?Por qu¨¦ siguen en los fondos de los estadios?
La violencia acaecida en los aleda?os del estadio del Manzanares, protagonizada por grupos ultras, nos vuelve a trasladar a los infiernos. La tragedia es irreparable porque se cobra la vida de Francisco Javier Romero Taboada y, adem¨¢s, deja heridos por armas blancas, visibiliza hechos dantescos y traslada un mensaje de horror que da?a la convivencia social, asusta a los verdaderos aficionados al f¨²tbol y transporta una imagen belicista impropia de nuestro deporte l¨ªder, im¨¢genes que van a ser conocidas hasta en el ¨²ltimo rinc¨®n del planeta.
Una precisi¨®n expresiva: no son los aficionados, son los ultras. Unos sujetos que por aplicaci¨®n de la Ley contra la Violencia, el Racismo y la Intolerancia en el deporte, deber¨ªan estar fuera de los estadios. Sujetos que se benefician de la indiferencia y pasividad de aquellos directivos que permiten albergarles en espacios reservados de grada, incumpliendo el requerimiento legal de sacarles de su anonimato mediante el libro de Registro exigido para grupos no formalizados y sus actividades. Unos sujetos que tienen hartos a toda la ciudadan¨ªa porque ellos son los responsables de una violencia que provoca poner dispositivos especiales para disfrutar de este bello deporte.
Aunque la violencia viene al f¨²tbol, el f¨²tbol tiene que expulsarla y no hay lugar para la indolencia de responsables institucionales, deportivos y pol¨ªticos
Dicen que los hechos son ajenos al f¨²tbol, pero no es verdad, habr¨ªa que preguntarse por qu¨¦ se declar¨® de bajo riesgo el encuentro, si este era el dispositivo adecuado, y si, desde la seguridad policial, nadie detect¨® la quedada violenta. Pero hay m¨¢s, ?por qu¨¦ los ultras siguen en los fondos de los estadios? ?Los directivos no observan los peligros de esos grupos? ?Los coordinadores de seguridad de los estadios no constatan y reportan hechos de riesgo y violencia? ?Las autoridades deportivas no son conscientes del grave problema? Se abre un tiempo donde no caben balones fuera, ahora toca asumir responsabilidades.
Aunque la violencia viene al f¨²tbol, el f¨²tbol tiene que expulsarla y no hay lugar para la indolencia de responsables institucionales, deportivos y pol¨ªticos. Nuestro deporte l¨ªder est¨¢ muy salpicado de cr¨ªmenes de odio y violencia, con p¨¦rdidas irreparables como esta muerte de Francisco Javier y otras como la de Aitor Zabaleta, Manuel R¨ªos, Frederic Rouquier o Guillem L¨¢zaro, de 13 a?os, por una bengala. Ni el f¨²tbol ni este pa¨ªs se merecen este da?o producido por los grupos ultras, calificado de ¡°accidente¡± por quienes tienen obligaci¨®n de erradicarlo. Y un a?adido ¨¦tico y legal, nadie con sensibilidad suspendi¨® el partido.
A problemas ¡°te¨®ricamente complejos¡±, s¨ª caben soluciones sencillas. Apl¨ªquese la legislaci¨®n que para eso est¨¢. Expulsen a los ultras de los estadios de f¨²tbol. Identif¨ªquese policialmente a los violentos. Identifiquen a quienes hacen apolog¨ªa de la violencia, como esos neonazis que se burlan del homicidio a trav¨¦s de internet. Act¨²e a fondo la Fiscal¨ªa de Delitos de Odio. Sanci¨®nese judicial y administrativamente como corresponde, liberen definitivamente al f¨²tbol y a la ciudadan¨ªa de la lacra de la violencia ultra porque hay legislaci¨®n suficiente.
Nadie puede mirar para otro lado, y menos los directivos. Nadie puede obviar este problema, todos, Consejo Superior de Deportes, Liga, Federaci¨®n, futbolistas, medios de comunicaci¨®n, todos deben decir: ?Basta Ya!, y adem¨¢s, la Comisi¨®n Estatal contra la Violencia y el Racismo debe convocar a su Observatorio, olvidado durante cuatro a?os, para que impulsemos medidas preventivas y de sensibilizaci¨®n como requiere la Ley.
Esteban Ibarra. Presidente de Movimiento contra la Intolerancia y Vocal del Observatorio de la Violencia y el Racismo en el Deporte.
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