El Madrid pierde el traje de l¨ªder

El 30 de septiembre de 2012, en la primera jornada de la Liga de hace dos temporadas, el Madrid de Laso ganaba con suficiencia al Unicaja en el Palacio (79-64) y alcanzaba un liderato que ha mantenido durante 78 jornadas. Lo perdi¨® en Miribilla, epicentro de varios disgustos de la historia reciente de los blancos, ante el Bilbao Basket de Sito Alonso, que tras ser indultado en verano se ha propuesto reverdecer la leyenda de los hombres de negro. Rumbo a la Copa, son cuartos en una clasificaci¨®n que encabeza en solitario el Unicaja de M¨¢laga.

Tras caer la semana pasada en el derbi ante el Estudiantes, el conjunto de Laso tropezaba de nuevo en una secuencia desconocida en los ¨²ltimos tiempos. No perd¨ªan dos partidos consecutivos los blancos en la Liga desde que en abril de 2013 encadenaran dos derrotas ante el Valencia y el Obradoiro. El de Bilbao es el cuarto pinchazo en un mes para un equipo que ha perdido el romanticismo y habita en la extra?eza, sin deseo ni regularidad.

As¨ª qued¨® retratado por la brega de un enemigo ¨ªntimo: Axel Hervelle (18 puntos y 8 rebotes), y el impulso de un let¨®n descarado: Dairis Bertans (16 puntos). Con pose fatigada tras su viaje a Cerde?a el viernes en la Euroliga, el Madrid perdi¨® el paso desde el salto inicial y vivi¨® toda la tarde a contrapi¨¦. Sin punter¨ªa, vigor ni solidaridad, los blancos se adentraron en el laberinto de pasi¨®n que supo crear el Bilbao a fuerza de energ¨ªa y car¨¢cter. Las p¨¦rdidas de bal¨®n y el desenfoque desde el per¨ªmetro (1 de 12 en triples al descanso; 5 de 26 al final), situaron a los de Laso ante la ruta m¨¢s escarpada de todas las posibles (53-32, m. 20). Unos destemplados, como Ay¨®n y Bourousis; otros desaparecidos, como Mejri, Rivers y Maciulis; alguno desatinado como Rudy, Carroll y Campazzo. Demasiados jugadores alejados de su mejor versi¨®n. Apenas Llull, Nocioni y Reyes como sustento epis¨®dico. Poco argumento, menos apetito.

Tras una p¨¦sima primera mitad, el reto del Madrid pasaba por remontar 21 puntos en 20 minutos y el t¨¦cnico vitoriano reclut¨® para la gesta a Campazzo, Llull, Rudy, Ay¨®n y Felipe. Fue precisamente el capit¨¢n madridista el que encabez¨® el prop¨®sito de enmienda de los blancos. Un pu?ado de rebotes y nueve puntos consecutivos de Reyes a la vuelta de la caseta achicaron la renta (59-45, m. 25) y reengancharon a su equipo al partido. Pero, poco despu¨¦s de provocar la tercera falta de Hervelle, Felipe cometi¨® tambi¨¦n su tercera personal. Su viaje al banquillo fren¨® la sobrevenida efervescencia de los visitantes.

Lleg¨® entonces un parcial de 12-5 para los de Sito Alonso y el Madrid volvi¨® a la casilla de salida (71-50, m. 29). Faltaban Ra¨²l L¨®pez y Germ¨¢n Gabriel, pero a los locales les sobraron argumentos. Las asistencias de Quino Colom y el v¨¦rtigo de Tobias Borg desmontaron la reacci¨®n blanca. Como si de un acontecimiento extraordinario se tratase, Miribilla asisti¨® al segundo triple del conjunto blanco cuando expiraba el tercer acto y la estad¨ªstica madridista desde el 6,75 reflejaba un p¨¦simo 1 de 15. Salvo el indeleble br¨ªo de Llull ¡ªel mejor de su equipo con 16 puntos¡ª, el Madrid fue incapaz de encontrar un quinteto y una din¨¢mica estable. Sin Sergio Rodr¨ªguez en la expedici¨®n ¡ªde baja por una pubalgia¡ª, la habitual fluidez de los blancos en ataque devino en una secuencia de intentonas irreflexivas. Vicisitudes de la actitud, el subcampe¨®n ha pasado en 30 d¨ªas de la suficiencia a la impotencia, de la dosificaci¨®n a las tribulaciones.

Tan inconsistentes en defensa como individualistas de cara al aro, el conjunto de Laso se ofusc¨® sin remedio con los ¨¢rbitros como diana. ¡°Sois muy malos¡±, clamaba Felipe desde el banquillo tras su quinta falta. Un par de bingos de Rudy y Carroll desde el 6,75 anunciaron la carga final del Madrid, pero el intento de remontada s¨®lo acort¨® la renta por debajo de los 10 puntos a falta de dos minutos (88-79). Demasiado tarde. Miribilla ya era una fiesta. All¨ª donde se cerr¨® calamitosamente el proyecto Messina ¡ªya con Molin de apagafuegos¡ª en las semifinales de la ACB de 2011, y donde descabalg¨® la primera carrera de Laso en la Euroliga; los blancos desenvolvieron el div¨¢n tras dos cursos y medio de excelencia y liderato ininterrumpido. "No esperaba perder as¨ª. Nos falt¨® todo desde el inicio. Ellos estuvieron acertados, pero nosotros defensivamente no nos opusimos en acciones casi individuales", denunci¨® Laso tras el partido. El curso pasado, su equipo s¨®lo sufri¨® 12 derrotas (11 de ellas en los ¨²ltimos tres meses de competici¨®n); esta temporada, ya suman cuatro. Perdieron primero la regularidad, despu¨¦s la consistencia y ahora el traje de l¨ªder.