El portero de las estrellas
Sirigu, genial meta de un PSG que se mide al Bar?a, carece de reconocimiento medi¨¢tico
En el verano de 2011, el proyecto estaba indefinido aunque la percha, el PSG, y la generosa chequera de Qatar Investment Authority ¡ªfondo soberano de inversi¨®n catar¨ª¡ª fueran magn¨¦ticas. ¡°No fue f¨¢cil empezar¡±, recuerda ahora Leonardo, nombrado entonces director deportivo e ide¨®logo del PSG; ¡°era como vender un apartamento en el ¨²ltimo piso cuando s¨®lo ten¨ªamos el terreno. Hab¨ªa dudas en los jugadores, desde los j¨®venes a las estrellas¡±. Como le ocurri¨® al portero Salvatore Sirigu (Cerde?a, Italia; 27 a?os), tan tentado por la oferta parisina como c¨®modo en el Palermo. ¡°?Qu¨¦ hago Fabio?¡±, le preguntaba el portero con frecuencia a su gran amigo Liverani [exjugador del Lazio y Palermo, entre otros]. ¡°Le dije que era mejor tener una aventura, que no pod¨ªa esperar porque era su momento de estar en un grande¡±, cuenta Liverani. Pero a Sirigu le entraron los miedos justo antes de firmar. ¡°Estaba muy perdido en mi despacho porque no le resultaba f¨¢cil dejar Italia. Pero al final se fio del proyecto¡±, explica Leonardo. Y cost¨® 3,5 millones para ser suplente, en teor¨ªa, de Nicolas Douchez, todav¨ªa compa?ero de camerino. Nada m¨¢s lejos de la realidad; otro obst¨¢culo que salt¨® Sirigu, poco remarcado en un equipo de jugadores planetarios que ma?ana se miden con el Barcelona y de lo m¨¢s valorado en el vestuario.
¡°Nunca da la impresi¨®n de estar en dificultades, que es lo m¨¢s dif¨ªcil y bello¡±, dice Walter Zenga
Sirigu empez¨® en el f¨²tbol como delantero en su ciudad natal, en Nuoro, pero, asm¨¢tico como es, le costaba seguir el ritmo de los partidos. Excusa perfecta para su entrenador, que no contaba con porteros y que le se?al¨® sus grandes manos como su mejor arma. ¡°No se quer¨ªa poner nadie y a m¨ª no me importaba¡±, relata Sirigu, que se puso bajo los palos y ya no se movi¨®, aunque con 11 a?os el Cagliari lo descart¨® en sus pruebas anuales. Dolido, se fue al Unione Venezia, donde se labr¨® un nombre para fichar por los juveniles del Palermo, por m¨¢s que en 2004 diera positivo de testosterona en un control antidopaje, al final sin sancionar. Y fue all¨ª donde, dado su parecido f¨ªsico y buen hacer con los guantes, le apodaron Walterino en honor a Walter Zenga, legendario portero del Inter y de Italia que, casualidad, fue el entrenador que le atornill¨® en la Serie A. Antes de eso, sin embargo, el Palermo le busc¨® acomodo como cedido en el Cremonese (2007-08) y en el Ancona un a?o despu¨¦s. ¡°Le fueron bien esas experiencias para progresar y volver al Palermo¡±, expone Liverani.
Con Zenga como t¨¦cnico, Sirigu parec¨ªa abocado al banquillo porque por delante ten¨ªa a Rubinho (Juventus). ¡°Me convenci¨® pronto de que era un portero que pod¨ªa jugar en cualquier equipo grande del mundo, no tuve ninguna duda¡±, relata desde los Emiratos ?rabes el propio Zenga, ahora t¨¦cnico del Al-Nasr; ¡°es bravo en las salidas y no da nunca la impresi¨®n de estar en dificultades, que es lo m¨¢s complicado y bello en los guardametas¡±. Se suma Leonardo: ¡°Se le ve¨ªa mucha clase y la posibilidad de crecer, adem¨¢s de tener una calidad humana grande, que siempre fue un valor para mis fichajes en el PSG¡±. Y, lesionado en pretemporada Nicolas Douchez, Sirigu tom¨® el puesto para no soltarlo m¨¢s.
¡°La gente no lo conoc¨ªa y eso para un portero no es f¨¢cil¡±, cuenta Leonardo; ¡°pero ya en el primer partido hizo dos paradas incre¨ªbles y la afici¨®n se enamor¨® de ¨¦l¡±. No se qued¨® ah¨ª la cosa porque el a?o pasado logr¨® batir el r¨¦cord parisino de Lama (697 minutos) sin recibir un gol para dejarlo en 949, cerca del registro absoluto de la Ligue 1 de Ga?tan Huard (1.176 con el Girondins). Resulta que el PSG y el Parque de los Pr¨ªncipes adoran a Sirigu, hasta el punto de que el a?o pasado le renovaron y no buscaron una alternativa en la porter¨ªa, circunstancia extra?a en un club que a cada verano refuerza el equipo con fichajes estratosf¨¦ricos.
Imitador excepcional ¡ªen la selecci¨®n siempre le piden que haga de Balotelli¡ª, devorador de libros de historia y de documentales marinos, no es raro ver a Sirigu dar un paseo por St. Germain des Pr¨¨s, su barrio favorito. Aunque ya no es an¨®nimo y siempre le paran para pedir un aut¨®grafo o una foto. ¡°Quiz¨¢ no es tan medi¨¢tico porque vive a la sombra de Buffon en la selecci¨®n, pero es el portero del PSG¡±, le ensalza Zenga. ¡°Y, tan tranquilo y pausado como es, asume todo con naturalidad y buena mentalidad¡±, abunda Leonardo. Recoge la palabra Sirigu: ¡°Desde que estoy aqu¨ª, he mejorado a nivel mental y s¨¦ preparar mejor los partidos¡±. Una mente que le vali¨® para superar los obst¨¢culos y asentarse en el PSG de las estrellas. ¡°Leonardo me hizo ver que era una oferta irrechazable¡±, resuelve ahora.
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