Un empate democr¨¢tico
La Real y el Athletic se reparten el juego y los tiempos en Anoeta Los de Valverde se repusieron en el segundo tiempo
Dicen que en los derbis y en los cl¨¢sicos no hace falta trabajo de motivaci¨®n porque los jugadores se motivan solos. Con preparar lo estrictamente deportivo, vale. S¨ª en el de la Real, no en el del Athletic que accedi¨® a Anoeta como quien llega a un campo de Limasol que no ha pisado y con el reloj parado. La Real ten¨ªa todo en hora, el reloj, el coraz¨®n y el f¨²tbol y sobre todo ten¨ªa a Carlos Vela con el voltaje intacto de su juego el¨¦ctrico. A los dos minutos y medio caz¨® en el segundo palo un centro de Chory Castro. La jugada retrat¨® la desidia rojiblanca. De Marcos defendi¨® el pase del uruguayo literalmente con el culo, dej¨¢ndole libre el centro, mirando al lugar absolutamente contrario a donde deb¨ªa de ir el bal¨®n. No sab¨ªa que el Chory maneja igual las dos piernas. Y nadie sab¨ªa que Carlos Vela no desde?a el juego de cabeza por m¨¢s que sus piernas sean como las teclas de un piano.
La posici¨®n de Carlos Vela y la jerarqu¨ªa de Granero son las dos primeras aportaciones de David Moyes al juego de la Real. Nada de condenar al mexicano a posiciones fijas, sino absoluta libertad para merodear el ¨¢rea y penetrar por donde observe m¨¢s rendijas. Granero es el faro para mover las manecillas del reloj. A la Real le sobraba actitud y f¨²tbol para emborronar el trabajo del Athletic, que volvi¨® a conceder otro cabezazo a bocajarro a I?igo Mart¨ªnez en un c¨®rner con De Marcos haciendo la estatua. Parece que el Athletic no sab¨ªa c¨®mo juega la Real, y adem¨¢s se olvidaba que ten¨ªa un delantero centro como Aduriz, que suele ser bastante rentable en asunto de goles.
REAL SOCIEDAD, 1-ATHLETIC, 1
Real Sociedad: Zubikarai; C. Mart¨ªnez, Ansotegi, I. Mart¨ªnez, De la Bella; Xabi Prieto, Markel, Granero (Zurutuza, m. 64), Chory Castro (Canales, m. 64); Vela y Finnbogason. No utilizados: Rulli, Herv¨ªas, Rub¨¦n Pardo, Yuri y Gazta?aga.
Athletic: Iraizoz; De Marcos, San Jos¨¦, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico; Susaeta (Gurpegi, m. 81), Unai L¨®pez (Viguera, m. 60), Muniain (Ibai G¨®mez, m. 78); Aduriz. No utilizados: Herrer¨ªn, Bustinza, Be?at y Guillermo.
Goles: 1-0. Min. 2. Vela. 1-1. Min. 61. De Marcos.
?rbitro: Fern¨¢ndez Borbal¨¢n. Expuls¨® a Laporte en el min. 80. Amonest¨® a San Jos¨¦.
Estadio de Anoeta. Unos 26.000 espectadores.
En un cuarto de hora pudo haber liquidado el partido la Real, que volvi¨® a gozar de un clar¨ªsimo remate del desafortunado Finnbogason. La superioridad era m¨¢s que notable. El Athletic apenas respond¨ªa de forma individual, bien por la pelea de Aduriz, tit¨¢nica con I?igo Mart¨ªnez, bien con los disparos de Susaeta, a veces ego¨ªsta en su af¨¢n de revertir la situaci¨®n.
Chory y De Marcos, de la mano
Se supone que si las desgracias unen, De Marcos y Chory Castro debieron darse la mano al t¨¦rmino del partido. Ambos compart¨ªan la misma banda y vivieron el haz y el env¨¦s del f¨²tbol. ¡°La Real empez¨® muy fuerte y no supimos enfrentarles¡±, reconoci¨® De Marcos. El lateral cometi¨® un error imperdonable al defender un centro, que parec¨ªa imposible, del uruguayo y que acab¨® en el gol de Carlos Vela.
