La batalla desigual de Cristiano y Castillejo

Ambiente navide?o en M¨¢laga. Luces de fiesta en la calle Larios. Colas a por turrones. Chaparrones al norte de la sierra. M¨²sica en La Rosaleda. Siempre igual. Siempre AC/DC para recibir a los equipos durante el calentamiento. Invariablemente Thunderstruck. El tiempo musical del estadio se detuvo en 1990. Cambiaron las estaciones, los hombres. Se fue Pellegrini. Se fue Isco. Apareci¨® el flaco Samuel Castillejo, de 19 a?os. Un zurdo largo y flexible que corre oscilando como un cipr¨¦s. El tup¨¦ rubio al viento rematando una complexi¨®n ligera y enga?osa. Es el cl¨¢sico extremo. Caso raro en un mundo en el que cada vez escasean m¨¢s estos espec¨ªmenes. Sintetiza el poder¨ªo y la debilidad de este M¨¢laga. Juega porque no est¨¢ Juanmi, ni Amrabat, lesionados. Juega porque el equipo est¨¢ plagado de bajas. Pero es un recurso fant¨¢stico. ?ndice del buen estado de una cantera que, como casi todas las canteras de Espa?a, sostiene a los clubes m¨¢s modestos.

Se fue Pellegrini. Se fue Isco. Apareci¨® un extremo de 19 a?os, zurdo, largo y flexible

El M¨¢laga sobrevive con planes de subsistencia. El Madrid se ense?orea gastando m¨¢s que nadie. Gastando en fichajes y en sueldos. Paga el sueldo m¨¢s elevado del mercado: entre 20 y 22 millones de euros, seg¨²n los objetivos. Se lo paga a Cristiano, que se supera. A sus 29 a?os, despu¨¦s de renovar el contrato, en lugar de serenarse, de buscar la dosificaci¨®n y disfrutar de su nuevo estatus econ¨®mico, sigue emocion¨¢ndose con las mismas cosas que lo maravillaban cuando era un ni?o. Suena Thunderstruck y Cristiano ensaya bicicletas bajo la lluvia. Cambia los apoyos en una maniobra el¨¦ctrica, derecha-izquierda-derecha, y suelta el zurdazo. La pelota pasa rozando el larguero como un ob¨²s. Solo es el calentamiento pero el hombre parece ensimismado como un cadete en la tarea de lograr la perfecci¨®n.

Arranca el partido. Castillejo patenta regates. Se menea. Amaga. Pisa la pelota y sorprende. El p¨²blico se entrega a la fascinaci¨®n de verle inventar cosas sin el m¨¢s m¨ªnimo asomo de inhibici¨®n. No se sabe de d¨®nde saca la energ¨ªa porque apenas se le insin¨²an los m¨²sculos de las piernas. Va como flotando. Lo sufren defensas extraordinarios. Lo sufren Pepe, uno de los mejores centrales del mundo, y Carvajal, uno de los laterales diestros m¨¢s h¨¢biles que existen. Y lo sufren porque el Madrid ha perdido el control autoritario que ejerci¨® sobre los partidos entre octubre y noviembre. Sin Modric la pelota transita menos por el mediocampo, los tiempos se hacen menos regulares, el equipo no determina con tanta precisi¨®n cu¨¢ndo y c¨®mo atacar, cu¨¢ndo y c¨®mo defender.

Sin Modric pero con Bale el Madrid se ha transformado. Le cuesta elaborar las jugadas de gol, y, a falta de claridad, administra contragolpes. Tres para tres, cuatro para tres, dos para dos¡­ Bale por la derecha, Benzema por el medio y Cristiano por la izquierda. El portugu¨¦s recuerda al de 2009. Corriendo al espacio. Las viejas costumbres arraigan nuevamente. Rosales retrocede y Cristiano hace una bicicleta, dos bicicletas, y se marcha. Alcanza la l¨ªnea de fondo y centra con la izquierda hacia atr¨¢s. El pase es letal. En el primer palo Weligton logra ganar la posici¨®n cuando Benzema lo agarra. Lo frena y se le anticipa. Pone el exterior y marca a un toque. El ¨¢rbitro valida el tanto. Es el cuarto gol que sufre el M¨¢laga en La Rosaleda esta temporada. Benzema lo celebra abrazado a su c¨®mplice. Cristiano suma su novena asistencia en este campeonato. Una evoluci¨®n admirable. Desde que lleg¨® en el curso 2009-10 su progresi¨®n de pases de gol ha sido de 7, 11, 12, 10, y 9 en la Liga 2013-14. Este curso ya suma las mismas que en toda la campa?a pasada. El mejor promedio de su vida.

El portugu¨¦s recuerda al de 2009, corriendo al espacio, haciendo ¡®bicicletas¡¯

El Madrid no intimida ni con el 0-1. El M¨¢laga se crece. La hinchada se desata. La emoci¨®n se prolonga hasta el minuto 83. Entonces, con el M¨¢laga volcado en campo rival, se produce otro contragolpe. Y otra vez es Cristiano el que lanza al espacio. Y otra vez es Bale el que corre. Uno contra uno en 50 metros. Al sprint no le gana nadie. Es el campe¨®n mundial del medio hect¨®metro con bal¨®n de por medio. Su gol confirma la novena asistencia de Cristiano en la Liga, la primera derrota del M¨¢laga en casa, y un r¨¦cord descomunal. Por primera vez en su historia el Madrid gana 16 partidos consecutivos. Fue el ¨²nico partido de esta Liga en el que Cristiano jug¨® y no marc¨®.