Un refugiado en la selecci¨®n inglesa
Hodgson convoca a Berahino, joven delantero del West Bromwich El ariete lleg¨® al pa¨ªs hace ocho a?os como refugiado desde Burundi
De Bujumbura a Birmingham, de una caminata a pie para llegar a Kenya a un paseo a los mandos de un lujoso todoterreno, de una sala de inmigraci¨®n en Heathrow a cantar el God Save the Queen con los tres leones del escudo de armas ingl¨¦s en el pecho. El incre¨ªble viaje de Saido Berahino llega a una nueva estaci¨®n con la llamada de Roy Hodgson para integrarse en la selecci¨®n inglesa que se enfrentar¨¢ la pr¨®xima semana a Eslovenia, en duelo valedero para la fase previa de la Eurocopa, y en un amistoso en Glasgow frente a Escocia.
¡°Las razones son bastante obvias¡±, brome¨® el veterano t¨¦cnico. Tras 10 jornadas Berahino es el tercer m¨¢ximo realizador de la Premier League con siete goles (m¨¢s de la mitad de los que ha marcado su equipo, el West Bromwich Albion), los mismos que Alexis S¨¢nchez y s¨®lo superado por Ag¨¹ero y Diego Costa. ¡°No s¨®lo vale su momento actual sino lo bien que lo ha estado haciendo en sus convocatorias con la selecci¨®n sub-21¡±, puntualiza Hodgson. En ese escal¨®n marc¨® 10 goles en 10 partidos entre la fase de clasificaci¨®n y el playoff que ha llevado a Inglaterra a la Eurocopa de la categor¨ªa, futbolista r¨¢pido, capaz de evolucionar de delantero o por los extremos, diestro, con buen golpeo, tambi¨¦n ha marcado con la zurda.
Con siete goles, Berahino es el tercer m¨¢ximo realizador de la Premier
Berahino ejemplifica la trayectoria ideal para un joven criado en la cantera de un club. Con 12 a?os entr¨® en la academia del WBA, se convirti¨® en un habitual de las selecciones en categor¨ªas inferiores, logr¨® aprovechar con ¨¦xito tres cesiones y hace un a?o firm¨® un contrato mediante el que pas¨® de cobrar 60.000 euros por temporada a ingresar en torno a un mill¨®n. Pero antes de tanta progresi¨®n hubo un periplo que comenz¨® en 1993, seguramente el peor a?o para estar en Burundi. All¨ª y entonces naci¨® Saido Berahino una semana despu¨¦s de que Melchior Ndadaye, de la etnia hutu, fuese elegido como presidente en las primeras elecciones democr¨¢ticas en el pa¨ªs. Ndadaye muri¨® a los tres meses a manos de extremistas tutsis, clan hasta entonces hegem¨®nico en el gobierno. La violencia estall¨® en la zona, tambi¨¦n en Ruanda, de la manera m¨¢s furibunda que se recuerda. Se calcula en cerca de dos millones las personas desplazadas o refugiadas durante los siguientes 12 a?os. Berahino fue uno de ellos. Su padre muri¨® en el conflicto, su madre decidi¨® que hab¨ªa que salir de aquel avispero, de dejar atr¨¢s unos recuerdos que para el futbolista permanecen entre la levedad de la memoria y la gravedad de la intuici¨®n. ¡°Es algo de lo que no me gusta hablar y tampoco me gusta preguntar mucho sobre aquellos a?os¡±, esgrime. Pero lo hizo hace unos meses en un v¨ªdeo difundido por Naciones Unidas.
Ante la c¨¢mara desgrana los recuerdos de una infancia vivida en calles de tierra sobre la que se armaban partidos en torno a algo que quer¨ªa ser esf¨¦rico y se hab¨ªa amasado con bolsas de pl¨¢stico atadas con cordones o cinta adhesiva. ¡°No ten¨ªamos internet ni consolas, s¨®lo el f¨²tbol. Tampoco me daba mucha cuenta de lo que pasaba alrededor. Era muy peque?o, pero s¨®lo me acuerdo de tener mucho miedo. Muchos d¨ªas ni com¨ªas ni dorm¨ªas, te limitabas a resistir¡±, recuerda.
En ?frica, dice Berahino, los ni?os no hacen preguntas a sus padres sobre las decisiones que toman ¨¦stos. ¡°S¨®lo tienes que seguirles, nada m¨¢s¡±. Por eso no rechist¨® cuando su madre Liliane tom¨® la determinaci¨®n de dividir a su gente para emprender diferentes caminos hacia el primer mundo. Ella y una hermana llegaron primero, ¨¦l se qued¨® al cuidado de una amiga de la familia. Separados durante dos a?os, el peque?o Saido vivi¨® un periplo que le llev¨® a Tanzania y a pasar la frontera hacia Kenya de la mano de un amigo de su misma edad, apenas 10 a?os. Con ¨¦l y varios compatriotas m¨¢s logr¨® subirse a un avi¨®n en Nairobi y aterrizar en Londres. Nada hab¨ªa terminado. ¡°Lo que pas¨¦ no se lo deseo a nadie¡±, describe Berahino en el v¨ªdeo con el que Naciones Unidas quiere dar a conocer la penuria de los desplazados. En Heathrow le recibieron en una oficina donde a duras penas se hizo entender en franc¨¦s. Le asignaron una familia a su cargo hasta que dos meses despu¨¦s de su llegada los agentes de inmigraci¨®n pudieron localizar a su madre y propiciaron un encuentro agridulce porque no pudieron irse juntos sin esperar a que unas pruebas de ADN confirmaran su parentesco.
Lo que pas¨¦ no se lo deseo a nadie¡±, describe en un v¨ªdeo para dar a conocer la penuria de los desplazados
El final fue feliz. Lo sigue siendo. Berahino se instal¨® con su madre y hermanos en el barrio de Newton, en Birmingham. ¡°Mi vida empez¨® ah¨ª¡±, asegura. Pero hab¨ªa un pasado que, por ejemplo, no iba a ser disculpa para venirse abajo cuando le desecharon tras realizar unas pruebas en el modesto Phoenix United. Volvi¨® a los pocos meses, las super¨® y tras media temporada all¨ª recibi¨® la llamada del West Bromwich, uno de los tres grandes de la ciudad. Cuando siendo apenas un adolescente jug¨® su primer partido con las categor¨ªas inferiores de su pa¨ªs de acogida esgrimi¨® un discurso que todav¨ªa mantiene, un alegato entre el recuerdo y el agradecimiento. ¡°Inglaterra me dio una segunda oportunidad, me siento ingl¨¦s, pero Burundi es mi patria y siempre tendr¨¦ muy presente su cultura¡±. Y concluye: ¡°Ning¨²n refugiado se dar¨¢ nunca por vencido¡±.
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