En la segunda parte, en la otra banda, Chory Castro vivi¨® la amargura tras el ¨¦xito. Se durmi¨® en los laureles, ¡ª¨¦l, que es un trabajador nato¡ª y De Marcos consigui¨® el gol del empate como a ¨¦l le gusta, llegando desde atr¨¢s y empujando el bal¨®n con violencia a la red de Zubikarai . Al Chory le cost¨® irse a la ducha, cariacontecido, sabi¨¦ndose responsable del gol encajado, no tanto del partido. El f¨²tbol premia y castiga. Y ambas cosas les tocaron a ellos.
Pero la Real tiene un problema de intensidad, y el gol tan madrugador hizo que se durmiese en la placidez de la victoria y de lo que era una manifiesta superioridad. El descanso le congel¨® las ideas y la motivaci¨®n. Dio uno, dos, tres pasos atr¨¢s con el af¨¢n de juntarse en su campo y dejarle una pradera a Carlos Vela. Pero lo fuerte de la Real no est¨¢ en la defensa. Tomados uno a uno son buenos futbolistas pero su acorde¨®n no funciona a la perfecci¨®n.
El Athletic le comi¨® el terreno y le rob¨® el bal¨®n. Iturraspe y Rico se bastaban para hacer de muralla mientras la Real solo se sustentaba por el el juego corajudo de Bergara, siempre al l¨ªmite de lo permitido. Vela solo apareci¨® en un contragolpe fulgurante que dej¨® con un toque sutil de Chory Castro que Finnbogason remat¨® fuera (aunque estaba en fuera de juego). Tras ese asomo de la Real a la ventana , lleg¨® el gol del Athletic. Primero un centro fue repelido con el brazo por ??igo Mart¨ªnez. El arbitro no pit¨® penalti y el bal¨®n acab¨® en el otro costado en los pies de Susaeta, el mejor futbolista del Athletic. Busc¨® el arco del centro y se lo puso en la bota derecha de De Marcos, que sorprendi¨® a un desidioso Chory Castro y bati¨® a Zubikarai. Era algo as¨ª como la reivindicaci¨®n de De Marcos precisamente ante el mismo antagonista.
El gol castigaba la flojera realista y premiaba el despertar del Athletic. No es que hablase con voz potente, pero sus llegadas eran continuas. Antes del tanto de De Marcos, Muniain malgast¨® una oportunidad ante Zubikarai. Si el gol de la Real lleg¨® por sorpresa, el del Athletic lo hizo despu¨¦s de una peque?a campa?a publicitaria.
Pero la rutina est¨¢ prohibida en los cl¨¢sicos entre realistas y rojiblancos. Moyes refresc¨® el centro del campo, Zurutuza y Canales reemplazaron a Granero y Chory Castro, que pag¨® su despiste en el gol. La Real mejor¨® un poco, especialmente con la entrada del c¨¢ntabro, aunque la emoci¨®n se produjo por una acci¨®n punitiva. Laporte (como San Jos¨¦) sobreviv¨ªa con una tarjeta amarilla y lleg¨® el momento fat¨ªdico. Laporte solt¨® el brazo en un salto y... al vestuario. Comenzaba otro partido. Lo que era oscuridad para la Real se convirti¨® en una penumbra con una vela encendida. El agobio oblig¨® al Athletic a promover un ejercicio de supervivencia ante el acoso de la Real. Canales envi¨® una falta al larguero y Canales remat¨® a bocajarro el pen¨²ltimo centro del partido. La emoci¨®n que el partido hab¨ªa dosificado se concentr¨® en los ¨²ltimos sorbos para acabar en un empate que reparti¨® los puntos como reparti¨® el dominio del encuentro. Lo dicho: un cl¨¢sico.
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