El Athletic descubre la tranquilidad

Se les supon¨ªa a un anfitri¨®n educado y a un invitado que no levanta la voz un partido de buenas maneras, de esos con conversaciones tenues sobre lo cambiante que est¨¢ el tiempo, que los ni?os crecen sin darte cuenta, que ?qu¨¦ tal la mayor?, ?y el peque?o? Conversaciones de ascensor que dichas en una reuni¨®n de post¨ªn adquieren la condici¨®n de elegantes. Y as¨ª iba la cosa. El Espanyol pudo hacer da?o en dos remates de Sergio, pero no proced¨ªa ante tan educada concurrencia y el Athletic se sumerg¨ªa en un mar de invitados sin encontrar el pasillo que organizaba la casa. El Athletic era un grupo confuso y el Espanyol una familia dispersa. Para el equipo de Valverde, la banda izquierda era como un castigo sin postre. Por all¨ª se arranc¨® Viguera sin m¨¢s detalle que el azul turquesa de sus botas. Luego, Valverde lo altern¨® con Muniain sin m¨¢s visibilidad que el fosforito de sus botas naranjas. Por la derecha, De Marcos se sent¨ªa m¨¢s extra?o que un ping¨¹ino en la costa del sol. El Espanyol parec¨ªa un grupo bien organizado. 4-1-4-1 para llenar el sal¨®n de bailarines. Pero su vals estaba desafinado.

El sopor se sec¨® cuando Aduriz sac¨® el pa?uelo. Primero remat¨® un c¨®rner sin oposici¨®n (cosa extra?a, cuando en el aire es la reina de la fiesta) y por si fuera poco, su remate dio en el cuerpo de Stuani para descolocar a Casilla. Fue como un estornudo en el ¨¢rea, algo insolente e inesperado. Un cuarto de hora despu¨¦s, Aduriz caz¨® un bal¨®n pedido, lo amold¨®, se trompic¨®, lo rescat¨® y se lo dej¨® en la puntera de Viguera, con un toque inteligente, para que hiciera el segundo gol. Si levantar la voz, el Athletic se fue al descanso con dos goles y el Espanyol sin saber por qu¨¦.

Tras el piscolabis del vestuario, el partido perdi¨® las formas. El Espanyol combin¨® mejor, es decir, m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s profundo, como si por fin se hubiera quitad o el abrigo, o sea, un peso de encima. Caicedo le daba profundidad y Salva Sevilla le imprim¨ªa car¨¢cter, tanto que incluso dispar¨® al poste tras una gran jugada. Pero el gol lo marc¨® Iturraspe al cazar un bal¨®n y disparar desde fuera del ¨¢rea. La pelota golpe¨® en el poste pero entr¨®. Hay muchas maneras de dar en el poste.

Todo era extra?o. la mejor respuesta en el marcador del Athletic no lleg¨® en su mejor partido. Quiz¨¢s tampoco fue el peor del Espanyol, que al menos pudo maquillar el resultado con lo que se sol¨ªa llamar el gol del honor, de la honrilla o de todos los calificativos que tratan de secar las l¨¢grimas de la derrota.