Ag¨¹ero dibuja el gol
El delantero argentino acapara elogios tras su triplete frente al Bayern
Debut¨® en Primera cuando acababa de cumplir los 15 a?os y enseguida le compararon con Romario. En el inagotable vivero del f¨²tbol argentino nunca nadie hab¨ªa sido tan precoz como aquel pibe de Independiente. ?scar Ruggeri lo agarr¨® del hombro y lo lanz¨® al ruedo con el n¨²mero 34 a la espalda. Era callado sin bal¨®n y descarado con ¨¦l. El chico que devoraba los dibujos animados japoneses Conan, el ni?o del futuro protagonizados por un travieso llamado Kum Kum tiene ahora un entrenador que se llama Manuel Pellegrini y que este martes le puso a la altura de Messi y Cristiano Ronaldo despu¨¦s de que le marcase tres goles al Bayern. Es Sergio Ag¨¹ero, ¡°nuestro Special One¡±, clam¨® tras el partido Vincent Kompany, su capit¨¢n en el Manchester City. ¡°Excepcional. Es un honor jugar contigo¡±, le escribi¨® el zaguero belga en el bal¨®n que el Kun se llev¨® a su casa. ¡°Tres m¨¢s en Roma, por favor¡±, le firm¨® en el esf¨¦rico su compatriota Willy Caballero. En la ciudad eterna se jugar¨¢ el City su continuidad en la Liga de Campeones, sabedor de que si el CSKA de Mosc¨² gana en campo de Bayern no s¨®lo se quedar¨¢ fuera de la competici¨®n sino que precisar¨ªa al menos un empate para continuar siquiera en la Liga Europa.
S¨®lo las lesiones le han lastrado y la ¨²ltima temporada fue tan prol¨ªfica en ellas que semejaba que su estrella palidec¨ªa
No son pocas las cosas que se saben de Ag¨¹ero, due?o a los 26 a?os de una biograf¨ªa singular, nacido como segundo hijo de una madre que apenas ten¨ªa 18, padre a su vez a los 21 de un peque?o nacido en Madrid que lleva su apellido y el de Maradona, de cuya hija menor fue pareja hasta hace dos a?os. Pero jam¨¢s ese foco medi¨¢tico deslumbr¨® su f¨²tbol, su gol. S¨®lo las lesiones le han lastrado y la ¨²ltima temporada fue tan prol¨ªfica en ellas que semejaba que su estrella palidec¨ªa. Incluso en ese mal momento mostr¨® que conviene no darle por eliminado. En diciembre de 2013 estuvo un mes de baja por una distensi¨®n muscular en un gemelo, apenas regres¨® sufri¨® molestias en un muslo que le obligaron a parar de nuevo, que le invitaron a acelerar una puesta a punto para enfrentarse al Barcelona en la m¨¢xima competici¨®n continental y le acabaron por romper justo en ese partido en el que ten¨ªa la ilusi¨®n de medirse a su amigo Messi. Ya para entonces arrastraba una pubalgia que puso en duda finalmente su participaci¨®n en el Mundial. No pudo con ¨¦l, pero en Brasil cay¨® contra Nigeria, desgarrado en el b¨ªceps femoral, en el partido que cerraba la primera fase. Dijeron que no volver¨ªa a jugar ni aunque Argentina llegase a la final. Disput¨® la semifinal.
Esta temporada es importante para Ag¨¹ero. Buscaba buenas sensaciones y continuidad. El gol ya lo lleva de f¨¢brica. Nunca le abandon¨® y siempre ha ido mejorando sus guarismos. Se fue de Avellaneda tras marcar 23 goles en 56 partidos para Independiente y dejar 23 millones de euros para su primer equipo profesional, en Madrid se sobrepuso a la suplencia inicial con la que adoctrin¨® el t¨¦cnico Javier Aguirre y firm¨® cinco campa?as ligueras con 6, 19, 17, 12 y 20 dianas. 101 tantos en 234 partidos. El Manchester pag¨® 45 millones por su fichaje, pero all¨ª ha conseguido dar un paso m¨¢s adelante y suma ya 92 goles para 140 partidos entre todas las competiciones. Uno de ellos le dio al City hace dos a?os su primer t¨ªtulo liguero desde 1968 en un ag¨®nico descuento del ¨²ltimo partido del campeonato. Contra el Bayern volvi¨® a resolver al final para darle vida a su equipo. ¡°Eran tres puntos vitales¡±, rescata antes de fijarse en lo personal. Que se lo digan a Pellegrini, cuyo puesto est¨¢ en discusi¨®n. ¡°Estoy contento con mi estado de forma, la temporada est¨¢ viniendo bien¡±, recalca Ag¨¹ero. Con 17 a?os reci¨¦n cumplidos se fue con la selecci¨®n sub 20 a jugar el Mundial en Holanda. Era un a?o menor que Messi. Gan¨® el t¨ªtulo y el respeto de sus compa?eros dentro y fuera de la cancha. Muchos de ellos todav¨ªa recuerdan como en la concentraci¨®n agarraba los l¨¢pices y en unos minutos trazaba fidedignos retratos de lo que se le cruzase por delante. Pocos pintan el gol como ¨¦l.
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