, demasiado".
A Ra¨²l se le desorbitaron los ojos y en la habitaci¨®n se hizo un silencio infinito hasta que lo quebr¨® el propio don Pancho, que se masajeaba y masajeaba la pelota. "Oye, no te preocupes, que yo hice carrera sin apenas correr". Ra¨²l, para su suerte, no le hizo mucho caso, todo lo contrario. Aquel esquel¨¦tico jugador que parec¨ªa tan retra¨ªdo lo ten¨ªa muy claro. Ha corrido y corre desde hace 20 a?os. No hay quien le pare, ni don Pancho ni nadie.
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