Nasri toma el Ol¨ªmpico
El centrocampista franc¨¦s, plet¨®rico en el coliseo romano, marca y asiste para dar el pasaporte a los octavos al Manchester City frente a una Roma minimizada (0-2)
A falta de Ag¨¹ero, lesionado en el momento m¨¢s inoportuno, el Manchester City tir¨® de su fondo de armario y de otro artista diminuto. Nasri, relegado a la sombra desde hace alg¨²n tiempo, arm¨® su pierna derecha y dispar¨® como un rayo para enviar el cuero a la red, previo toque en el palo, y guiar al equipo de Manchester hacia los octavos. El franc¨¦s, un futbolista tan bueno como intermitente, como lo demuestran los diferentes pasajes de una carrera plagada de altibajos, tom¨® el Ol¨ªmpico con una actuaci¨®n soberbia: un gol de bandera y un servicio solemne para que Zabaleta rematase en los instantes finales a la Roma.
ROMA, 0 - MANCHESTER CITY, 2
Roma: De Sanctis; Maicon (Florenzi m.78), Manolas, Yanga Mbiwa, Holebas; Pjanic, Keita, Nainggolan; Gervinho, Totti (Destro m.70) y Ljajic (Iturbe m.67).
Manchester City: Hart; Zabaleta, Kompany, Demichelis, Clichy; Fernandinho, Fernando F.; Jes¨²s Navas (Silva m.68), Nasri, Milnes; y Dzeko (Jovetic m.77).
Goles: 0-1: Nasri, m. 70. 0-2: Zabaleta, m.86.
?rbitro: Milorad Mazic (Serbia). Amonest¨® a con tarjeta amarilla a Yanga Mbiwa (43), a Dzeko (44), Nasri (74)
45.000 espectadores en el Ol¨ªmpico.
El zapatazo del franc¨¦s supuso el punto de giro definitivo. Trazado desde el v¨¦rtice izquierdo, minimiz¨® a una Roma que hasta ese momento hab¨ªa exhibido un sensacional abanico de recursos. Camale¨®nico, el cuadro de Garcia intimid¨® desde el inicio. Especialmente a trav¨¦s de Gervinho, una flecha, pero ofuscado casi siempre que encara el marco.
No atin¨® el africano y contemporiz¨® el conjunto de Manuel Pellegrini, al que hace un mes le traicion¨® el subconsciente tras caer frente al CSKA en el Etihad. "Estamos eliminados. No hay nada que hacer ya, debemos mirar al futuro", dijo. Sin El Kun, ni Kompany ni Tour¨¦ Yay¨¢, los tres puntos de apoyo de su esqueleto, y con Silva a¨²n en rodaje, reci¨¦n recuperado, se parapet¨® con orden y diseccion¨® los tiempos hasta que hall¨® la ranura y dio en el clavo.
Lo hizo Nasri, ese peque?o enfant terrible al que su fuerte car¨¢cter le ha desplazado del primer plano tanto con Francia como con su equipo. Ayer volvi¨® a la pasarela con un latigazo que congel¨® el Ol¨ªmpico y estremeci¨® a los seguidores giallorossi, que a pesar de todo confiaban en un achuch¨®n final de los suyos. Lo intent¨® el griego Manolas, frenado por el palo, y una y otra vez Gervinho, tan veloz como indefinido. Tambi¨¦n Pjanic con un tiro envenenado. Al final, nada de nada. Nasri, plet¨®rico, contempl¨® adem¨¢s una cabalgada de Zabaleta por la derecha, de afuera hacia adentro, y le asisti¨® para para que firmase la sentencia de muerte de su adversario.
0-2 y el City puso rumbo a los octavos, ronda que nunca ha superado en la Champions. El a?o pasado fue apeado por el Barcelona en ese pelda?o del torneo, y en los dos a?os precedentes ni siquiera pas¨® de la fase de grupos. "Tiene m¨¦rito lo que ha hecho mi equipo. No hemos podido contar con nuestros mejores jugadores", reivindic¨® Pellegrini; "pero no tuve dudas en ning¨²n momento". Se uni¨® a la alegr¨ªa, v¨ªa Twitter, el sancionado Tour¨¦ Yaya: "Enhorabuena a mis compa?eros. ?Fant¨¢stico!". Y le sigui¨® el medio Fernando: "?S¨ª, lo hicimos!. Bien jugado, chicos".
Los rostros del banquillo romano eran todo un poema. Entre ellos, el de De Rossi, suplente y sin ning¨²n minuto, y el de Totti. Le daba vueltas a la cabeza Il Capitano eterno, cuyo cuerpo resiste todav¨ªa la exigencia del primer nivel y el paso del tiempo. Sin embargo, el de anoche, qui¨¦n sabe, pudo ser su ¨²ltimo gran partido europeo. Al otro lado, el t¨¦cnico Pellegrini miraba al cielo y resoplaba, aliviado.
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